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lunes, 14 de julio de 2014

Defensa quiere a la OTAN en el Sahel

  • 400 militares españoles en centroáfrica apoyan intervenciones francesas y de la UE
  • Morenés defiende la estabilidad africana como condición para mejorar relaciones comerciales e inversiones

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La crisis de Ucrania ha fijado el foco de la OTAN en el Este y España pretende que no pierda de vista el Sur, implicar a la Alianza hasta el centro de África. Sin resultados hasta ahora, el ministro de Defensa trata de que la OTAN aterrice en el Sahel –frontera sur del Sáhara- y cinturón africano adyacente, área que el Gobierno ha certificado como origen de todos los males para nuestra seguridad y donde ya trabajan 400 militares españoles, en parte en labores de apoyo a intervenciones de Francia, en parte encuadrados en misiones de la Unión Europea.
Primera toma del T-10 'Hércules' español en Libreville
(Gabón) en marzo de 2014 (Fuente: EMAD).
En apenas dos semanas, en Bruselas, en el Senado, ante el comandante supremo aliado en Europa –SACEUR- de visita en Madrid y en el Congreso, el ministro de Defensa ha insistido en su propuesta a la Alianza Atlántica de que Ucrania no oculte África, y lo reiterará en la próxima cumbre en Cardiff (Gales, Reino Unido) en septiembre.
El Gobierno español ha reaccionado con diligencia a la hora de ofrecer medios militares a la Alianza por la crisis de Ucrania-Crimea-Rusia: ha adelantado a la segunda mitad de este año el despliegue de cuatro cazas españoles Eurofighter para la vigilancia aérea de los países bálticos más una fragata que patrullaría sus aguas, compromiso inicialmente previsto para 2016; acaba de certificar y ofrecer las capacidades del cuartel general terrestre de Bétera por si fuera necesario, más la oferta también de un batallón mecanizado.
Compromiso en Europa oriental a cambio de algo. Porque lo que realmente quiere Pedro Morenés es que la OTAN se implique en el centro de África, donde se está trasladando el peso de la presencia militar exterior tras el repliegue ya casi total de Afganistán.
A principios de julio, en el encuentro con SACEUR en Madrid, Morenés recordó que, además de prestar atención a crisis como la de Ucrania, la OTAN también debe estar atenta a los focos de conflicto que se desarrollan en África. El general Breedlove le  respondió con una educada cambiada: recordó que la OTAN ya está presente en África con la operación marítima “Ocean Shield” de lucha contra la piratería en el océano Índico y reafirmó su compromiso con ella, y dejó claro que no ve por el momento "ningún papel para una operación terrestre" aliada en ese continente.
A finales de junio, el ministro compareció en el Senado para informar de una reciente cumbre de la OTAN en Bruselas, y allí dijo que “no es justamente en el Este donde se concretan y conjuran los mayores peligros para la seguridad de todos los ciudadanos de la Alianza. El Sahel, el sur del Mediterráneo, el golfo de Guinea o los omnipresentes, en cuanto a crisis nos referimos, de Oriente Próximo y Oriente Medio continúan siendo los reservorios de referencia de la violencia e inestabilidad internacional, y así deben ser entendidos y atendidos (…). Más Este en ningún caso puede significar menos Sur (…)”. Más claro: “España considera necesario desarrollar una estrategia integral de la OTAN para toda esta zona”.
Define el Diccionario de la Real Academia el término “reservorio” utilizado por Morenés como “población de seres vivos que aloja de forma crónica el germen de una enfermedad, la cual puede propagarse como epidemia”.
Como última referencia, el ministro compareció el pasado miércoles en el Congreso para informar de la creciente presencia militar de España en centroáfrica, donde dibujó un panorama desolador de la zona para la que pide el compromiso de la OTAN.
Razones estratégicas: “España es el único país europeo con una parte de su territorio ubicada en el continente africano, siendo su seguridad un interés vital. Esta posición geográfica de España le otorga un papel imprescindible en el mantenimiento de la seguridad en la zona”, señaló. “Tampoco se nos oculta que tenemos muchos intereses económicos en África”. Morenés mencionaba la dependencia energética, más del 60% de nuestras importaciones de gas proceden del continente africano (51% de Argelia, 10% de Nigeria), más la compra de petróleo del Golfo de Guinea. Y también otros intereses, “mantenemos copiosas inversiones en infraestructuras de ciertos países, así como intereses agrícolas, industriales o pesqueros de gran entidad”.
Militares de la misión de la UE en la República Centroafricana
(Fuente: Ministerio de Defensa de España).
Problemas de la región: aquí el ministro cargó las tintas, habló de una descolonización deficiente y apresurada, del Sahel como zona de fractura entre las dos principales religiones monoteístas y el animismo africano, de “comportamientos corruptos en los que el abuso de poder y la ilegalidad son norma”, de pobreza extrema, de alto crecimiento demográfico…
Principales riesgos y amenazas: conflictos armados, tráfico de personas, drogas (heroína y cocaína centroamericana), armas, piratería, habló Morenés de una nueva “joint venture” del terrorismo yihadista en Malí, Níger y Libia; habló de inmigración ilegal y lo enlazó directamente con que en España reside más de un millón de africanos (en éste y otros casos incluye a los marroquíes) y 40.000 esperando en Marruecos la oportunidad de cruzar la frontera.

