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lunes, 14 de febrero de 2022

Preguntas sobre Defensa

Artículo publicado también en Blog IDAPS.

La seguridad, la defensa, los asuntos militares revisten tanta importancia que muy a menudo las decisiones y actuaciones pierden el contacto con el ciudadano defendido -a veces incluso con el país protegido-, se desconoce qué opina y cuáles son sus inquietudes, como mucho se critica a ciudadanos y sociedad por su desconocimiento de los asuntos geoestratégicos, se echa en falta una sociedad con el sentimiento patriótico de la República Popular Socialista de Albania de Enver Hoxha (1946-1992), la querencia hacia el himno nacional de los franceses con la Marsellesa (ligada al antifascismo y al cine, todo sea dicho); no logra comprender mucho especialista cómo es posible que los españoles no planten mástil y bandera en el jardín como hacen nuestros aliados norteamericanos, o en la maceta del balcón de su piso; no se entiende que el ciudadano no respalde acríticamente, sin debate público ni información, el multimillonario presupuesto destinado a seguridad interior y exterior.

Afortunadamente traemos aquí una excepción. La Fundación Alternativas ha presentado este mes de enero el estudio ‘¿Qué amenazas enfrenta la seguridad de España y quién la protege? Cultura de la defensa en España’, en el marco de una colaboración estable con el Ministerio de Defensa y realizada por la empresa 40db que dirige la socióloga Belén Barreiro, quien fue presidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas allá al comienzo de siglo, por su segundo lustro. Esta encuesta se realizó entre diciembre de 2021 y enero de 2022, entrevistas asistidas por ordenador a 800 ciudadanos.

La encuesta es novedosa por existir y por su contenido.

Uno de los asuntos que los encuestadores destacan de la investigación es que seis de cada diez españoles se consideran poco o nada informados sobre asuntos de defensa y de seguridad nacional. Este grupo poblacional representa el 61,4% de la ciudadanía, mientras que el 36,7% opina estar bastante (31,2%) o muy (5,5%) informado en este apartado. Las mismas cifras se pueden interpretar en sentido contrario, que más de un tercio de los españoles se considera informado y por tanto interesado sobre asuntos de defensa (la información a uno le llega, y también se busca si le interesa), porcentaje similar al de población que en otros estudios aparece como interesada e informada sobre asuntos internacionales y política exterior, lo que supone una parte de la ciudadanía bastante considerable.

En cuanto al contenido, cabe interpretar -entre otros muchos- tres aspectos de la percepción ciudadana y la cultura de defensa en España: europeísmo, transversalidad de las amenazas y diversidad de enfoques.

Europeísmo

En lo que se refiere a las instituciones, una cuarta parte de los ciudadanos (24,9%) opina que la UE es el organismo con más capacidad de protección frente a las amenazas, con un 39% ente los jóvenes de 18 a 24 años y un 34,7% entre los de 25 a 34 años; mientras que la OTAN obtiene un 17,8% de las respuestas y los recursos exclusivamente nacionales alcanzan un 12,6%.

Existe un amplio apoyo a la creación de una brigada común europea (First Entry Force): dos tercios están a favor. En la misma línea, una mayoría amplia (68,1%) se muestra a favor de la idea de una mayor autonomía estratégica de la UE con respecto a EEUU. Asimismo, un 74,4% está de acuerdo con que España abogue por una Europa de la defensa.

Transversalidad

Los riesgos y amenazas saltan las fronteras de los organismos clásicos destinados a estos menesteres e incluso en ámbitos tradicionales ya no pueden actuar en solitario.

Entre las principales amenazas para la seguridad de España, la propagación de enfermedades infecciosas ocupa el primer lugar, con un 44,4%, seguida del terrorismo internacional (42%); el cambio climático y los desastres naturales (40,8); los ciberataques a sistemas (32,8%); los flujos migratorios (31%); y la desinformación y la polarización política a nivel nacional. El poder y la influencia de Rusia y Estados Unidos no son percibidos por los españoles como una amenaza, ya que menos del 6% así lo considera.

