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martes, 22 de noviembre de 2016

Vacuna contra el virus Trump

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Hemos visto caer a trozos
la barrera del sonido.
Sirva la imagen sacada de un tema de Antonio Vega para ilustrar la victoria de Donald Trup en las presidenciales de EEUU.
Pero esta columna incluye un mensaje de optimismo para la humanidad.
Así como los laboratorios farmacéuticos no investigan remedio para enfermedades que afectan a poca gente o con escasa capacidad de compra, la feliz noticia es que el virus del fascismo ha atacado el cuerpo político mas opulento del planeta, por lo que el remedio seguro que ya ha empezado a ser investigado en algún rincón de EEUU.
Los laboratorios donde se elaboran las vacunas y también se crean las peores infecciones políticas se llaman think tanks, laboratorios de ideas, impulsados -aunque tengan antecedentes anteriores- tras la guerra del Vietnam en suelo norteamericano, institutos de investigación a medio camino entre la Universidad, la política y la comunicación.
Por mencionar un ejemplo, el sustento ideológico y los actores políticos responsables de lo que acabó siendo la invasión de Irak y la desestabilización hasta hoy de Oriente Próximo surgieron de poderosos think tanks norteamericanos.
La versión nacional de estas entidades son la conservadora FAES de Aznar, la progresista Fundación Alternativas, el oficial Real Instituto Elcano y algunos otros menos conocidos o sectoriales, todos estos con escasez de recursos e indefinición de objetivos.
Reconozcamos sin embargo que el mundo del análisis está algo desprestigiado, se basa en lo que ha ocurrido y tiene cierta dificultad para adivinar el futuro.
Como estrategia de defensa se ha tratado sin demasiado éxito de difundir la idea de que vivimos cada vez con mayor frecuencia acontecimientos disruptivos, que producen una ruptura brusca de la normalidad (11-S, Lehman Brothers, Messi, internet, Crimea), imprevisibles en su llegada y consecuencias, pero esto no es nuevo, como probó en su día la máquina de coser.
Las críticas al analista las dirigen en gran medida aquéllos con capacidad ejecutiva, quienes toman las decisiones, que tampoco deberían presumir en exceso viendo el nivel y salud de las finanzas públicas, el mercado de trabajo, la innovación en la empresa, las crisis económicas que llevan incluso a interrumpir temporalmente la economía de mercado hasta que se socializan las pérdidas.
Se ha impuesto una falsa cultura empresarial con decisiones ejecutivas. "Despedido", "contratado", pasó una década diciendo Trump en un programa de televisión, con ese aire de empresario con ideas pocas y claras.
La salida con todo no puede ser otra que la elaboración de un proyecto político ilusionante de cambio progresista que deje atrás simplificaciones que ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos y atraen hoy el desahogo del votante y ninguna solución a sus problemas.
Para interpretar lo ocurrido convendría cuestionar al menos algunas verdades publicadas como el carácter antisistema de Trump, recordando su condición de multimillonario o la manita que algo tan del sistema como el FBI le tendió días antes de la votación cuestionando la criminalidad de la candidata Clinton. Viendo lo estrecho del resultado, cualquier factor ha sido decisivo, éste del FBI también.
Apuntemos también la placenta donde engorda Donal Trump, lejos de los arrabales del sistema, donde el cigoto ha pasado a embrión, luego a feto y acaba en candidato, que no es otra que el Partido Republicano al que ha representado en las urnas. Trump es un hijo que ha salido algo radical pero hijo al fin y al cabo de la derecha norteamericana y los pasos afianzados tras tres revoluciones conservadoras en las décadas recientes, empezando por Reagan, siguiendo con Bush padre e hijo y ahora Trump: adelgazamiento del Estado, reducción de impuestos a las rentas altas, desprestigio de la política, militarismo exterior, economía financiera sin control, incremento de la desigualdad, exclusión social de un tercio de la población, aderezado con el ultraconservadurismo en lo moral.
La deriva de la derecha norteamericana, también continental e incluso hispana incluye un maltrato a la estabilidad del sistema político sin el que no hubiera crecido candidato similar a éste. Recordemos por estas tierras la utilización política de los muertos de ETA, los abucheos al presidente en actos oficiales, el cuestionamiento de resultados electorales o Gobiernos, el desprecio al Parlamento o la corrupción en la misma columna vertebral del PP, donde se sitúa la financiación del partido y la organización de actos públicos: la médula.
En ese panorama sin reglas, irresponsable, clasista y excluyente ha chapoteado con éxito Trump.
Pero volvamos a la solución.
La inventora de lo que conocemos como think tanks no es otro que la misma derecha norteamericana, que decidió en los primeros setenta destinar esfuerzos personales y millones de dólares a elaborar doctrina y difundirla (esta última parte es importante, dar a conocer el papel es tan relevante como escribirlo); y su producción ideológica ha alimentado la oposición a los presidentes demócratas y ha alimentado los gobiernos republicanos.
Éste es el trabajo pendiente de la socialdemocracia a ambos lados del Atlántico, una labor continuada, a largo plazo, de reflexión y análisis que va perfilando un proyecto y luego un programa electoral -no comenzar por el final-, aprovechando además el proceso para difundir ideas y cuestionar el pensamiento dominante. Aquí aparece el equilibrio entre el mundo de la reflexión y de la ejecución.
Sin duda en EEUU ya se han debido poner en marcha para iniciar la remontada, los anticuerpos están despertando.
Ahora bien, cuando consigan la vacuna anti Trump deberemos tener en cuenta en territorio político europeo e hispano que la medicina se ha conseguido tras ensayos de laboratorio utilizando hombres blancos, algunos casi rosas, ultrarreligiosos, protestantes y de interior, humanos como nosotros y en principio sensibles a los mismos fármacos, pero nunca estaría de más adaptar el producto ideológico al indígena de izquierdas autóctono del sur de Europa.

