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domingo, 10 de marzo de 2024

Palestina en Eurovisión

Resulta que Australia participa en el festival de Eurovisión desde 2015. Son más de 17.000 kilómetros los que separan Zahara de los Atunes y Camberra, ¿cuál es entonces la explicación? Pues porque nos gusta y porque nos divierte, que cantaban Los Ronaldos, más una pizca de historia inglesa y porque son de origen mayoritariamente europeo, fruto de un tipo específico de colonialismo anglo que desplaza a la población local, hacia otros lugares u otros mundos, y sitúa a colonos, que hoy mismo podemos contemplar en algunos lugares de Oriente Próximo.

La trayectoria de Israel en el Festival Europeo de la Canción es aún más larga, se remonta a 1973, año recordado por la guerra del Yom Kipur, el Gran Día (en árabe se dice muy parecido) de fiesta que los vecinos aprovecharon para atacar, una actuación que hoy pertenece a la arqueología política de las cosas imposibles que vuelvan a suceder.

Israel ha llegado incluso a ganar Eurovisión en cuatro ocasiones. Destaquemos entre sus representantes a la cantante israelí Noa en 2009, artista de origen familiar yemení, podríamos considerarla una judía árabe, familia de religión judía y cultura árabe, como cientos de miles de habitantes de Oriente Próximo y Mágreb durante siglos, hasta los años sesenta del siglo pasado.

Australia e Israel son la muestra de que Europa es más que un marco geográfico, es una idea política, garantía de Derecho, libertades y desarrollo para sus nacionales, no llega a ser un estado de ánimo, como se dice de Tánger, pero se acerca, e incluye en el club a quien le apetece, y excluye por los mismos motivos aunque el candidato sea tan europeo como Turquía.

La Unión Europea de Radiodifusión dice regirse por normas, y una de ellas prohíbe y sanciona las manifestaciones políticas. La edición del Festival Europeo de la Canción de 2024 (Malmö, Suecia, en mayo, tras ganar en la edición pasada la cantante Loreen, sueca de origen marroquí) ha nacido ya con cierta polémica a cuenta de la participación de Israel, el contenido de su participación -les han forzado a cambiar tema y letra- y las llamadas a su exclusión.

Con más de 31.000 muertos encima de la mesa en seis meses de violencia extrema, muchas voces defienden la expulsión de Israel del certamen, como se hizo hace dos años con Rusia. 

La Unión Europea de Radiodifusión (EBU-UER) anunció en 2022 el boicot a la participación de Rusia en el Festival de la Canción de Eurovisión de ese año porque "a la luz de la crisis sin precedentes en Ucrania, la inclusión de una participación rusa en el Concurso de este año desacreditaría la competencia" (quizá quisieron decir competición).

"La EBU es una organización apolítica de emisoras comprometidas con la defensa de los valores del servicio público", decían de sí mismos. "Seguimos dedicados a proteger los valores de una competición cultural que promueve el intercambio y la comprensión internacionales, reúne al público, celebra la diversidad a través de la música y une a Europa en un mismo escenario", justificaban la exclusión.

El distinto tratamiento a Rusia e Israel en el concurso alimenta la visión muy real de doble moral por parte de la organización, opinión muy extendida fuera de lo que se ha venido en llamar Occidente, otra etiqueta no geográfica.  Sobre la politización del festival, recordemos que Ucrania venció en la edición de 2022 por motivos extra musicales, muy políticos, para regocijo generalizado.

Para completar el contexto, recordemos que Islandia, pequeño y poco habitado país al norte de todos los nortes, conocido por producir a Björk y otros músicos inclasificables, fue multada en 2019 por la organización del festival porque sus participantes exhibieron una bandera palestina. Este 2024, un cantante palestino ha estado a punto de ganar la representación del país en Eurovisión, ha quedado segundo en el espectáculo de selección, con un tema cantado en islandés, pues en Islandia y otros sitios es el idioma lo que mejor representa la identidad cultural, más allá del origen y lugar de nacimiento del cantante.

Defendamos desde aquí el arte, la cultura y el deporte al margen de consideraciones políticas, defendamos la participación libre de cualquiera al margen del comportamiento de los dirigentes de su país, algunos recordamos vagamente en nuestra infancia el boicoteo mutuo de EEUU y la URSS a sus juegos olímpicos respectivos.  Ahora bien, si excluimos debiera aplicarse la nueva regla a todo caso.

Difícil evitar en la edición de 2024 la contaminación política palestina  del concurso, por los muertos, por los prolegómenos, por el Benidorm Fest islandés, por la pegatina de los Goya, porque es la actualidad y los artistas suelen ser gente sensible a las tragedias y a la actualidad.

Separar cultura y política es imposible hasta en Eurovisión, con su defensa por ejemplo edición tras edición de opciones sexuales no convencionales, eso es política con mayúsculas, y la participación de Israel también lo es.

Desde esta columna lanzamos una petición a la Unión Europea de Radiodifusión: que se estudie la participación de Palestina en próximas ediciones del concurso, si llegara algún día a materializarse esa idea de los dos Estados vecinos. Comparte espacio geográfico con Israel, Mediterráneo con Europa, comparte monoteísmo, cercanía también cultural y condición de víctima de una limpieza étnica, en su caso en marcha.

O mejor propuesta aún, que la representación de un futuro único Estado democrático y aconfesional que integre a todos los ciudadanos de la Palestina histórica, independientemente de sus creencias, se alterne un año en hebreo y otro en árabe, o una estrofa en cada idioma.

Lo que está claro es que tanto derecho como cualquiera tienen los palestinos a estar presentes en Eurovisión, y hasta que sea con música ya están allí políticamente instalados, muy especialmente en la edición de 2024.

Artículo publicado también en La Hora Digital.


jueves, 22 de abril de 2021

Ramadán 2021

 

Con la regularidad matemática que tiene el movimiento de los planetas a través de la energía oscura, llegan hasta nosotros las fiestas religiosas y civiles: el Carnaval, la Semana Santa, las Fallas, las ferias andaluzas de primavera..., el Ramadán ahora; uno de los cinco pilares del islam, mes del calendario islámico ligado a la espiritualidad, al ayuno durante el día, al descontrol horario, comidas especiales, la ilusión de los niños y a la celebración social y familiar, que comenzó este 13 de abril.

Reconozcamos al Ramadán que aporta cierta imprevisibilidad, por aquello de la luna que lo hace moverse por el calendario unos días cada año, es una regularidad algo desplazada.