En lo que respecta a los actores internacionales, más de la mitad de los encuestados (53,5%) cree que el ISIS y los grupos yihadistas del Sahel representan un riesgo alto para España. Sobre una hipotética amenaza de China, el 20,2% ve un riesgo alto; el 33,9% medio; el 33,3% bajo. Acerca de los países del norte de África, el 40,6% de los encuestados cree que el riesgo de sufrir un ataque procedente de esa zona es medio; el 25,5% bajo y el 21,4% alto. Si la ofensiva llegara desde Rusia, el 37,4% ve un riesgo medio, mientras que un 19,7% opina que es alto y un 29,1% bajo. Por su parte, un supuesto ataque de Estados Unidos a España se valora en la encuesta con 55,3% de riesgo bajo, 22,8% medio, y tan sólo el 9,5% ve un riesgo alto.

Diversidad

Destaca en la encuesta la diferente opinión del ciudadano que se sitúa a izquierda o derecha, con lo que se percibe claramente que como cualquier otra política pública, existe variedad de visiones y opiniones sobre seguridad y defensa, diversidad en el enfoque por supuesto ideológica, también generacional e incluso entre mujeres y hombres. 

Sobre amenazas, los desastres naturales preocupan a una amplia mayoría de votantes de UP (el triple que a los simpatizantes de la derecha extrema). Por su parte, los votantes de VOX se muestran muy sensibilizados hacia la hipotética amenaza que proceda de los flujos migratorios o de países del norte de África y la zona al sur del Sáhara.

Que se reclame como política de Estado un área de la actuación del Gobierno, sea la Exterior, Defensa u otra, puede tener dos explicaciones: que estemos haciendo frente a una emergencia nacional y se requiera unidad de acción (conflicto armado con un vecino; o imaginemos una situación disparatada como una pandemia que llegara hasta a la reclusión de los españoles en sus casas), en cuyo caso podría estar justificada; o la segunda opción, que se exija unanimidad para aislar al discrepante. 

La realidad es diversa incluso sobre asuntos de defensa y seguridad, y existen diversos enfoques y matices, más allá de la defensa del atlantismo o la reclamación de mayor presupuesto sin mayor explicación de estrategia y medios necesarios.

CIS aparcado

En relación con su existencia, esta encuesta de Alternativas-40db se trata del mejor acercamiento (conocido) entre opinión pública y demoscopia y seguridad desde que el Centro de Investigaciones Sociológicas preguntaba a los españoles sobre Defensa y Fuerzas Armadas, costumbre abandonada hacia 2017 (cuando el CIS no era criticado). 

El CIS ha venido realizando una encuesta cada dos años, en coordinación con el Ministerio de Defensa, desde 1997. Aquellas encuestas permitían hacer comparaciones y evolución de la opinión pública en un plazo prolongado.

El CIS / Ministerio de Defensa incluía en aquellas encuestas preguntas sobre la cantidad de orgullo de ser español, la emoción del encuestado al contemplar la bandera o escuchar el himno, con resultados bastante elevados, referencias simbólicas de la conciencia nacional (una determinada conciencia nacional), que con mucha frecuencia se mezclan interesadamente con la seguridad. No sabemos si no gustaron las respuestas de los españoles, si el cuestionario había quedado algo desfasado u otro motivo, el caso es que aquellos estudios (clicando aquí, artículos propios glosando estas encuestas) revelaban que lo que más valora la sociedad española de sus Fuerzas Armadas es la profesionalidad de sus integrantes y actuaciones, más allá de valores difusos de gran éxito interno como la disciplina o el espíritu de sacrificio.

El estudio de Alternativas revela hoy ciertas inercias del presente (pandemias), del pasado (Estado Islámico, hoy objetivamente a la baja) y probablemente la opinión ciudadana sobre Rusia sería en este momento diferente y aparecería con mayor preocupación, por el clima de opinión creado durante las últimas semanas por todas las partes (excepto la amenazada Ucrania, que ha hecho varios llamamientos a evitar la sobreactuación).

Seguridad objetiva y subjetiva

Cabe destacar también que en asuntos de seguridad influyen factores objetivos (asesinatos por habitante, plantillas de la Guardia Civil y Policía, ahora recuperando los niveles de 2008) y subjetivos (cómo nos sentimos de seguros), y en las decisiones a veces se busca incidir en una variable más que en otra.

Por mencionar un ejemplo, el ayuntamiento de Majadahonda (70.000 habitantes, periferia residencial de Madrid, Gobierno de coalición PP-VOX) acaba de anunciar la instalación de 118 cámaras por las calles del municipio, con una inversión de cuatro millones de euros, despliegue que muy probablemente se dirija a la sensación subjetiva de seguridad de los vecinos y al negocio de los proveedores, más que a reducir los índices de criminalidad. Se persigue controlar incluso la entrada y salida de ciudadanos del municipio para detectar posibles delincuentes, de donde se induce lectura generalizada de matrículas e incluso reconocimiento facial.