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viernes, 27 de febrero de 2015

Más de 175.000 muertos en conflictos armados en 2014

MENOS GUERRAS, MÁS VÍCTIMAS
El total de fallecidos en el último año en conflictos armados en todo el mundo ha crecido un 35% en comparación con 2013, con Oriente Próximo y Siria como principal foco de víctimas. Entre las novedades, Ucrania

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Mural (el gato) del artista anónimo
callejero Banksy en Gaza.
El año 2014 ha sido especialmente letal por el número de víctimas mortales en conflictos armados en todo el planeta, a pesar de que el número de guerras ha disminuido, según indicadores ofrecidos por el británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos -IISS-, lo que implica que la violencia de los que permanecen ha sido más intensa.
Este think tank contabiliza durante el último año 176.000 muertes como consecuencia de conflictos abiertos, con un importante incremento en relación con los 113.000 de 2013.
El principal crecimiento se localiza en Oriente Próximo, principalmente por las consecuencias de la guerra civil en Siria, que se cobró la vida en 2014 de 80.000 personas, frente a 49.000 de un año antes.
En ese área destaca también la irrupción del grupo autodenominado Estado Islámico, como responsable del incremento de las víctimas mortales en Irak, que sumaron alrededor de 20.000 y más que duplicó las víctimas de 2013.
El IISS destaca en su informe que por primera vez en una década las víctimas en Europa se han disparado. El Instituto recoge cifras de Naciones Unidas de al menos 5.300 muertos en Ucrania desde abril de 2013, donde milicias separatistas prorrusas luchan contra fuerzas gubernamentales en el este del país. Más de 1.000 víctimas mortales se han producido desde el alto el fuego firmado en septiembre de 2014.
Los conflictos en África han contribuido también al incremento de las cifras mundiales. Alrededor de 10.000 víctimas se ha cobrado en 2014 el conflicto en Nigeria relacionado con la insurgencia radical islamista, mientras que en la República Centroafricana más de 5.000 personas fueron asesinadas en la violencia sectaria entre los rebeldes musulmanes Seleka y las milicias cristianas y animistas denominadas anti-Balaka. Naciones Unidas contabiliza por su parte otros 5.000 muertos en Sudán del Sur, y apunta a que la falta de progresos políticos en la resolución de estos tres conflictos africanos puede elevar el balance sangriento aún más en este 2015.