Los virus que flotan en el ambiente y sus restricciones están provocando que estas fiestas pasen sin entusiasmo. Silvio Rodríguez podría cantar hoy a dónde van los cumpleaños que no celebramos. ¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿Acaso se van? ¿Y a dónde van? ¿A dónde van?

La pandemia nos invade con su chaparrón de datos difíciles de encajar, los partes diarios, la satisfacción de haber pasado una semana más..., como para pensar en el más allá, pero los recordatorios religiosos llegan al más acá sin pedir permiso.

¿Novedades del Ramadán 2021? Se celebra con trece meses de pandemia a nuestras espaldas, sin el susto en el cuerpo de 2020 pero con restricciones y toques de queda que impiden las reuniones nocturnas que tanto caracterizan estas fechas. Las autoridades islámicas en España avisan que "se desaconseja realizar el iftar en la mezquita -la ruptura del ayuno al caer la tarde, el desayuno podríamos llamar-, a fin de evitar aglomeraciones y riesgos de contagio, debiendo en todo momento guardar las distancias interpersonales y uso correcto de las mascarillas, sin dilatarse en el tiempo".

Lo primero, datos. Según el Estudio demográfico de la población musulmana, el último publicado a finales de 2019, elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España -UCIDE-, en nuestro país viven 2.100.000 musulmanes, con una mayor presencia en Cataluña (560.000), Andalucía (340.000), Madrid (300.000) y Comunidad Valenciana (220.000).

En estos datos hay niños y seguro que incluyen agnósticos y ateos, se trata de una aproximación que utiliza nacionalidades y generalizaciones, porque no existe un censo confesional en España, ni otro estudio más fiable que éste.

Desde hace no muchos años, la primera nacionalidad de los musulmanes en España es... la española (880.000 personas), seguida de la marroquí (810.000) y a distancia ciudadanos con origen en Pakistán (90.000), Senegal (70.000) y Argelia (60.000).

De los musulmanes españoles digamos que 350.000 son nacionalizados, unos 70.000 son ceutíes o melillenses y medio millón son menores.

Hay 80 profesores de religión islámica en España (la Conferencia Episcopal cifra en 34.000 los de religión católica en el país).

El Ramadán de 2020 comenzó con el fallecimiento por la pandemia de Riay Tatari, el presidente de la Comisión Islámica de España durante varias décadas, persona respetada e interlocutor habitual de la Administración. Resulta que su sucesor, Aymán Abdli, ha sido este mes de marzo detenido y puesto en libertad tras prestar declaración al estar investigado por su participación en una red de financiación de organizaciones yihadistas, por enviar dinero con ese fin a Siria.

El suceso, cuyo afectado niega y en cualquier caso desliga de su papel representativo, aporta confusión a la representación del islam en España, tradicionalmente dividida entre la UCIDE y la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), las dos grandes organizaciones que se unen en la Comisión Islámica de España; vuelve además a relacionar islam con terrorismo, mantra que parecía ir claramente a la baja como causante de todos nuestros miedos tras triunfar desde comienzos de siglo, sustituido recientemente por el ciberpánico.

Otro asunto digno de estudio es si estas organizaciones representan fielmente a los musulmanes hispanos y si la Administración tiene formas alternativas para conectar con ciertos colectivos al margen de su confesión, pensando en población inmigrante.

Saltando a un ámbito más festivo se encuentra el capítulo de las felicitaciones. Junto con la tradicional pieza informativa sobre el Ramadán de Televisión Española desde Marruecos, no desde más cerca, se merece su aparición en esta columna el Atlético de Madrid, que ha felicitado este año a los musulmanes desde Twitter en inglés y árabe, siguiendo la falsa creencia de que el islam es algo ajeno a España e ignorando a dos millones de personas que podrían llenar el Wanda Metropolitano un domingo tras otro.

El Real Madrid felicitó en 2017 con parte de la plantilla el Ramadán a los musulmanes de Arabia Saudí, sugerencia de patrocinador que ha debido de cambiar en la presente temporada.

La prensa deportiva no es extraño que trate este tema, el mismo As publicaba un artículo este mes sobre el partido Real Madrid-Liverpool y las circunstancias de Benzemá y Salah, llegando siempre a la conclusión de que el deporte de élite pues no se ve afectado por estas cosas por razones evidentes.

Saliendo del fútbol, la felicitación institucional a los musulmanes es algo habitual en otras latitudes, por aquí escasea y por tanto hay que reconocérselo al comandante militar de Ceuta, el general Alejandro Escámez, que aprovechando las páginas del periódico El Faro compartía el 12 de abril que, a pesar de la covid, "no deja de ser ésta una fecha muy especial para la comunidad musulmana, para los militares de la guarnición que profesan esta religión, y para todos los ceutíes que convivimos en esta magnífica ciudad. Sin embargo será una celebración en la que la paciencia, el recogimiento y oración individual, la ayuda a los más necesitados y la esperanza adquirirán una mayor trascendencia por esta particular coyuntura".

El general Escámez aprovechaba "para desear, en nombre de todos los componentes de la Comandancia General, a toda la familia que constituye la comunidad musulmana de Ceuta, un dichoso y fervoroso Ramadán con un venturoso Aíd al Fitr, reinando la paz y alegría en sus hogares y anhelar que pronto veamos el final de esta pandemia y con ello se recupere la plenitud de esta celebración. Ramadán mubárak". Conoce el general la presencia no pequeña de militares españoles de confesión musulmana en algunas unidades; y que es perfectamente compatible ser musulmán, militar del ejército español y emocionarse hasta el nudo en la garganta y sentir como propio el malagueño Cristo de la Buena Muerte.

La pandemia provocada por el covid-19 ha dejado de alguna forma en suspenso cómo evoluciona la religiosidad en España, la tendencia clara de bajada de la práctica religiosa (de las bodas católicas, por ejemplo) compatible con el boom de participación en su expresión festiva como síntoma de identidad cultural, léase procesiones de Semana Santa. Las confesiones organizadas sin ritos sociales -limitados en tiempos de pandemia- pierden gran parte de su sentido, y uno sospecha que los muchos participantes en celebraciones religiosas lo hacen movidos por razones añadidas a la fe.

A raíz de polémicas en algún punto estériles sobre si la religión organizada favorece o penaliza libertades individuales, digamos que el marco legal español no facilita la imposición social de restricciones más o menos justificadas por motivos religiosos.

Resulta diferente ser musulmán en España o en un país mayoritariamente islámico, la oferta religiosa en España es amplia, la presión social menor, la identidad de los ciudadanos es diversa y hasta puede ser cambiante con el tiempo, no de confesión, sino de alternar procesiones con partidos de fútbol, reivindicación política o práctica social o cultural.