El ciudadano interesado en seguridad, defensa, Fuerzas Armadas o política exterior, debería estar alerta sobre esta distinción entre seguridad objetiva y subjetiva; reclamar de sus responsables públicos (también privados) debate y explicación sobre decisiones y recursos (hace pocas semanas se aprobó en Consejo de Ministros cerca de dos mil millones de euros en un programa de drones que no mereció una simple rueda de prensa); y exigir que sea consultado cada cierto tiempo. Porque la seguridad es un instrumento público al servicio del ciudadano, no una fe que deba ser catequizada entre una feligresía descreída.

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martes, 11 de diciembre de 2018

Estadísticas conflictivas sobre seguridad y defensa

Artículo publicado también en infoLibre.
El mundo de la seguridad, defensa, Fuerzas Armadas, tiene una relación conflictiva con la realidad, se trata de personas que viven profesionalmente del conflicto, para enfrentarlo, evitarlo o provocarlo, y como es natural lo detectan por todos sitios porque es su objetivo. Por ejemplo, el campo de las predicciones suele estar trufado de previsiones catastrofistas precisamente porque muchos de los que se dedican a predecir el futuro son financiados o trabajan directamente en seguridad y perciben un porvenir inseguro, por deformación profesional y por la cuenta que les trae.
En cualquier caso, que el mundo de la seguridad tenga una relación conflictiva con la realidad es una paradoja que aparece cuando uno se pone a escribir sobre otro tema, relacionado pero distinto, que es su relación conflictiva con las estadísticas.
En algún momento indeterminado de este otoño de 2018, el Centro de Investigaciones Sociológicas -CIS- principal organismo demoscópico español, independientemente de quién ocupe su presidencia, ha publicado en su web el estudio identificado con el número 3.188 y el nombre "La Defensa nacional y las Fuerzas Armadas".
El momento ha podido ser en octubre, quizá noviembre, en cualquier caso sin publicidad, nota de prensa ni promoción alguna, de una encuesta que tuvo su trabajo de campo en septiembre de 2017. En éste y otros casos la conexión entre los trabajos académicos o científicos y la clandestinidad no suele ser habitual.
Aunque tiene su explicación: esta encuesta la elabora el CIS por encargo del Ministerio de Defensa cada dos años, ya van doce ediciones, es decir, que se viene realizando desde finales de los noventa con un mismo cuestionario, 2.500 entrevistas personales, en 255 municipios y 50 provincias del país. No existe otro estudio similar.
Resulta que hará unos años, tiempos de Pedro Morenés de ministro, coincidiendo con la crisis y la desconfianza del ciudadano hacia quienes les dejaron a la intemperie, al Ministerio de Defensa le empezaron a no gustar las respuestas de los españoles a sus preguntas y dejó de difundir su encuesta o a tardar años en acompañarla con sus propios comentarios.
El motivo del desencuentro afecta principalmente a los campos relacionados con la financiación de la defensa y el gasto militar; y también las cuestiones emparentadas con la identidad nacional concretada en símbolos como la bandera, el himno, la sangre derramada; también las respuestas referidas a los valores más apreciados por la ciudadanía en la profesión militar y la propia valoración de los ejércitos.
Se podría decir que en algunos aspectos no coincide la opinión pública con los referentes simbólicos de las Fuerzas Armadas, lo que está lejos de ser un problema, si bien aconsejaría a los responsables militares y a los civiles de quienes dependen los primeros a replantearse el contenido de su comunicación externa, la interna si funciona puede seguir repitiendo conceptos del siglo XIX.
El CIS está obligado a publicar sus encuestas como máximo un año después de elaborarlas y por eso conocemos esta última.
Tomemos entonces tres capítulos: uno simbólico, otro profesional y un tercero financiero. Cabe interpretar que el propio cuestionario en sí merecería una valoración, colocando a las Fuerzas Armadas como garantes de las esencias más allá de su función como instrumento de seguridad del Estado.