Participación española en operaciones en la zona
Para responder a semejante panorama, España ha puesto sobre el terreno 400 militares, 100 de los cuales -más dos aviones de transporte- realizan trabajos de apoyo desde Dakar (Senegal) y desde Libreville (Gabón) a operaciones francesas en Malí y la República Centroafricana. En ambos países España participa también en misiones de la Unión Europea con dos centenares de militares, la mayor parte en trabajos de adiestramiento, también con unidades de operaciones especiales. Otro centenar está desplegado en Somalia, sin contar el personal embarcado en el cuerno de África.
El portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido, preguntó al ministro cuál es el proceso político en estos países a medio plazo que la presencia militar española quiere apoyar, pregunta que quedó sin respuesta. Fue más explicito el ministro al comentar que la intervención española en esos países aporta estabilidad, seguridad necesaria también para la expansión industrial y comercial de España en la zona.
Morenés reconoce con naturalidad la condición subalterna de España respecto a Francia en el centro de África, “colaboramos estrechamente con Francia, que ha asumido el liderazgo occidental respecto de África occidental y central”, por ello constituye “el aliado de referencia para la actuación bilateral”.
Se lamentaba Pedro Morenés el pasado miércoles en la Comisión de Defensa del Congreso que “desgraciadamente, ni el liderazgo francés ni nuestro énfasis en la región han conseguido convencer del todo a algunos de nuestros socios y aliados, tanto de la UE como en la OTAN, de que el sur del Mediterráneo, el Sahel y el Golfo de Guinea, por este orden, forman parte plenamente de nuestro entorno de seguridad inmediata y, como tal, deben ser priorizados y tratados”. Reconocimiento de fracaso.
Próximo intento, en septiembre, en Gales. Entretanto seguimos en África, apoyando a Francia y por nuestra cuenta. ¿Marco político en esos escenarios a medio plazo, situación final o de salida? Desconocido.