Decía Silvio Rodríguez: "¿A dónde va lo común, lo de todos los días? ¿El descalzarse en la puerta, la mano amiga? ¿A dónde va la sorpresa casi cotidiana del atardecer? ¿A dónde va el mantel de la mesa, el café de ayer?".

Para dos millones de convecinos durante estos días el Ramadán forma parte de lo pequeño y en algunos casos lo grande, entre el desinterés de la sociedad y de sus portavoces.

Para finalizar, una referencia no religiosa: el reciente nacimiento del periódico digital Baynaná (significa 'entre nosotros'), "un medio online bilingüe -en árabe y español- que apuesta por el periodismo social y de servicio público. Nuestra revista -se autodefinen- aspira a ofrecer información de utilidad a la comunidad arabófona en España y, al mismo tiempo, tender puentes entre las personas migrantes, refugiadas y españolas de origen extranjero, y el resto de la sociedad".

Un ejemplo de iniciativa cultural poco frecuente de la comunidad inmigrante de origen árabe en España. Las religiones en su mejor versión son cultura; y hay también mucha cultura no religiosa. 

Bienvenidos todos los puentes.

Sugerencias


sábado, 27 de febrero de 2021

L'Algérie à travers la littérature

Il y a peu de façons comme la littérature de se déplacer dans le temps et l'espace, et de remettre en question ses propres idées, celles des autres, qu'elles soient figées ou longuement méditées.

Ce qui précède et ce qui suit sont tirés du roman "Nos richesses", de l'Algérien Kaouther Adimi, publié en Espagne par Libros del Asteroide en 2018, traduit par Manuel Arranz, original en français un an auparavant. L'auteur nous emmène dans une librairie d'Alger, des années 1930 à nos jours, et nous interroge.

Littérature - La littérature est-elle le meilleur moyen de connaître d'autres cultures ? Les romans de Juan José Millás reflètent-ils l'Espagne d'aujourd'hui ? Le but d'un écrivain est-il artistique ou didactique ? La réalité des sociétés arabes est généralement si intense qu'elle s'infiltre dans la fiction, même s'il ne faut sans doute pas demander au romancier de se spécialiser dans les sciences sociales, historiques ou sociologiques, au-delà d'une certaine rigueur dans ses références, dont l'absence pourrait remettre en cause ce qui est raconté. Prenons plaisir à lire de la fiction, et tirons les vrais fils avec d'autres disciplines.

Les colons - Il n'y a pas deux expériences coloniales identiques, imposées ou subies, aucune n'est exemplaire, et on oublie souvent que le colonialisme passé et présent a un acteur fondamental qui sont les colons, jusqu'à un million en Algérie, plus d'un dixième de la population, dont la plupart sont partis avec l'indépendance en 1962. Le colon fait partie d'un système de racisme institutionnalisé, dont il n'est peut-être pas responsable mais dont il est bénéficiaire, souvent humblement. Parfois, la faible rentabilité économique de certaines colonies pour la métropole, comme l'Algérie ou le Maroc, est mise en avant, comme si une plus grande efficacité économique aurait mieux justifié l'occupation et la répression. Tous les colonialismes ont alimenté la violence plus le militarisme, et la contestation réactionnaire dans la métropole, en France par exemple est à l'origine de deux coups d'État en 1958 et 1961, liés à l'Algérie.

Atalayar_Argelia cultura

On peut se demander si une Algérie indépendante a jamais été possible avec ce million de colons inclus, non pas dans un régime d'apartheid, mais dans le cadre d'un nouvel État indépendant, tous ensemble dans un pays régi par les lois des majorités électorales ; probablement que la violence a empêché une telle solution, qui dans d'autres géographies comme la Palestine est déjà devenue la seule option, l'alternative est le nettoyage ethnique.

Le roman d'Adimi reflète dans ses références passées l'Algérie des colons, les seuls à jouir de la nationalité française, qui excluait les Arabes, les Indiens, les musulmans, et incluait les chrétiens et les juifs. D'une certaine manière, Adimi, né vingt ans après l'indépendance, peut s'approprier une tradition culturelle que les Algériens non français contemporains de la colonisation n'ont pas ressentie comme la leur. Dans les romans de Camus ou d'Ángel Vázquez, né à Tanger, les Arabes n'ont pas de nom, ils font partie du paysage.

Les Espagnols en Algérie - La relation entre l'Espagne actuelle et l'Algérie est intense, ancienne et inconnue. Cervantes est prisonnier à Alger, la mère minorquine de Camus (Catalina Elena Sintes), la grand-mère de Lole Montoya (Antonia La Negra, d'Oran), les exilés républicains, militaire de gauche (certains y sont tombés dans les années 70), immigration économique pendant des siècles, occupation par la couronne espagnole d'Oran de 1509 à 1792 (Cisneros, cardinal, inquisiteur, régent, est allé de Tolède à Grenade puis à Oran dans sa propre campagne de conquête ; que le sahraoui Villa Cisneros, aujourd'hui Dakhla, rend hommage à celui qui a été nommé capitaine général de l'Afrique par Ferdinand le Catholique). L'Espagne et l'Algérie sont également reliées par deux gazoducs souterrains, et cela unit beaucoup de choses ; bien qu'il faille également reconnaître que les questions d'énergie et de sécurité rapprochent certaines personnes, entreprises et gouvernements, un peu moins les citoyens.

Méditerranée - De Serrat à Camus, il existe un mythe méditerranéen. De nombreux Arabes connaissent l'Espagne par Barcelone, Alicante a un ferry avec l'Algérie. Il existe des initiatives politiques entre les deux rives qui ne tissent pas tout à fait un réseau qui existe en matière de travail régulier et irrégulier, dans les domaines sentimental et culturel.

Identité - L'Algérie ne peut être comprise sans le colonialisme (pas de pays arabe, ni la France), pas plus que les Etats-Unis sans l'esclavage ou l'Espagne sans la guerre de Sécession, celui qui veut approcher ces pays doit étudier ces phénomènes phénoménaux, sans arriver à des conclusions catégoriques, mais l'approche apporte un éclairage sur le scénario.

De camps éventuellement opposés, le colonialisme étant l'un d'entre eux, on prétend que l'Algérie est une création française, qu'il n'y a pas d'identité algérienne préalable et on se demande parfois s'il y en a même une ultérieure.

L'identité est multiple et changeante, en règle générale, l'identité algérienne ne serait donc pas immuable, on ne peut jamais dire qu'elle n'existe pas. Si nous nous référons à l'identité nationale, elle existe évidemment aujourd'hui, mais il y a deux siècles, en Afrique du Nord, elle était différente, comme en Espagne, beaucoup de sujets et peu de citoyens.