Entrando en los datos, apartado simbólico, el 77% de los encuestados se siente muy o bastante orgulloso de ser español, el 54% se emociona al ver la bandera española en un acto o ceremonia, y el 57% al escuchar el himno nacional. Una cuarta parte de los españoles siente una intensa emoción por estos asuntos y otra cuarta parte siente indiferencia, pero se puede concluir que los niveles de nacionalismo español son muy aceptables, sobre todo en contraste con la impresión general en circulación, aquella que dice que entre la indiferencia general España se va yendo por el desagüe, girando en círculos que por supuesto son hacia la derecha como sucede en el hemisferio norte, en el sur el desastre suele llegar girando hacia la izquierda (comentario no basado en el CIS, sino en la teoría de Coriolis, que habla de fluidos, no de ideologías, con una reputación algo homeopática).
En relación con las amenazas, la encuesta pregunta de forma abstracta, dejando aparte la familia (¿por qué la dejan aparte, con lo cerca que la tenemos?) si el encuestado considera que haya algo por lo que arriesgar o dar la vida, y 46% responde que no, el 45% que sí.
Ésta es una de las respuestas que no gustan, tampoco que entre quienes se jugarían la vida la mayoría no lo haría por la patria (47% no, 44% sí), aunque mayoritariamente sí la arriesgarían por salvar la vida a otra persona (93%), la paz (84%) o la libertad (82%).
En el caso de que España fuera atacada militarmente el encuestado no se presentaría voluntario. Esto es como preguntar por intención de voto sin elecciones convocadas, el encuestado no acaba de entrar en situación, si bien de la encuesta se puede deducir un fuerte sentimiento pacifista entre la población española, que considera la respuesta militar como un ámbito profesional que tiene esa misión, y que no se percibe una amenaza militar existencial que aterrorice al país.
Entre las principales amenazas que pueden afectar a la seguridad de España, Defensa y el CIS incluyen los flujos migratorios irregulares (significativo su presencia), aunque los españoles priorizan y colocan en puestos de cabeza el terrorismo, la inestabilidad económico y financiera, y los ciberataques.
En el apartado profesional, el valor más importante que los españoles opinan que debe tener un militar es... la preparación técnica, muy por encima de la honradez, la disciplina, lealtad, el espíritu de sacrificio, la capacidad de mandar u obedecer que trufan los discursos.
El 70% de los españoles creen que las Fuerzas Armadas están muy o bastante capacitadas profesionalmente (y mejorando), dos tercios tienen una opinión buena o muy buena de las Fuerzas Armadas (se ha recuperado desde el 55% en 2013), y que los ejércitos seguirán siendo necesarios para mantener la paz, la seguridad y la defensa.
En el capítulo de respuestas incómodas, la opinión generalizada no cree que el volumen de tropas sea insuficiente; y únicamente el 17% de los españoles piensa que el presupuesto destinado a la defensa nacional y las Fuerzas Armadas sea escaso, aunque algo ha subido desde el 13% de 2015.
Sobre el origen de las amenazas militares, la mayoría de los españoles pues no cree que ningún país esté pensando en atacarnos (46%), y entre los que sospechan que sí (41%) responden con vaguedades como países islámicos, que curiosamente distinguen de países árabes, aparecen como amenazantes para quienes se sienten amenazados la categoría países de Asia, también lógicamente países donde haya islamistas radicales; y entre países concretos, que son quienes suelen lanzar ataques militares, pues el encuestado menciona a Marruecos, Siria (?) y a poca distancia a Estados Unidos (estos países son mencionados por un centenar de personas de entre las 2.500 encuestadas).
Más de 60 preguntas podrían hacer la relación interminable. Finalicemos con que los españoles se reparten a partes iguales entre los que defienden la actual situación de las Fuerzas Armadas a las órdenes del Gobierno nacional y los que las integrarían en un ejército europeo o multinacional, circunstancia ésta internacionalista que ampara el acento presente y reciente que encuadra mucho de lo que se hace militarmente bajo el paraguas de una Defensa europea aún inexistente.
Si las encuestas buscan ser un fiel reflejo o aproximado a la realidad social, y no gustan las respuestas, el mundo militar y civil de defensa no tendría un problema con las estadísticas, sino con la sociedad o la comunidad política a la que deben defender.
Continúa abierta la disyuntiva de tratar de cambiar las percepciones sociales con información y debate, labor siempre complicada y de largo plazo, o adaptar los instrumentos que el Estado financia para la seguridad a los ciudadanos y circunstancias del país. Las dos opciones parecen compatibles. Lo claramente descartable es no informar y además que las Fuerzas Armadas/Defensa ignoren al ciudadano al que protegen.