jueves, 19 de diciembre de 2013

España reduce en 2013 a la mitad los militares en operaciones en el exterior

El gasto crece hasta 791 millones de euros por el repliegue de Afganistán
Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Imagen de la Comisión de Defensa, con su presidente, Agustín
Conde (derecha) y el ministro de Defensa (centro).
Foto: pantallazo de ordenador.
El Gobierno ha reducido a la mitad durante 2013 los militares desplegados en operaciones de las Fuerzas Armadas en el exterior, principalmente por la disminución de efectivos en la misión de la OTAN en Afganistán y en la operación de Naciones Unidas en Líbano, aunque el gasto se ha incrementado. La explicación es el costosísimo repliegue de Afganistán.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, tuvo ayer una doble comparecencia en el Congreso de los diputados: por la mañana informó en el pleno a los parlamentarios sobre la decisión del Gobierno de enviar un avión de transporte a la República Centroafricana según acuerdo del consejo de ministros del pasado viernes, que requerirá el despliegue de sesenta militares. La votación se celebrará hoy jueves y contará previsiblemente con el apoyo de toda la Cámara excepto del grupo de la Izquierda Plural.
La segunda comparecencia, más sustancial, se celebró por la tarde para informar sobre las misiones en el exterior durante 2013. El aspecto más destacable es que durante este año la participación militar española en distintas operaciones en el exterior (principalmente Afganistán, Líbano, Somalia y Malí) va a tener un coste de 791 millones de euros, 30 millones más que en 2012, pero lo chocante es que este gasto se produce con la mitad de los militares desplegados.
La reducción de militares en el exterior se ha producido sobre todo en Afganistán, pasando de 1.400 efectivos a finales de 2012 a los actuales 375. En Líbano el contingente español se ha reducido desde 660 militares a 540 hoy. Y en la operación en Somalia se ha producido también una reducción desde cerca de 300 militares a la mitad.
Con la consiguiente disminución de los militares desplegados desde 2.400 a 1.200 el coste de las operaciones debiera haberse reducido, pero no ha sido así. El ministro Morenés ha cifrado en 791 millones de euros la factura de las misiones durante 2013, frente a 766 millones en 2012. La explicación se encuentra en el repliegue parcial de Afganistán: el Ministerio de Defensa ha realizado durante 2013 “la más compleja operación logística de nuestras Fuerzas Armadas en toda su historia”, según palabras de Morenés, la mayor y la más cara. El gasto de esa operación logística ha provocado que el coste total de nuestra presencia en Afganistán alcance este año los 435 millones de euros, cifra muy similar a la de 2012 pero con el contingente reducido a la cuarta parte.
España ha repatriado atravesando medio mundo en una compleja operación por cuatro rutas distintas de transporte más de mil militares y miles de toneladas en equipos valorados en más de 300 millones de euros, poniendo fin a su trabajo en la provincia de Badghis. La presencia española hoy se concentra en la ciudad de Herat, donde gestiona el aeropuerto y un hospital militar y quisiera seguir haciéndolo a partir de 2014. Morenés informó ayer que la continuidad de la presencia internacional en Afganistán se ha visto complicada por la falta de acuerdo entre EE.UU. y el Gobierno afgano, que impide aclarar el próximo escenario y concretar la próxima operación de adiestramiento y apoyo que ya ha sido bautizada, “Apoyo decidido”.
En 2014 España podría tener presencia militar en Somalia, Rep.
Centroafricana, Malí más los planes de la UE en el Golfo de Guinea
(Imagen: ongvivre.org).
Junto con la retirada parcial de Afganistán, la otra novedad de 2013 ha sido la nueva presencia militar española en Malí, con dos componentes: un avión de transporte que apoya las operaciones militares de Francia y de Naciones Unidas desde Senegal; y la participación con 110 militares en una operación de adiestramiento de la Unión Europea en territorio maliense. El ministro de Defensa trasladó ayer su preocupación sobre la seguridad en Malí y compartió la información de un recrudecimiento de la violencia y de una nueva ofensiva francesa a finales de noviembre.
En relación con la operación de Naciones Unidas en Líbano, España ha ido disminuyendo el contingente desde los 1.000 militares entre 2006 y 2011 hasta 660 cascos azules en 2012 y 540 hoy. El conflicto en Siria ha impedido culminar los planes iniciales del Gobierno del repliegue total de la misión y hoy se contempla su estabilización con los números actuales. “Estamos más preocupados que hace un año”, ha reconocido el ministro, y como ejemplo de lo explosivo de la situación ha recordado que Israel ha atacado en dos ocasiones en los últimos meses a Hezbolá en suelo sirio.
La participación militar española en operaciones en el exterior tiene una financiación abierta a través de un crédito ampliable del Ministerio de Hacienda a lo largo del año y por tanto no aparece en el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa. Por ejemplo, para 2013 Defensa presupuestó 14 millones de euros y ha acabado gastando 791 millones; para 2014 los presupuestos que se aprobarán en breve contemplan un gasto de 6,8 millones de euros, por lo que algunos grupos parlamentarios minoritarios (sobre todo UPyD y CiU) pidieron ayer acabar con esta ficción presupuestaria.
En los primeros minutos de la Comisión de Defensa del Congreso los portavoces del Grupo Socialista, Manuel Chaves; de UPyD, Irene Lozano; también del PNV e Izquierda Plural y CiU, expresaron su malestar por la no comparecencia del ministro Morenés para informar previamente sobre la posición del Gobierno en el Consejo Europeo que se celebra hoy jueves 19 y el viernes 20, que por primera vez en varios años tratará la política europea de defensa y seguridad.
Junto a este tema, el portavoz del PNV en esta Comisión recordó que su grupo solicitó en marzo la comparecencia del ministro de Defensa para que informara sobre las supuestas torturas realizadas por militares españoles en Irak, según apareció publicado en el diario El País, sin haber recibido respuesta desde entonces.