Millones de desplazados y refugiados

Las víctimas mortales que causan los conflictos se ven acompañadas además por grandes desplazamientos de población. Un informe reciente del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados indicaba que los conflictos provocaron sólo en el primer semestre de 2014 alrededor de 5,5 millones de personas desplazadas, de ellas 1,4 millones cruzaron fronteras internacionales y el resto tuvo que huir dentro de sus propios países. El número total de desplazados se estima en 46,3 millones de personas en todo el mundo en 2014.
Mural del artista anónimo callejero Banksy en Gaza.
Los datos del IISS también recogen un alto número de víctimas mortales en México y Centroamérica -alrededor de 15.000 en ambos casos-, como consecuencia de la actividad de grupos criminales que , si bien no persiguen objetivos políticos, sí han provocado el despliegue de fuerzas armadas y conflictos a una escala que, según el Instituto, amenaza incluso la estabilidad nacional de esos países.
En Asia, los conflictos localizados en Afganistán y el noroeste de Pakistán se cobraron en 2014 más de 10.000 vidas, con un crecimiento significativo en relación con 2013 que en el caso de Afganistán se relaciona con la retirada de la mayor parte de la presencia militar extranjera de su territorio.
Por su parte, las víctimas relacionadas con la insurgencia en la región china de Xinjiang se duplicaron en el último año hasta 400, entre ataques terroristas y la respuesta de las autoridades estatales.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos resalta la dificultad de recoger datos fiables en la mayor parte de los conflictos, con cifras discrepantes según la fuente. En cualquier caso aseguran que las cifras ofrecidas son estimaciones conservadoras y procedentes de fuentes abiertas.

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martes, 6 de mayo de 2014

¿Think o tank?