Atalayar_Argelia cultura

Reconnaissons que l'Algérie a une transition en cours, les références politiques nationales sont liées à la guerre d'indépendance (avec une date d'expiration, celle de ceux qui l'ont vécue), là cherchent leur légitimité ; ceux qui ne l'ont pas par les votes (une autre voie est la religion) et ceux qui recherchent la pureté des premiers jours, ce qui ne remet pas en cause l'identité algérienne, aujourd'hui avec 130 ans de colonialisme derrière elle, un violent processus de huit ans d'indépendance, le mythe révolutionnaire et non-aligné des années 60 et 70, la répression d'un printemps particulier à la fin des années 80, une guerre civile dans les années 90 et la moitié de la population actuelle de moins de 25 ans, tout cela est identité, y compris le hirak, comme on appelle les mouvements de protestation populaire qui ont émergé depuis février 2019 et ont forcé le départ de la présidence de Bouteflika après deux décennies à la tête du pays.

Face à l'analphabétisme colonial, l'alphabétisation majoritaire en arabe et en français, le bilinguisme total, auront également une certaine influence sur l'identité algérienne actuelle. Aujourd'hui, l'espagnol est aussi américain que le français est maghrébin.

Tout cela apparaît à la lecture du roman de l'Adimi algérien, et surgit également grâce au travail de promotion culturelle réalisé par Silvia Rubio et Maribel González de la Separata Árabe, un site web et un club de lecture, qui ont récemment organisé une rencontre numérique sur le roman de Kaouther Adimi avec la spécialiste de la politique énergétique Aurelia Mañé ; grâce aux quatre femmes de ce paragraphe, l'Algérie est plus proche aujourd'hui, parce que nous la comprenons mieux.


Texte original en espagnol. Traduction gracieuseté du magazine Atalayar, un pont journalistique d'Espagne entre rivages et cultures, où il a également été publié.


viernes, 26 de febrero de 2021

Algeria from literature

 

There are few paths like literature for moving through time and space, and for questioning one's own ideas, those of others, whether pinned down or long thought out

The above and the following arise from the novel "Our Riches", by the Algerian Kaouther Adimi, published in Spain in 2018, originally in French a year earlier. The author takes us on a journey to a bookshop in Algiers, from the 1930s to the present, and raises questions.

Literature - Is literature the best way to get to know other cultures? Do the novels of Juan José Millás reflect present-day Spain? Is the aim of a writer artistic or didactic? The reality of Arab societies is generally so intense that it seeps into fiction, although we should probably not ask the novelist to specialise in social, historical or sociological sciences, beyond a certain rigour in his references, the absence of which could call into question the story. Let us enjoy reading fiction, and let us pull the real threads with other disciplines.


Settlers - No two colonial experiences are the same, imposed or suffered, none of them exemplary, and it is often forgotten that past and present colonialism has a fundamental actor in the form of the settlers, up to a million in Algeria, more than a tenth of the population, most of whom left with independence in 1962. The settler is part of a system of institutionalised racism, for which he or she may not be responsible but is often a humble beneficiary. The poor economic profitability of certain colonies for the metropole, such as Algeria or Morocco, is sometimes pointed out, as if greater economic efficiency would have better justified occupation and repression. All colonialisms have fuelled violence plus militarism, and reactionary contestation in the metropole, in France for example behind two coups d'état in 1958 and 1961, linked to Algeria.

One may wonder whether an independent Algeria was ever possible, with that million settlers included, not under apartheid, but as part of a new independent state, all together in a country governed by the laws of electoral majorities; probably violence prevented such a solution, which in other geographies such as Palestine has already become the only option, the alternative being ethnic cleansing.

Adimi's novel reflects in its past references to the Algeria of the colonists, the only ones to enjoy French nationality, which excluded Arabs, indigenous people, Muslims, and included Christians and Jews. In a way, Adimi, born twenty years after independence, can appropriate a cultural tradition that non-French Algerians contemporary to colonisation have not felt as their own. In the novels of Camus or the Tangier-born Ángel Vázquez, the Arabs have no name, they are part of the landscape.

Spaniards in Algeria - The relationship between what is now Spain and Algeria is intense, ancient and unknown, and includes Cervantes held captive in Algiers, Camus' Minorcan mother (Catalina Elena Sintes), Lole Montoya's grandmother (Antonia La Negra, from Oran), Republican exiles, leftist military (some fell there in the seventies), economic immigration for centuries, occupation by the Spanish crown of Oran from 1509 to 1792 (Cisneros, cardinal, inquisitor, regent, went from Toledo to Granada and then to Oran in his own campaign as a conqueror); The Saharan Villa Cisneros, now called Dakhla, pays homage to the man named Captain General of Africa by Ferdinand the Catholic). Spain and Algeria are also linked by two underground gas pipelines, and that unites a lot; although it should also be acknowledged that energy and security issues bring some people, companies and governments closer together, but less so between citizens.

Mediterranean - From Serrat to Camus, there is a Mediterranean myth. Many Arabs know Spain through Barcelona, Alicante has a ferry with Algeria. There are political initiatives between the two shores that fail to weave a network that does exist in regular and irregular labour, sentimentally and culturally.

Identity - Algeria cannot be understood without colonialism (no Arab country, nor France), any more than the US without slavery or Spain without the Civil War, and anyone wishing to approach these countries has to study these phenomenal phenomena, without coming to categorical conclusions, but the approach does shed some light on the scenario.

From possibly opposing camps, colonialism being one of them, it is claimed that Algeria is a French creation, there is no prior Algerian identity, and it is sometimes questioned whether there is even a subsequent one.

Identity is multiple and changing, and as a general rule, Algerian identity is therefore not immutable, one can never say it does not exist. If we refer to national identity, it obviously exists today, but two centuries ago in North Africa it was different, as it was in Spain, with many subjects and few citizens.

Let us recognise that Algeria has a pending transition, the national political references are linked to the war of independence (with an expiry date, that of those who lived through it), where those who do not have it through votes seek their legitimacy (another way is religion) and those who seek the purity of the early days, which does not question the Algerian identity, today with 130 years of colonialism behind it, a violent eight-year process of independence, the revolutionary and non-aligned myth of the 1960s and 1970s, the repression of a particular spring in the late 1980s, a civil war in the 1990s and half of the current population under the age of 25 - all of this is identity, including the hirak, as the popular protest movements that have emerged since February 2019 and forced Bouteflika out of office after two decades at the helm of the country are called.

