viernes, 20 de febrero de 2015

Interior monopoliza la reacción del Estado contra la radicalización

El Gobierno aprueba un plan marcadamente policial contra la radicalización yihadista. La prevención, políticas sociales o la comunicación apenas aparecen. El foco casi exclusivo es "el ámbito de la seguridad pública"

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Imagen de una operación policial en Ceuta contra presuntos
yihadistas a finales de enero. | Ministerio del Interior
Interior monopoliza el Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta que aprobó el consejo de ministros de 30 de enero. Se trataba de hacer una estrategia global con la participación de 12 ministerios, pero que contempla actuaciones policiales casi en exclusiva, no desarrolla iniciativas al margen de la seguridad ni de carácter preventivo.
El año ha arrancado con una auténtica ofensiva del Gobierno en materia de seguridad, incentivada por los atentados de París de comienzos de enero: impulso a una nueva Ley integral de seguridad, el endurecimiento del Código Penal, el pacto alcanzado entre PP y PSOE "para afianzar la unidad en defensa de las libertades y en la lucha contra el terrorismo", que ampara una proposición de ley ya en el Congreso que amplía y endurece las penas contra las nuevas formas de "terrorismo internacional de corte yihadista". A lo anterior se podría añadir el reciente despliegue de 300 militares en Irak y hasta la modificación en marcha del convenio de Defensa con Estados Unidos para aumentar su presencia militar en las bases de Morón y Rota.
El propio secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha señalado esta semana que España va a tener la legislación "más avanzada de Europa" contra el yihadismo, en referencia sobre todo a la reforma penal.
Para la UE, el primer objetivo es evitar que la gente se radicalice
"Por supuesto que son necesarias medidas policiales, pero no bastan", en opinión de Jesús Núñez, especialista en temas de seguridad, construcción de la paz y prevención de conflictos, con especial atención al mundo árabe e islámico, y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Núñez señala que la Estrategia contra la radicalización tiene un "carácter securitario y reactivo", contempla casi exclusivamente medidas policiales y en respuesta a incidentes. Este especialista cuestiona que sea el Ministerio del Interior quien coordine la lucha contra la radicalización, lo que automáticamente lleva a "enfatizar instrumentos policiales, y dejar de lado otras iniciativas de política económica, social o educativa".
La nota del consejo de ministro define el documento como "un instrumento eficaz (sic) de tratamiento que previene y evita el surgimiento y desarrollo de procesos de radicalización violenta y extrema, y su posible salida hacia el terrorismo, mediante la detección temprana y su neutralización de posibles brotes o focos de radicalismo y actuando sobre aquellos colectivos o individuos en situación de riesgo o vulnerabilidad". La teoría no se acompaña en el contenido.
El Plan es resultado de dos años de trabajo coordinado por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado del Ministerio del Interior e, informa Moncloa, han intervenido doce ministerios, el CNI, la Fundación Pluralismo y Convivencia (Ministerio de Justicia) y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Ámbitos y áreas de actuación

En palabras del ministro del Interior, "el Plan distingue tres ámbitos de actuación: el interno, o sea, todo el territorio nacional de España; el externo, fuera de España, pero que afecta a intereses nacionales; y el ciberespacio, fundamentalmente en internet, a través de las fuentes abiertas".
Jorge Fernández Díaz añade que "el Plan incluye tres momentos de actuación definidos por el 'antes', que es el área de prevenir; el 'durante', área de vigilar; y el 'después', área de actuar, que son los momentos correspondientes a todo proceso de radicalización y que indican, a su vez, cuándo y cómo tienen que llevarse a cabo las acciones correspondientes".
La Estrategia tiene un carácter reactivo, cuando los individuos ya están radicalizados
Respecto a su funcionamiento el Plan detalla la coordinación y distingue tres tipos de situaciones: si ocurriera un incidente en un municipio, será trasladado a través de los ayuntamientos a la Federación Española de Municipios y Provincias, y recibirá asesoramiento de la Administración General del Estado a través del Grupo Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta.
Si afectara a un colectivo vulnerable, el incidente será trasladado por el colectivo afectado a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia y recibirá asesoramiento por parte de la Administración General del Estado y del Grupo Nacional.
Si se detectara un posible foco de radicalización en una barriada de alguna localidad, individual o colectivo, será tratado y solucionado en el seno del Grupo Local. Si excediera del ámbito local, se trataría a nivel provincial o autonómico. Si este problema excediera del ámbito territorial de detección del foco, será el Grupo Nacional el que actúe de inmediato.