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miércoles, 4 de enero de 2017

Defensa silencia sus propias encuestas

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Se dice que las encuestas son el instrumento más científico para medir percepciones sociales, y luego se interpretan sus resultados con mayor o menor éxito.
El Centro de Investigaciones Sociológicas -CIS- acaba de colgar a finales de diciembre de 2016 en su web la encuesta llamada "La Defensa nacional y las Fuerzas Armadas", que realiza cada dos años en colaboración con el Ministerio de Defensa (subsección Instituto Español de Estudios Estratégicos).
Se trata del sondeo más amplio y duradero sobre estos temas de seguridad en España: 2.500 entrevistas distribuidas por todo el país, se entiende que personales en domicilio, al menos 63 preguntas y se viene realizando desde 1997.
Lo sorprendente es que esta última edición de la encuesta se elaboró en septiembre de 2015, sin que desde entonces, pasados 15 meses, el Ministerio de Defensa la haya hecho pública; en estos casos el CIS está obligado a publicarla tras tenerla un año máximo en la nevera.
El comportamiento del Ministerio de Defensa tiene un antecedente directo: hizo lo mismo en el estudio anterior de 2013, tardó un año en difundirlo, tiempo que se tomó para acompañar los datos de su propia interpretación. En aquellas fechas la dirección política del Ministerio, entonces con Pedro Morenés al frente, se reconocía preocupada por la bajada de valoración de los españoles hacia las Fuerzas Armadas, en línea con el desprestigio institucional generalizado, circunstancia que no ocurre ahora, por lo que los motivos deben ser otros.
En cualquier caso la retórica habitual sobre la necesidad de extender entre los españoles la denominada cultura de la defensa se contradice con la ocultación de datos y estudios sociológicos.
Algunos resultados de interés de la encuesta de 2015, entre otros muchos:
  • Valoración FAS: un 61% de los españoles tiene una opinión positiva de las Fuerzas Armadas (suma de buena y muy buena), un resultado muy destacable que además remonta varios puntos desde 2013 y se acerca al máximo histórico registrado en 2011.
  • Presupuesto: quizá sea éste el apartado del que no se quiere hablar, la ciudadanía, que ha visto recortada la Sanidad. la Educación y hasta la cobertura del paro, pues opina que el presupuesto destinado a la defensa nacional y las Fuerzas Armadas es excesivo para el 25% de los encuestados y adecuado para otro 24%, y sólo un 13% lo considera insuficiente. El tema está de actualidad por el proceso de elaboración de los presupuestos para 2017, en los que la nueva titular del departamento, María Dolores de Cospedal, parece que negocia un sustancioso incremento, que -según lo anunciado- lejos de significar un mayor compromiso económico por parte del Partido Popular gobernante, que no ha practicado en los últimos cinco años, supondría incluir en el presupuesto inicial del Ministerio los créditos extraordinarios que ha venido recibiendo a mitad de ejercicio procedentes de Hacienda para abonar a la industria los grandes programas de armamento, método que el Tribunal Constitucional ha declarado ilegal en sentencia de este verano.
  • Morir o matar: militares y civiles de la Defensa muestran habitual inquietud por este apartado y según la encuesta del CIS un 52% de los españoles no sacrificaría o arriesgaría su vida por su patria-nación-país (un 40% sí); sin embargo, un 90% de los encuestados se jugaría la vida por salvar a otra persona, un 76% por la paz y un 74% por la libertad, circunstancias estas tres últimas que estarían presentes en un hipotético conflicto armado.
  • Prestigio profesional: en claro contraste con las opiniones entre los propios uniformados, los españoles valoran en primer lugar la preparación técnica de los militares, bastante por encima de otras cualidades de generosa circulación interna como la disciplina, la honradez o la valentía. Más de la mitad de los encuestados además opina que las Fuerzas Armadas están muy o bastante preparadas para defender España y que incluso han mejorado en los últimos años.
  • Sentimientos: la encuesta está trufada de cuestiones emocionales, de lógico interés cuando se trata de medir el nacionalismo, qué se siente y deja de sentir al escuchar el himno nacional, al ver la bandera o presenciar un desfile, y los resultados son elevados siempre. El 77% de los españoles se confiesa muy o bastante orgulloso de ser español.
María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa, en su primera comparecencia en el Congreso el 20 de diciembre de 2016: "Concienciar a nuestros ciudadanos de la importancia de la política de seguridad va a ser uno de los objetivos más importantes de esta legislatura para esta ministra. Es importante que la sociedad esté informada de los riesgos y amenazas y fortalezca su capacidad de respuesta frente a ellos con tranquilidad y con seguridad, pero también que conozca bien a qué nos enfrentamos. Para esto el mejor camino es el conocimiento público y la conciencia de defensa, saber que todo lo que se hace en defensa fuera y dentro de nuestras fronteras tiene que ver de manera directamente proporcional con la seguridad que percibimos en nuestros ámbitos más personales y familiares. Además, no tengo duda de que la seguridad es una responsabilidad de todos. Para ello vamos a dar prioridad en todos los ámbitos a la cultura de la defensa. Hay que explicar a los ciudadanos por qué las políticas de seguridad y de defensa son prioritarias. Tenemos que hacer esfuerzos en todos los niveles".
Añadió: "Cuanto más transparentes y más claros seamos desde el Ministerio en dar información, más abundaremos en esta política de cultura de la defensa".