In contrast to colonial illiteracy, the majority literacy in Arabic and French, total bilingualism, will also have some influence on Algeria's current identity. Spanish is as American language today as French is North African.

All of the above appears on reading the novel by the Algerian Adimi, and also arises thanks to the work of cultural promotion carried out by Silvia Rubio and Maribel González from Separata Árabe, a website and reading club, who recently organised a digital meeting on the novel by Kaouther Adimi with the energy policy specialist Aurelia Mañé; thanks to the four women in this paragraph, Algeria is closer to us today, because we understand it better.

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Original text in Spanish. Translation is courtesy of Atalayar magazine, a journalistic bridge between shores and cultures where this article was also published.

jueves, 25 de febrero de 2021

Argelia a partir de la literatura

Artículo de opinión publicado también en Atalayar.

Pocos caminos como la literatura para desplazarse en el tiempo y el espacio, y para cuestionarse ideas propias, ajenas, cogidas con alfileres o largamente meditadas.

Lo anterior y lo siguiente surgen a raíz de la novela “Nuestras riquezas”, de la argelina Kaouther Adimi, en España publicada por Libros del Asteroide en 2018, traducida por Manuel Arranz, original en francés de un año antes. Nos propone la autora un viaje a una librería de Argel, desde los años treinta al presente, y provoca interrogantes.

Literatura - ¿Es la literatura el mejor método para conocer otras culturas? ¿Reflejan la España actual las novelas de Juan José Millás? ¿El objetivo de un escritor es artístico o didáctico? La realidad de las sociedades árabes es por lo general tan intensa que se cuela en la ficción, aunque probablemente no haya que pedirle al novelista una especialidad en ciencias sociales, históricas o sociológicas, más allá de cierto rigor en sus referencias cuya ausencia pudiera poner en cuestión lo relatado. Disfrutemos con la lectura de la ficción, y tiremos de los hilos reales con otras disciplinas.

Colonos - No existen dos experiencias coloniales iguales, impuestas o sufridas, ninguna ejemplar, y  a menudo se olvida que el colonialismo pasado y actual tiene un actor fundamental que son los colonos, hasta un millón en Argelia llegó a haber, más de la décima parte de la población, que en su mayoría salieron con la independencia de 1962. El colono forma parte de un sistema de racismo institucionalizado, del que se puede no ser responsable aunque sí beneficiario, en muchas ocasiones humildemente. A veces se señala la escasa rentabilidad económica de ciertas colonias para la metrópoli como Argelia o Marruecos, como si una mayor eficiencia económica hubiera justificado mejor la ocupación y la represión. Todos los colonialismos han alimentado violencia más militarismo, y contestación reaccionaria en la metrópoli, en Francia por ejemplo está detrás de dos golpes de Estado en 1958 y 1961, relacionados con Argelia.

Se puede uno preguntar si fue posible en algún momento una Argelia independiente con ese millón de colonos incluido, no en régimen de apartheid, sino como parte de un nuevo Estado independiente, todos juntos en un país regido por las leyes de las mayorías electorales; probablemente la violencia impidió una solución de ese tipo, que en otras geografías como Palestina ya se ha convertido en única opción, la alternativa es limpieza étnica.

La novela de Adimi refleja en sus referencias pasadas la Argelia de los colonos, los únicos que disfrutaban de nacionalidad francesa, que excluía a los árabes, indígenas, musulmanes, e incluía cristianos y judíos. De alguna forma Adimi, nacida veinte años después de la independencia, puede apropiarse de una tradición cultural que los argelinos no franceses contemporáneos de la colonización no han sentido como propia. En las novelas de Camus o del tangerino Ángel Vázquez los árabes no tienen nombre, forman parte del paisaje.

Españoles en Argelia - La relación entre lo que hoy es España y Argelia es intensa, antigua y desconocida,  incluye a Cervantes cautivo en Argel, a la madre de familia menorquina de Camus (Catalina Elena Sintes), la abuela de Lole Montoya (Antonia La Negra, de Orán), exiliados republicanos, militares de izquierdas (alguno cayó por allí en los setenta), inmigración económica durante siglos, ocupación por la corona española de Orán desde 1509 hasta 1792 (Cisneros, cardenal, inquisidor, regente, pasó de Toledo a Granada y luego a Orán en campaña propia como conquistador; aquella saharaui Villa Cisneros, hoy Dajla, rinde homenaje al nombrado capitán general de África por Fernando el Católico). España y Argelia están además unidas por dos tuberías subterránea de gas, y eso une mucho; aunque también habría que reconocer que los asuntos energéticos y de seguridad estrechan relaciones entre algunas personas, empresas y Gobiernos, algo menos entre ciudadanos.

Mediterráneo - Desde Serrat a Camus, existe un mito mediterráneo. Muchos árabes conocen España por Barcelona, Alicante tiene un ferry con Argelia. Existen iniciativas políticas entre las dos orillas que no acaban de tejer una red que sí existe en materia laboral regular e irregular, en el ámbito sentimental y cultural.

Identidad - No se puede entender Argelia sin el colonialismo (ningún país árabe, ni Francia), como tampoco EEUU sin la esclavitud o España sin la Guerra Civil, quien desee acercarse a estos países tiene que estudiar esos fenomenales fenómenos, sin llegar a conclusiones rotundas, pero el acercamiento ilumina algo el escenario.

Desde campos posiblemente opuestos, el colonialista uno de ellos, se afirma que Argelia es una creación francesa, no existe identidad argelina previa y se cuestiona a veces si existe incluso posterior.

La identidad es múltiple y cambiante, como regla general, la argelina no sería pues inmutable, nunca se puede decir que inexistente. Si nos referimos a identidad nacional, evidentemente existe hoy, hace dos siglos en el norte de África pues era distinta, como también en España, mucho súbdito y poco ciudadano.

Reconozcamos que Argelia tiene una transición política pendiente, los referentes políticos nacionales están ligados a la guerra de la independencia (con fecha de caducidad, la de quienes la vivieron), allí buscan su legitimidad los que no la tienen por votos (otra vía es la religión) y quienes buscan la pureza de los primeros tiempos, lo que no cuestiona la identidad argelina, hoy con 130 años de colonialismo a sus espaldas, un violento proceso de independencia de ocho años, el mito revolucionario y no alineado de los sesenta y setenta, la represión de una primavera particular a finales de los ochenta, una guerra civil en los noventa y la mitad de la población actual menor de 25 años, todo eso es identidad, incluido el hirak, como se denomina a los movimientos de protesta popular surgidos desde febrero de 2019 y que forzaron la salida de la presidencia de Buteflika tras dos décadas al frente del país.