Prioridades para 2015

La Estrategia se desarrolla mediante planes anuales. Para este 2015 Interior esboza como objetivos "identificar la amenaza prioritaria", siguiendo con "el diseño inmediato del primer estudio de campo a nivel nacional para conocer la situación del fenómeno de la radicalización y el terrorismo violento en España", la constitución de grupos de lucha a nivel local y provincial; elaborar un protocolo de colaboración con la Federación de Municipios y Provincias; y la puesta en marcha de programas de formación sobre el fenómeno entre fuerzas de seguridad, también otros órganos de la Administración, colectivos vulnerables, ONG y "entidades de asistencia", señala sin desarrollar.
Se va a realizar el primer estudio de campo sobre radicalización
Para Miguel Peco, psicólogo experto en radicalización, la Estrategia de Interior tiene aspectos positivos, en primer lugar "la definición en detalle del problema al que nos enfrentamos y el riesgo asociado", en referencia al estudio de campo que el Gobierno se plantea para este año.
Añade Peco que "la radicalización violenta en el seno de sociedades desarrolladas tiene una característica especial que la distingue de la radicalización en otras zonas llamémosle conflictivas", asegura, "el individuo aquí tiene aseguradas sus necesidades básicas, como alimentación, sanidad, seguridad".
Este psicólogo hace especial hincapié, entre los factores positivos de la Estrategia, en "la consideración del individuo como agente activo en su propio proceso de radicalización y no un mero receptor de influencias externas".
"El terrorista no nace, sino que se hace", añade Peco, y este proceso puede ser largo". No sólo se trata de prevenir atentados inminentes, que sería una acción a corto plazo, sino de poner las bases para que en el futuro haya menos individuos dispuestos a llevarlos a cabo, y ahí la educación es un elemento obligado".

La Unión Europea pone el foco en la prevención

Todo el marco internacional, de Naciones Unidas y la Unión Europea, apunta a que en la lucha contra la radicalización la prevención es clave.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado septiembre una resolución, a la que se acoge el Gobierno con la próxima reforma del Código Penal, con gran parte del contenido dedicado a luchar contra los combatientes extranjeros y la propagación del terrorismo por internet y redes sociales, que sin embargo incluye la necesidad de "prevenir la radicalización", también insta a los Estados a lograr "la cooperación de las comunidades locales y los agentes no gubernamentales en la formulación de estrategias para contrarrestar la retórica del extremismo violento".
La otra referencia internacional es la UE, que ya en 2005 elaboró su estrategia contra la radicalización, actualizada en mayo de 2014, que sitúa la responsabilidad de la prevención en el ámbito nacional. "El principal objetivo de la estrategia es prevenir que la gente se radicalice", dice la UE en su texto, que esta amenaza requiere "un planteamiento equilibrado entre seguridad y otros esfuerzos destinados a gestionar factores que pudieran crear un ambiente favorable a la radicalización y al reclutamiento", insta a que los Gobiernos colaboran con las distintas comunidades, la sociedad civil y ONG.
La estrategia europea indica que la comunicación pública 'no sólo significa describir decisiones políticas'
La estrategia europea sí concreta y bastante en la necesaria respuesta contra la radicalización: promover la justicia (señala que las violaciones de los derechos humanos abonan la radicalización y el reclutamiento), la igualdad de oportunidades (aconseja impulsar el diálogo intercultural y fortalecer el sistema educativo y el pensamiento crítico), promover la tolerancia y el respeto, favorecer las voces de la mayoría de una comunidad sobre la de los extremistas ("opiniones que favorecen la moderación y rechazan el recurso a la violencia"), potenciar la comunicación pública ("no sólo significa describir decisiones políticas"), apoyar mensajes contra el terrorismo ("una narrativa alternativa"), formación entre actores que viven el fenómeno en primera línea, apoyar la resistencia de individuos y sociedad civil ("la radicalización es un proceso en el que las opiniones individuales y los comportamientos cambian, hay que intervenir en etapas muy tempranas", en muchos casos mediante la educación), impulsar la investigación sobre procesos de radicalización, entre otras muchas iniciativas.
Hasta el mismo acuerdo antiterrorista firmado por el socialista Pedro Sánchez y Mariano Rajoy en el palacio de La Moncloa incluye "poner en marcha políticas activas eficaces en la erradicación de cualquier forma de radicalización violenta, incluidas las expresiones de racismo, xenofobia o discriminación", y para ello habla de promover "políticas de prevención", que sitúa sin embargo en el seno de la UE.
El especialista en seguridad Jesús Núñez cuestiona también el supuesto carácter global del Plan. "La respuesta integral ante esta amenaza se queda corta, como mucho integra instrumentos policiales, pero integral significaría ir más allá, incluir iniciativas en el sistema educativo o con los medios de comunicación", indica.
En su opinión, los últimos planes e instrumentos puestos en marcha "se centran en personas ya radicalizadas", y echa en falta otro tipo de actuaciones como políticas de integración social o cuyo objetivo sea evitar guetos.
"El terrorista no nace, se hace, en un proceso que puede ser largo", afirma un psicólogo experto
Los autores de los atentados en París eran ciudadanos franceses. Diversos estudios revelan además que alrededor de un 20% de los participantes en atentados yihadistas en Europa y Estados Unidos son conversos, lo que sitúa el problema más allá de los musulmanes radicalizados o aquellos que viajan a zona de conflicto en Oriente Próximo.
"Aunque el plan no da detalles", añade el psicólogo Miguel Peco, "sí que señala la necesidad de integrar a los sectores sociales locales para conocer, prevenir y tratar los focos detectados". En su opinión, "la efectividad de los medios policiales y de inteligencia queda limitada en caso de no contar con la conformidad y la colaboración de las comunidades afectadas".
Una de las claves, apunta, es "conseguir la concienciación de que estamos ante un problema compartido y que son necesarios los esfuerzos de todos, pero especialmente los de la propia comunidad afectada".
"Interior es condición necesaria, pero no suficiente", resume Núñez.

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