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viernes, 5 de septiembre de 2014

Defensa oculta un año una encuesta negativa sobre las Fuerzas Armadas

  • Estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas
  • La valoración de las Fuerzas Armadas ha bajado ocho puntos en los últimos dos años, aunque sigue por encima de la mayoría de los organismos del Estado
  • Un tercio de los ciudadanos considera que los presupuestos de Defensa son excesivos

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.

Visita del ministro de Defensa, Pedro Morenés, al contingente
español en la República Centroafricana el pasado
junio (Foto: Ministerio de Defensa).
Los españoles han bajado su valoración de las Fuerzas Armadas, en línea con el desprestigio generalizado de las instituciones, la política y el sector público. La certificación mediante un estudio sociológico de este descenso ha causado preocupación en el Ministerio de Defensa hasta el punto de que ha tardado un año en difundir los resultados de la encuesta.
Del 12 al 23 de septiembre de 2013 el Centro de Investigaciones Sociológicas -CIS- realizó el mayor y mejor estudio que se elabora en España sobre la percepción social de las Fuerzas Armadas y cuestiones de seguridad y defensa, 2.500 entrevistas personales en domicilios por encargo del Ministerio de Defensa y periodicidad bienal. Un año más tarde Defensa ha acabado publicando los resultados, sin publicidad e impulsado porque en caso contrario lo hubiera hecho el propio CIS, ya que es ése el plazo máximo –según informan a estrelladigital.es- para mantener un estudio en la nevera.
El dato más significativo, en una encuesta muy extensa con decenas de preguntas, es que las Fuerzas Armadas reciben una valoración positiva del 55% de los encuestados (la suma de quienes responden con una opinión buena o muy buena), ocho puntos por debajo de la anterior encuesta de 2011 (máximo histórico con un 62%), rompiendo una tendencia positiva que se había registrado en la última década. La opinión actual de los españoles sobre los ejércitos se sitúa en los niveles de 2005 y por encima del año 2000 (52% de respuestas favorables) y 1997 (45%), cuando se inició esta serie de estudios.
Los datos marcan un punto de inflexión en la valoración de las Fuerzas Armadas
El Instituto Español de Estudios Estratégicos -IEEE- es el organismo del Ministerio de Defensa –similar a un think tank- que apadrina la encuesta y la acompaña de unos comentarios donde señala que “los datos marcan un punto de inflexión en la valoración de las Fuerzas Armadas”. Recuerda no obstante el IEEE que “las actitudes que manifiestan los ciudadanos hacia este institución (sic) son mucho más favorables que las suscitadas por cualquier otra organización pública en la actualidad”, en referencia a las bajísimas notas que reciben, por ejemplo, el Tribunal Constitucional (3,5) o el Parlamento (2,5).
Otros indicadores que han provocado inquietud en el Ministerio de Defensa es que la mayor parte de los encuestados (por encima del 60%) no muestran gran disposición a participar en la defensa del país, posición que ha aumentado más de 10 puntos desde comienzos de siglo.
En la cara crítica del estudio aparece también que el 37,6% de los españoles estaría dispuesto a arriesgar su vida o sacrificarse por su país. Y que un 31% de los encuestados piensa que el presupuesto anual para defensa es excesivo, con un incremento sustancial de un 13% desde 2009, otro 30% de los encuestados no tiene opinión y un 24% de los ciudadanos considera que es adecuado, lo que deja en un escaso 15% de los españoles que creen que el Gobierno debiera destinar más fondos a Defensa.
El estudio ha sido recibido con evidente malestar por parte del Ministerio de Defensa, que concluye tras su análisis que “se observa un retroceso hacia lo militar”, que “el sentimiento colectivo hacia los símbolos de España como representativos de la nación están en ligero retroceso”, afirman que “en algunas comunidades autónomas se observa un acusado crecimiento del desafecto hacia España” y se quejan de que “las carencias en la cultura de seguridad y defensa siguen siendo importantes en todos los estamentos de la sociedad española”.