Frente al analfabetismo colonial, alguna influencia tendrá también sobre la identidad actual argelina la mayoritaria alfabetización en árabe y francés, bilingüismo total -tan americano es hoy el idioma español como norteafricano el francés-; y el crecimiento espectacular de la educación universitaria (con mayoría de mujeres).

Todo lo anterior aparece leyendo la novela de la argelina Adimi, y surge también gracias a la labor de promoción cultural que realizan Silvia Rubio y Maribel González desde Separata Árabe, web y club de lectura, quienes organizaron recientemente un encuentro digital sobre la novela de Kaouther Adimi con la especialista en política energética Aurelia Mañé; gracias a las cuatro mujeres de este párrafo, Argelia hoy está más cerca, porque la entendemos mejor.

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martes, 14 de marzo de 2017

Casa Árabe, diez años

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
En tiempos de trincheras identitarias -izquierda auténtica, mujeres discriminadas, hombre blanco del medio oeste, soberbios corruptos pop, víctimas de cualquier terror, todos agraviados, todos ofendidos-, Casa Árabe ha sobrevivido diez años, edad que la mayoría de los linces no logra cumplir, normalmente atropellados antes por algún conductor con su identidad muy clara.
Una década ya de actividad desde sus sedes en Madrid (Escuelas Aguirre, edifico neomudéjar a la puerta del Retiro) y Córdoba. Se trata de un consorcio público pilotado por la Administración central (MAEC y AECID) con participación también de la Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de Madrid y Córdoba.
"Donde se encuentran España y el mundo árabe", dicen de sí mismos, "un espacio de conocimiento mutuo y de reflexión compartida".
Ofrece clases de árabe moderno y dialectal, tiene una estupenda librería, restaurante, exposiciones, proyecta películas, celebra encuentros y conferencias, edita publicaciones (revista Awraq, casi anual; los primeros años se elaboraba un boletín de actualidad social, política y económica que la crisis fulminó); hasta organiza actividades infantiles.
El centro abre sus puertas en 2006, en tiempos de ZP de presidente y Moratinos de ministro de Exteriores, autores también con el mismo espíritu de aquella Alianza de Civilizaciones que tanto chiste provocó y tanta gracia hacía entre civiles y militares políticamente ultraconservadores. Ante la sorpresa de muchos, la Alianza se convirtió desde 2009 en una iniciativa de Naciones Unidas y viene recibiendo la atención imprescindible por parte del actual Gobierno del Partido Popular, que la ha utilizado sin complejos en su campaña para conseguir el asiento en el consejo de seguridad de la ONU (2015/2016) y mantiene su actividad sin crítica aparente; ni risas.
Casa Árabe ha tenido tres directores de perfil muy diferente, Gema Martín Muñoz (hasta 2012), arabista; Eduardo López Busquets (hasta 2015), diplomático, nombrado embajador de España en Irán; y el actual, Pedro Antonio Villena Pérez, también diplomático y que dejó su puesto en Teherán a su antecesor-sucesor.  Dos enfoques distintos, uno más sociopolítico y especializado, otro que pone más el acento en la diplomacia económica tan del gusto del actual Gobierno, y los dos deberían sumar.
Sin establecer comparaciones, Casa Árabe sería la versión española de iniciativas como el Institut du Monde Arabe de París o The Arab British Center de Londres, el primero con todo el poderío público francés y el segundo con todo el poderío privado británico.
En la misma época que Casa Árabe fueron creadas Casa África, con sede en Las Palmas de Gran Canaria; y Centro Sefarad-Israel, en la calle Mayor de Madrid.
La Red de Casas se inició en los comienzos de los 90 con Casa América (en el palacio de Linares en Madrid, Cibeles, cumple ahora 25 años), continuó con Casa Asia (Barcelona, 2001) y se ha culminado en 2013 con Casa Mediterráneo (Alicante).
Exteriores cuando se pone campanudo habla de "situar al ciudadano en el centro de la política exterior", de "una potente red de diplomacia pública del Gobierno de España orientada a la cooperación política y económica, al diálogo intercultural, al mutuo conocimiento y al fortalecimiento de los lazos entre sociedades civiles en los distintos ámbitos geográficos en los que actúan".
Se pretende establecer una red que favorece conexiones pero de modo distinto, complementario, a la tradicional diplomacia entre responsables estatales, creando una malla de relaciones y de intereses cruzados.
En realidad, la Red de Casas es un híbrido de diplomacias que combina actividades de carácter cultural, científico y económico, con un claro objetivo de llegar a la sociedad civil y sensibilizarla con marcos internacionales en los que el país tiene interés en estrechar lazos.
En época de crisis de mediadores (política, periodismo), de repliegue nacional y construcción de muros, la red ha sobrevivido hasta a los recortes de personal y presupuesto con la excusa de la crisis.
Este tipo de centros se podría decir que pertenecen a la categoría de gasto público que rinde más que el modesto presupuesto que consumen; como las latas de magro, siempre dan más satisfacciones que el precio que cuestan.
Su gran reto no parece otro distinto que sacar Latinoamérica, el mundo árabe, africano, mediterráneo, judío, asiático, de la torre de marfil del mundo académico, de la oscuridad donde se mueven los intereses económicos, de la cordialidad de las nóminas diplomáticas.
Larga vida a los linces y a los gatos en general.

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miércoles, 18 de enero de 2017