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miércoles, 6 de febrero de 2013

Inercias frente a las crisis

El año político y en Defensa comienza con la Pascua Militar, en fechas de resaca navideña y sequía informativa que asegura buena cobertura, aunque esta vez ha ofrecido poco detalle sobre planes en curso, más allá del recurso tópico a la ciberguerra (parece que algo se hará en 2014, dando 2013 por amortizado, como en otros muchos campos) y una nueva referencia a evitar duplicidades entre la administración militar y los servicios centrales del Ministerio de Defensa, sin avance reseñable. Llama la atención que se dé por finalizada la participación militar española en la operación de Naciones Unidas en Líbano, sin resolución, posición de la UE o balance conocido, sin pensar en su contribución a la estabilidad de una zona convulsa.
Las referencias retóricas a las Fuerzas Armadas como institución, a que están tranquilas a pesar de tanta provocación, a su labor abnegada, el cumplimiento de su deber (¡!), se entienden porque la Pascua es un acto corporativo, como la cena del Patrón de los administradores de fincas -por hacer un símil-; aunque no se puede ocultar que dichas referencias responden a una visión de los Ejércitos algo desfasada, visión que destaca los valores morales de los militares, al parecer exclusivos y superiores a otras profesiones, más que su buen ejercicio profesional.
Algunas alusiones del ministro y de algunos otros inciden en una imagen de las FAS como actor político que hoy no se corresponde con la realidad, pero sí era real hace 35 años cuando los que hoy opinan ya habían empezado a opinar. Por interés o desgana, se dejan llevar por la inercia.
Cambian los mimbres, pero los cestos que se van elaborando en el debate y respuesta internacional ante crisis tienen un parecido extraordinario. Avanza el calendario, cambia la geografía de los conflictos, aparecen nuevos actores, y curiosamente se sigue con la misma plantilla de una supuesta multinacional del terrorismo salafista dando órdenes a sus peones por medio mundo desde un ignoto cuartel general (imposible que fuera la casa donde Bin Laden fue ejecutado en Abbottabad, con sus cintas de video en VHS); se responde exclusivamente con seguridad a conflictos multifacéticos; se sigue reduciendo la seguridad al instrumento militar.
Los militares suelen hablar tras los conflictos -y los políticos cercanos lo repiten- de lecciones aprendidas, que casi nunca se han aprendido, sino que se estudian; errores que andamos estudiando, deberían llamarse. Y entre ellos figuran en la última década las consecuencias de impulsar una intervención militar en los márgenes de la legalidad internacional  y de espaldas a una ciudadanía que financia unos presupuestos de Defensa calificados de raquíticos por unos pocos directamente afectados y de excesivos por los más.
Sorprende cómo se ha contemplado de forma acrítica la intervención militar francesa en Malí, al margen de cualquier legalidad internacional más allá del llamamiento recibido de un país paupérrimo que ha sufrido dos golpes de Estado en ocho meses.
España ha acabado apoyando la intervención francesa con un avión de transporte Hércules enviado al margen del Parlamento y de la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, participación que el Congreso ha convalidado a toro pasado.
Esto de actuar militarmente bajo la legalidad internacional y el amparo parlamentario y social es cualquier cosa menos un lujo prescindible en tiempos de crisis o ante emergencias que no se ha sabido prever. No se critica la necesidad de intervenir, sino cómo se está haciendo.
La imagen en el Telediario de militares con equipo de combate bajando las escaleras mecánicas del Metro de París es obscena, porque no deberían dejar entrar a la gente con tanto armamento en el transporte público, por la desproporción entre amenaza y respuesta, por la utilidad discutible de la ocupación militar de una estación de Cercanías, porque no se han contado las causas de la intervención en Malí y se ha ido allí sin respaldo legal. Por interés o inercia, se vuelve a utilizar el miedo para justificar una decisión política.
Nueva legislatura en Estados Unidos, con el consiguiente cambio de sus responsables de Defensa. El segundo y último mandato de Obama le libera de algunos frenos, pero esta vez ya no cuenta con el capital de confianza de hace cuatro años. Habrá que juzgar qué hace con Guantánamo, con un presupuesto de Defensa en niveles de guerra fría, con Oriente Próximo y con el cacareado giro asiático de EEUU mientras que su mando africano -Africom- bulle de actividad.
Hotel Sofitel Amitie en Bamako (Malí).
Se juzgará a Obama también por la evolución de los miles de drones de EEUU volando por el planeta (debe de ser el pájaro más abundante hoy en el Sáhara-Sahel). Sobre este asunto Morenés le ha dicho al Ejército del Aire que empiece a pensar en UAV (pensando lleva una década o dos); y aviso a navegantes aéreos sin piloto: Naciones Unidas ha puesto ya el foco sobre el asunto.
Y habrá que seguir también un problema muy serio: el número de suicidios entre los militares de EEUU es superior a los muertos en combate. El problema se trata allí desde hace años, y el suicidio allí y acá es un fenómeno importante y oculto (en España los suicidios superan a los muertos en accidente de tráfico).
Por último, el Consejo de Ministros acaba de analizar el anteproyecto de Ley de Garantía de la Unidad de Mercado, que aumentará la capacidad de competir de nuestra economía y la creación de empleo, y que se anuncia con la ya consabida cifra astronómica e incomprobable de ahorro económico, que va a suponer en este caso nada menos que 15.000 millones de euros en 10 años. La defensa de la unidad del mercado es un modo moderno, indirecto y extraño de defender la unidad de la Patria sin que te acusen de carca, algo así como la pegatina del toro en el coche. Por la evidente relación entre mercado y Nación, deberían destinarse los 15.000 millones ahorrados a Defensa.