Un escaso 15% de los españoles cree que el Gobierno debería destinar más fondos a Defensa
A pesar de los recelos del Gobierno, no todo su contenido es negativo, y en cualquier caso es un reflejo bastante fiable de lo que opina la sociedad real. La encuesta del CIS para Defensa ofrece muchos otros datos que muestran una sociedad comprometida, identificada con su país y con una pública opinión bastante convencida de la profesionalidad de los militares.
Sobre la predisposición a arriesgar o sacrificar la vida por un motivo, un 91% de los ciudadanos lo haría por salvar la vida a otra persona, un 76% por la paz, el 73% por la libertad.
Por su parte, la mayoría de los entrevistados se sienten orgullosos de ser españoles (76%, aunque seis puntos menos que en 2011), se identifican como tales y se sienten emocionalmente vinculados a los símbolos de España (bandera e himno).
Del estudio se puede deducir asimismo que la participación de militares españoles en operaciones en el exterior ha dejado de ser una novedad e influir positivamente en una imagen más moderna del colectivo, como así ha ocurrido en el pasado reciente.
La participación en este tipo de misiones reciben un apoyo mayoritario (83%) y un 40% de los entrevistados consideran que repercute favorablemente en la imagen de las FAS, influencia que ha bajado frente a anteriores encuestas.
La profesionalidad de las FAS recibe asimismo buenos resultados, con una mayoría de los entrevistados (51%) que opinan que están bien preparadas para defender el país, y un 61% en que cuentan con una buena capacitación profesional, porcentajes positivos aunque en retroceso desde 2011. El valor que citan los encuestados en primer lugar como más relevante de los militares es la preparación técnica, por encima de otros tradicionales como la valentía o la obediencia.
Entre los riesgos y amenazas, los ciudadanos sitúan en primer lugar la inestabilidad económica y financiera
A partir de la encuesta del CIS se puede interpretar que sólo un tercio de la población se interesa habitualmente por la información y los temas de seguridad, defensa y Fuerzas Armadas (un 65% de los entrevistados se declaran poco o nada interesados), apartado sin variaciones significativas en la última década aunque con una ligera tendencia al alza.
Sobre la percepción de riesgos y amenazas, los ciudadanos sitúan en primer lugar la inestabilidad económica y financiera, seguida del terrorismo, catástrofes medioambientales, armas de destrucción masiva y amenazas relacionadas con la dependencia energética. La posibilidad de un conflicto armado ocupa la décima posición entre doce planteadas.
Si se asocia la amenaza real a nuestra seguridad con un país, el 19% de los encuestados menciona a Marruecos, un sorprendente 15% al Reino Unido (aquí se interpreta la influencia de la tensión en torno a Gibraltar) y otro 11% a Siria.
Por último, el estudio del CIS va más allá de la percepción sobre asuntos relacionados con la seguridad y entra de lleno en la identidad nacional de los encuestados. En este ámbito, la encuesta dice que la mayoría de los ciudadanos (54%) se siente tan española como de su comunidad autónoma, es decir, una identidad múltiple o doble; un 24% se siente únicamente español -16%- o más español que otra cosa -8%-; y otro 17% se siente únicamente de su identidad autonómica-nacional (periférica, la llama el estudio) -6%- o pesa esa identidad más que la estatal -11%-.
En la encuesta destaca Navarra como la autonomía donde más peso tiene la identidad nacional no española (53%), seguida de País Vasco (44%) y Cataluña (40%). En sentido contrario, la identidad española alcanza máximos en Madrid y la Comunidad Valenciana (39%), La Rioja y Cantabria (37%); mientras que la identidad múltiple o doble registra sus mayores niveles en Asturias (80%), Murcia (77%) y Galicia (72%).

Sugerencias

Instituto Español de Estudios Estratégicos
La Defensa y sus públicos, por Carlos Penedo (Blog Contextos, 20-4-2014).