Metapolítica

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Huyendo de la crítica, de Pere Borrell y del Caso (1874).
El Museo del Prado tiene una recomendable exposición temporal visitable hasta mediados de febrero: "Metapintura. Un viaje a la idea del arte".
Se nos propone a través de un centenar de obras un recorrido desde la Edad Media con el denominador común de la pintura dentro de la pintura, un ejercicio de reflexión interna que en los mejores casos sale disparado de los límites del cuadro y golpea la cabeza del espectador.
Entre otras muchas cosas, con la exposición se vuelve a comprobar que esto del nacionalismo es una imaginativa creación política de poco más de dos siglos, precisamente el Museo del Prado que nace en 1819 es un grito de apropiación y exhibición del arte hispano-español, la tradición hasta el siglo anterior era más internacionalista.
El mismo título de la exposición juega con un prefijo que se utiliza más habitualmente para referirse a la metaliteratura, la literatura dentro de la literatura, con ejemplos entre muchos otros en Borges, Unamuno y el mismo Cervantes encontrando por las calles de Toledo el manuscrito original en árabe del Quijote, con alusiones a la segunda parte de Avellaneda o dialogando los personajes sobre el propio libro con sus aventuras.
Hace referencia el Museo a Cervantes y también a Velázquez como autores destacados en nuestro Siglo de Oro de estos ejercicios de carácter autorreflexivo, en el segundo caso con las Hilanderas o las Meninas, una "pintura sobre la pintura", en la que vemos al autor "representándose en plena acción, y que, entre otras cosas, contiene una importante reflexión sobre los principios de la pintura, los honores que merece este arte, sus servidumbres o las leyes de la representación", nos cuenta el comisario.
La historia de la creación artística está llena de ejemplos donde el creador reflexiona sobre sí mismo y lo que hace.
El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas
en Bruselas, de David Teniers (1647-1651). 
En el caso de esta exposición las derivadas son apabullantes: la religión, la mitología, la muerte, en muchos casos se intenta prestigiar la actividad artística o la figura del pintor, se quiere también trascender el soporte y en casos abandonar las dos dimensiones.
Existe un límite difuso de genialidad donde la reflexión sobre lo que a uno le pasa o su caso particular trasciende e interesa al común incluso a través de los siglos, cosa nada fácil.
Pasando al arte de la representación y participación en los asuntos públicos, 2017 nace marcado por la metapolítica, la política dentro de la política, ensimismados los partidos en su situación interna.
Por una parte, Podemos preparando su Vistalegre II, que debía ser el tercero, algunos recordamos un gran mitin de Zapatero en esa plaza en tiempos anteriores a la nueva política. Pablo Iglesias con sus perdones y el leño de Twin Peaks, Íñigo Errejón traduciendo el populismo del español latinoamericano al español peninsular, y luego ese chico tan simpático de Anticapitalistas del que no recuerdo el nombre.
Ciudadanos anda intentando eliminar de sus estatutos la referencia a la socialdemocracia que nadie se explica cómo entró ni quién la incluyó, y alguna de sus cabezas más mediáticas asegura, con un aire de que no se dedica a la política, que trabajan mucho y hasta han llegado algún día a comer pizza sin salir del despacho.
El PSOE confía que su labor de oposición acabe dando frutos mientras espera hasta junio para el cambio de dirección; y el PP tiene todos los números para perder una bonita ocasión de renovarse manteniendo el Gobierno central, mientras los jóvenes vicesecretarios adoptan el mismo discurso viejuno de sus mayores sin su seguridad ni sus colmillos. Al menos se aclarará la mezcla actual de PP y militares, la continuidad o no de la ministra de defensa de su secretaría general.
Conclusión: vivimos de resaca electoral y ante una nueva amenaza de profundizar la desconexión entre política y ciudadanos. La salida sería que en este proceso interno los partidos consiguieran elaborar algo cercano al Quijote o las Meninas, que sus cuitas internas consiguieran despertar el interés generalizado.
También es cierto que la grandeza de Cervantes o Velázquez se ven mejor con cuatro siglos de perspectiva, el tiempo favorece, la excepción son Aznar y Trillo, cada segundo que pasa más chiquitos en la comparación entre lo que hicieron y sus aires de grandeza.
Ante la introspección de partidos, de EEUU o Gran Bretaña con el falso sueño de recuperar las riendas, de la UE, propongo agarrarse al marco y salirnos del cuadro.
Con cuidado, porque ahí fuera hace frío.

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jueves, 11 de agosto de 2016

El argumento me importa

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
La cultura es importante (imagen tomada en la
exposición permanente de la Fundación
Antonio Pérez en San Clemente, Cuenca).
Cabalga ya al galope en textos y escritos, informes, análisis, una expresión tomada literalmente del inglés que pretende destacar la importancia de un asunto y que el carácter sintético anglosajón logra decirlo en dos palabras. La moda parece tener unos tres años.
"La Defensa importa", nos dicen la Unión Europea y la OTAN; "la desigualdad importa", afirma un reciente informe del BBVA; "Las vidas de los negros importan", afirman los  negros de EEUU. Pero ¿a quién le importa? Y ¿quién y cómo lo dice?
Lo que ocurre es que el español necesita a alguien, apuntar a quién le importa todo esto -además de quien lanza el mensaje-, la defensa, la desigualdad y el racismo. Habría que traducirlo como que "la desigualdad es importante", se entiende que para todo el mundo, en este caso el resultado es un tanto genérico, o bien "la Defensa te debería interesar"; y dar argumentos.
"European Defence Matters", la Defensa europea importa, dice la UE, e incluso da ese nombre a la revista de la Agencia Europea de Defensa; "Defence matters", repite la Alianza y tiene hasta una página web con la expresión, demostrando ambos la unidad de acción entre la UE y la OTAN a la espera de la autonomía estratégica prometida por la ministra continental de Exteriores y Seguridad llamada Federica Mogherini.
El Servicio de Estudios del BBVA nos ilustraba este mes de julio con un informe, muy estilo power point, titulado "La desigualdad en España: evolución, causas y políticas", con afirmaciones tremendas como que "el aumento de la desigualdad durante la crisis se debe a la caída de los ingresos del 40% de la población con menos renta", nos dice que "el desempleo explica un 80% de la desigualdad en España" (ahí tenemos 4.574.700 explicaciones vivitas y coleando y aún paradas según la EPA del segundo trimestre de 2016), afirma el BBVA que la desigualdad es un lastre para el crecimiento económico a largo plazo, interesante informe con sólo una pega, que utiliza el mantra de "la desigualdad importa".
Tercer ejemplo, "Black Lives Matter", las vidas de los negros importan, sobre todo a los negros de EEUU, que quieren extender el interés al resto de la sociedad.
Ese movimiento se muestra especialmente activo con motivo de las periódicos casos de abusos policiales con tintes racistas. Algún estudio se ha publicado -con cierto aire exculpatorio- en el sentido de que los ciudadanos muertos a balazos por la policía sin motivo en EEUU son de todos los colores, si bien los abusos policiales exceptuando el asesinato sí se ceban especialmente con los norteamericanos de color oscuro. En cualquier caso, existen excesos policiales y existen muchas víctimas negras.
¿A quién le importa? ¿Quién lo dice? ¿Cómo lo argumenta?
En mucho casos quien lanza el mensaje se sitúa en una posición de superioridad, simula estar en posesión de la verdad y en cierta forma abronca al ciudadano medio que vive en la ignorancia de la relevancia del asunto que tanto le afecta y desconoce.
Sería aconsejable mejorar la traducción al castellano de los lemas tomados del inglés y afinar los argumentos.
La traducción al español del sentido inglés de la expresión no cabe en dos palabras, sería algo así como "este asunto es importante y te debería interesar al máximo a partir de los argumentos que te ofrecemos para que vayas tomando conciencia".
Y que el ciudadano decida si un grillo puede pesar medio kilo más que otro.
Las lagartijas me importan; se comen los 
mosquitos, y son estéticas, parecen de goma.