Al pulpo Paul, in memoriam.
La supuesta amenaza se concreta en que un instalador electricista parece que hoy necesita dos licencias de actividad para ejercer en Almansa (Castilla-La Mancha) y Yecla (Murcia), a 34 kilómetros, lo que tampoco supone gran trastorno para la Patria cuando en EEUU te pueden achicharrar en la silla eléctrica o no si cometes un delito en uno u otro Estado, y a patrióticos no hay quien les gane.
Para acabar en alto, hay gente que no se deja llevar por la inercia, ni por desgana ni por interés, y podemos encontrar analistas, por ejemplo, que nos hacen dudar y pensar porque cuestionan que Malí sea igual que Afganistán (Jordi Vaquer), o que las religiones sean la causa única o esencial de los conflictos (Georges Corm).

PD: Abbottabad, esta gente empeñada en complicarnos la vida, llenando sus nombres de consonantes, qué lengua es ésa que llaman urdu... Pues no: la ciudad fue fundada a mitad del XIX por James Abbott, un oficial británico en la India colonizada, de ahí su nombre.

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sábado, 19 de enero de 2013

Mapas 2013

He pasado 74 minutos haciéndole preguntas al mapa de Malí, con esas fronteras rectas y limpias de miles de kilómetros, un mapa que sólo puede ser obra de un genio o de un loco, con un ángulo recto por donde encaja Mauritania, con el río Níger por la parte central, y un inmenso norte sahariano con 800.000 km2 y millón y medio de habitantes.
Me dice el mapa que por allí encuentra Francia el suministro de uranio para sus centrales nucleares.
Me dice la lógica que este país comparte Sáhara y Sahel,  una combinación complicada cuyo enlace es precisamente por donde se ha roto Sudán hace poco más de año y medio.
Se dice que el espacio y las fronteras son una invención occidental, una forma simplificada de representar una realidad sin arrugas, un instrumento aparentemente racional en su estrategia para domesticar el mundo.
Sin embargo la cartografía convencional se queda corta para explicar lo que está sucediendo en Malí.
La representación espacial encuentra bastantes dificultades para reflejar el mundo contemporáneo.
Resulta curioso además y en el mismo sentido que, en estos tiempos de relaciones múltiples consecuencia de la globalización y las nuevas tecnologías que han roto el tiempo y el espacio, triunfe en los medios la infografía, la representación gráfica una vez más ofreciéndonos una aparente claridad en un mundo confuso.
He asistido durante años a la programación detallada del movimiento aéreo o terrestre de personas o materiales, con una minuciosidad tal que se acaba perdiendo contacto con el motivo del traslado de las personas y de los materiales. La explicación está en otro sitio.
Ni los mapas convencionales ni la logística ni el Real Decreto de precedencias nos pueden explicar lo que ocurre en Malí porque los tres son representaciones o instrumentos o simplificaciones de la realidad, y no suelen contemplar las personas.
Entre las arrugas que no reflejan los mapas deben de andar escondidos restos del colonialismo; una diferente concepción del poder donde pesa más el control de las personas que del territorio; una miseria y una frustración acumulada que a lo largo del tiempo se han demostrado como grandes impulsores del cambio.
Habrá que profundizar en otras fuentes en busca de claridad, cartografías mentales, mapas conceptuales, parece necesario unir la visualización de lo que ocurre en el planeta en 2013 con el componente humano.