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el comunicólogo Carlos Penedo había de recordar aquel día en que tuvo el cuajo de empezar una columna con las primeras palabras de Cien años de soledad, un modesto homenaje al autor que tenía también una segunda intención.
En las necrológicas escritas por la muerte de García Márquez se ha recordado la vinculación del escritor colombiano-mexicano con el periodismo, su ejercicio profesional durante décadas, su respeto por la profesión y por el reportaje-crónica, género que intenta trasladar una situación y un sentimiento al lector, más allá de otros como la entrevista donde casi todo el mundo miente.
Si uno se dedica al periodismo y García Márquez también, pues se comparte aunque sea un miligramo de Premio Nobel; igual que si uno se considera occidental pues comparte en alguna ínfima proporción la creación de Apple y la llegada del hombre a la luna, por poca intervención en el asunto que haya tenido.
“Siempre me he considerado un periodista, por encima de todo”, dejó dicho; creó en 1994 la Fundación Nuevo Periodismo, dedicada a formar periodistas iberoamericanos, y allí comentaba que “el del editor es el trabajo más importante"; quienes se encargan de la supervisión profesional de los textos "son la cara del periódico. Lo que hacen los editores es más importante incluso que el papel del director. Ellos consiguen la calidad del diario".
Se refería García Márquez a una función hoy en peligro de extinción en los periódicos, un revisor de estilo con criterio y experiencia que cogía el artículo acabado de las manos del periodista y lo revisaba antes de su envío a talleres.
El editor convertía el periódico en un producto mejor que sus periodistas, lección magistral ésta sobre el trabajo en equipo, que cuando funciona siempre es mejor que la suma de sus componentes, lo que desnuda la inanidad de los proyectos exclusivamente personales, en el ámbito político, en el mundo laboral, siempre limitados.
El editor podríamos decir que ejercía algo parecido a funciones de autocrítico. Los periódicos han empeorado desde que los periodistas no se autocritican, es decir, desde que las empresas periodísticas han considerado superfluo pasar un último filtro a los artículos antes de su publicación para ahorrase unos durillos.
El valor de la crítica para elevar la calidad de un texto es un principio trasladable al análisis de la política que en gran número de ocasiones encontramos bajo la etiqueta de una organización que se autodenomina como think tank.
El término hace referencia a un laboratorio de ideas, un instituto de investigación, un grupo de analistas con el sentido práctico de escribir sobre políticas públicas y la aspiración de influir sobre ellas, sobre los que toman las decisiones. Se podría situar a medio camino entre el ámbito académico y la inmediatez periodística.
Un primer acercamiento a este mundo de los think tank nos lo ofrece la Universidad de Pensilvania, que elabora una encuesta-clasificación anual y mundial de estas organizaciones encabezada en su última edición por Brookings Institution (EE.UU.), seguida de Chatham House (Reino Unido), Carnegie Endowment for International Peace (EE.UU.), Center for Strategic and International Studies (EE.UU.) y en quinto lugar el prestigioso y sueco Stockholm International Peace Research Institute –SIPRI-.
El think tank español mejor clasificado aparece en el puesto 60, la  Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales –FAES- , en el 64 el Barcelona Centre for International Affairs -CIDOB-, en el 72 la Foundation for International Relations and Foreign Dialogue –FRIDE-, en el 94 el Real Instituto Elcano y en el puesto 137 –sobre 150- la navarra Institución Futuro.
En clasificaciones parciales, en referencia a Europa occidental, se suma a las anteriores la Fundación Alternativas, en el puesto 74 del continente. En el capítulo de política exterior, Elcano aparece en el puesto 33; en ciencia y tecnología encontramos en el 28 a la Fundación de la Innovación Bankinter; y en el grupo de think tanks ligados a partidos políticos aparece, junto con FAES, la difunta Fundación Ideas.
En seguridad y defensa ningún think tank español aparece entre los 65 mejores, listado que lidera el Center for Strategic and International Studies –CSIS- (EE.UU.), RAND Corporation (EE.UU.), International Institute for Strategic Studies –IISS- (Reino Unido), Brookings Institution (EE.UU), Chatham House –CH- (Reino Unido), Carnegie Endowment for International Peace (EE.UU.), el ya citado SIPRI (Suecia), Royal United Services Institute –RUSI- (Reino Unido), Center for a New American Security –CNAS- (EE.UU.) y Atlantic Council (EE.UU.).
De todos los mencionados se puede decir que elaboran documentos solventes, incluso teniendo en cuenta su vinculación u orientación política más o menos camuflada; enriquecen la sociedad civil y alimentan el debate público con análisis y propuestas.
El informe de la Universidad de Pensilvania señala que actualmente hay en el mundo 6.826 think tanks. De ellos, el 29% se encuentra en Estados Unidos (1.984 centros), el 26% en Europa (1.818 centros), el 17% en Asia (1.201 think tanks), el 9,7% en América Central y del Sur (662), el 9% en el África Subsahariana (612) y el 7% en la zona del Mágreb y Oriente Medio (511).
Por países, el que más centros de investigación alberga es Estados Unidos con 1.828, seguido de China con 426, Reino Unido con 287, India con 268 y Alemania con 194. España se encuentra en la posición 21 con 55 think tanks.
Reconociendo que en los últimos años han surgido un buen número de iniciativas de análisis riguroso y especializado, en el mundo de la seguridad y la defensa hispana el tanque se suele imponer sobre el pensamiento, el papel de altavoz sobre el cuestionamiento crítico.
Imagen del blog "La casa huele a sopa".
Porque con toda la diversidad que existe en el mundo de los think tank, se observa que los más prestigiosos han conseguido desvincular sus productos de la fuente financiera, nadie piensa en el Gobierno sueco leyendo los informes sobre gasto militar del SIPRI. Se podría resumir el objetivo en la suma de crítica constructiva, propuestas y voluntad de independencia, de tensar la cuerda, romper tópicos.
Hay que juntar el think y el tank, por separado no funciona, el resultado sale insípido o incomestible por reconcentrado; en estos casos, muy frecuentes, mientras leemos y leemos y pasan lentamente los párrafos y las páginas, uno tiene la sensación de que huele a sopa.

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