Sugerencias 



    viernes, 4 de enero de 2013

    Argumentos armados


    Reflexiones sobre información y opiniones publicadas sobre Defensa y Seguridad.

    Se puede identificar la fase de una intervención armada o un conflicto por los argumentos que se utilizan. En el caso de Siria ya han entrado en el debate las armas químicas, lo que indica que se acerca el final de la situación presente o un momento decisivo.
    Por su parte, para los indiferentes sobre la suerte de los malienses y los escépticos sobre la amenaza del terrorismo internacional, después de tantos excesos, se ha sumado un nuevo argumento a favor de la intervención militar en Malí: el patrimonio histórico; “estos barbudos amenazan con destruir el patrimonio cultural de Tombuctú”, se nos dice,  que no nos ha preocupado en exceso desde el siglo XVI, todo sea dicho. El argumento funciona para sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de una intervención armada, funcionó en Afganistán (budas de Bamiyán), porque en Europa y EEUU a menudo conmueve más el patrimonio que las personas. NNUU ha aprobado una resolución autorizando el uso de la fuera y se habla de operaciones sobre el terreno en septiembre de 2013, fecha en la que no quedará barro histórico que admirar.
    Continúa la confusión habitual sobre las exportaciones de material de defensa, no atajada por la industria ni por la Administración. Queda claro que sufre una bajada espectacular (los contratos de Noruega, Australia y Venezuela van desapareciendo de las estadísticas).  La mala imagen que se genera cada vez que se difunden datos parece no preocupar a la industria, donde cada uno individualmente hace su comunicación, y la patronal del sector no parece tener ni medios ni ganas para dedicarse a la comunicación pública. En cualquier caso, su ausencia la ocupan otros.
    Mientras que los medios se entretienen con las exportaciones a Bahréin o de rifles a EEUU, Defensa no aparece –nunca lo hace- en la explicación de los datos, y podría explicar mucho, no explica pero sí envía fragatas en misiones comerciales, o alquila las joyas de la corona con un objetivo más o menos comercial.
    El BAC Cantabria pone rumbo estos días al sur para servir a la Armada australiana durante un año, destino que es imposible que estuviera incluido en la planificación de recursos de la Armada, en los objetivos de capacidades militares o en la mente de quienes decidieron invertir 220 millones de euros en el buque (algo así como 36.600 millones de pesetas). Sería interesante conocer las condiciones del alquiler.
    Como apuntes empresariales, tras la fusión abortada de EADS y BAE, se reestructura el accionariado de la primera y España pierde nada menos que un 25% de su participación en el consorcio. Una curiosidad es que tres mujeres dirigen la gestión de tres de las principales multinacionales de material de Defensa (CEO femenino en Lockheed, General Dynamics y BAE), sólo curiosidad porque estas tres mujeres si hubieran acreditado una forma diferente a la habitual de dirigir una empresa no habrían llegado a ese puesto. Y el sector espacial español ha encendido todas las alarmas sin que nadie se haya dado por aludido.
    En Baleares se está produciendo un fenómeno extraño, que es el nombramiento de militares para puestos de responsabilidad política. No extraña el hecho, ni la alta capacidad –como en cualquier gremio- de una minoría, sino la concentración en el espacio y en el tiempo, ya sea en una isla, en dos o en los servicios centrales del Ministerio de Defensa, donde también se está produciendo el fenómeno.
    Para el año que comienza se me va a permitir que ponga tarea a EEUU, porque si la cumple se transmitirá a la OTAN y de allí vía STANAG a España: hay que construir urgentemente un amparo legal para los miles de aviones no tripulados volando por medio mundo. Se ha publicado que desde 2002 EEUU ha realizado alrededor de 500 misiones con drones en Pakistán, Yemen y Somalia, causando alrededor de 4.000 muertos que cualquier estudiante de Derecho calificaría como ejecuciones extrajudiciales.
    Otro aspecto a tener en cuenta es que la mitología militar acabará viéndose afectada por esta nueva forma de hacer la guerra. Si ya cuesta creer hoy en la imagen del soldado con la bayoneta calada saltando de trinchera en trinchera, imagínese la dificultad del reparto de medallas entre quienes controlan en chándal estos engendros no tripulados a miles de kilómetros del objetivo fijado con más o menos precisión.
    El Instituto Español de Estudios Estratégicos estrena nueva revista digital, lo que siempre es una buena noticia.