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lunes, 1 de agosto de 2016

Dios aterriza en Getafe

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Se acumulan los testimonios de vecinos de Villaverde Alto y otros lugares del sureste de la Comunidad de Madrid que han contado en las últimas semanas a la Policía local haber visto volar lentamente por el cielo del término municipal un ser monstruoso y deforme, algo así como un Airbus 300 al que se le hubiera añadido encima de la cabina un compartimento de unos siete metros de diámetro y 35 de largo.
Sea lo que sea el resultado se parece a una ballena beluga y debe tener alguna relación con la fábrica de Airbus en Getafe, a donde llegan componentes de media Europa (seguro que también del Reino Unido, otro cabo suelto del Brexit) para los aviones de transporte que allí se montan y elaboran en parte.
Pero no ha sido lo más extraño que ha volado y aterrizado en la Cuna de la Aviación Española.
En el año dos de la República segunda existe la crónica novelizada de la llegada nada menos que del Supremo Hacedor.
En relato que dejó escrito Enrique Jardiel Poncela, en aquel 1932 Dios se apareció al Papa para anunciarle su voluntad de visitar físicamente la Tierra en forma humana, noticia recibida por una sonora carcajada internacional. El anuncio sólo fue tomado en serio por cinco personas, cuenta Jardiel: tres pastores protestantes de Illinois, un vendedor de plátanos cubano y un budista.
Dios se volvió a manifestar entre dos grandes llamaradas que chamuscaron los tapices del Vaticano, derrumbó la torre de Pisa y la volvió a reconstruir 24 horas después, aunque sin inclinación, y ahí ya todos le creyeron
Finalmente Dios se apareció nada menos que en el Cerro de los Ángeles vestido con traje oscuro y un sombrero color café.
"Nada de título", respondía Dios cuando se dirigen a él como Divina Majestad, "señor y de tú, como en el Padrenuestro".
En la novela Dios bosteza, contempla indiferente cómo el ejército y la policía le abren paso entre las multitudes nerviosas a golpe de ametralladora con un balance de más de 14.000 muertos; entre las bajas figuran también suicidas fanáticos a su paso "que, ansiosos por ofrecer algo al Altísimo y no teniendo qué ofrecerle, le ofrecían la existencia"; se fuma un cigarro "por no despreciar"; y es entrevistado: toda la prensa acordó un cuestionario único en reunión celebrada en la sede de ABC.
¿Qué opinión tiene del Diablo Vuestra Divina Majestad?
"Es un caso de obcecación. Está completamente loco. Lo he dejado ya por imposible".
¿Cuál es, según el Divino criterio de Vuestra Majestad, la forma ideal de gobierno para los Estados de la Tierra?
"La forma ideal de gobierno en los Estados de la Tierra son las dictaduras. Para gobernar no hay más que un camino: que un solo hombre inteligente cree al mismo tiempo una ley justa y una pena terrible. Y, transgredida la ley, aplique la pena sin apelación, sin indulto y por la eternidad".
Se sucedieron los actos, recepciones y visitas. De El Escorial dijo: "Creí que era más grande"; Toledo no le gustó, "demasiadas cuestas y demasiados cadetes". Lo deportivo le entretenía más, como las carreras de sindicalistas perseguidos por guardias; los galgos del canódromo; y los actos religiosos le aburrían soberanamente. En el circo fue donde más se divirtió.
Pasando los días la curiosidad hacia el ilustre visitante se fue extinguiendo. No gustaron las opiniones políticas de Dios ni sus bostezos en actos religiosos. "El Hombre, al pasar de lo desconocido a lo conocido, se había desilusionado una vez más", escribe Jardiel. Finalmente el Altísimo emprende viaje de vuelta tras 27 días en la Tierra entre el desinterés general.
Siempre se agradecen aportaciones que desengrasen los momentos de tensión político-religiosa, la traducción actual podría ser El Jueves y Orgullo y Satisfacción, cómic satírico, parientes de Charlie Hebdo.
Abundan en el cine y fuera del cine en los últimos lustros las referencias a la batalla de Armagedón, la más terrible de todos los tiempos, en la que los ejércitos celestiales se enfrentarán a los descreídos y acabará con la segunda venida de Cristo a la Tierra.
Fines de la historia, fines de la humanidad, catastrofismo, derrotismo, armagedón, apocalipsis.
Los musulmanes radicales violentos (en el mundo hebreo esta especie se resume con la palabra "ultraortodoxo", 10% de la población de Israel) también hablan de Dabiq, el lugar, suelo sirio, donde tendrá lugar la batalla del fin de los tiempos. Una de las revistas del Estado Islámico, de amplia difusión entre especialistas en seguridad, ha tomado ese nombre.
Existen indicios recientes que alguno podría interpretar como señales divinas. Ha llovido barro sobre Madrid en julio; en plenas negociaciones para desbloquear la investidura dicen haber visto a Mariano Rajoy ocioso por Sanjenjo; militares franceses han aparecido muertos en Libia, país donde no están desplegados. Indicios extraños pero no concluyentes.
Las artes, las ciencias y las civilizaciones decoran
el salón de actos del Ateneo de Madrid.
Da la impresión de que antes los dioses se dirigían a los humanos más frecuentemente que ahora, incluso enviaban algún intermediario a las principales batallas, mientras que en estos momentos son algunos sujetos los que toman la decisión de emprender un viaje exprés al paraíso. La iniciativa ha cambiado de bando.
Hace 43 días escuché en una especie de mitin político muy parecido a una misa que la vida quizá no tenga sentido en sí misma, salvo que se lo demos; es decir, que tenemos capacidad de darle algún sentido a la vida; y ahí es poco probable que Dios se vuelva a aparecer por las inmediaciones de Perales del Río para ayudar y esto de los atajos explosivos en una hamburguesería no parece una salida generalizable ni saludable.
El fin del mundo estaba anunciado para este 29 de julio, según un canal de Youtube llamado "End Times Prophecy", subsección "Armageddon News". Cuenta que se va a invertir el polo magnético de la Tierra, lo que no se acaba de entender, provocando grandes terremotos; y que la luna se volverá roja, que esto sí asusta; cuatro millones y medio de reproducciones.
Si está leyendo este texto es que aún le quedan algunos minutos al día o que la predicción ha fallado.
Jardiel Poncela necesitaría hoy guardaespaldas.

lunes, 13 de junio de 2016

Libertad sin ira


Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
El diputado del Partido Popular por Cuenca Rafael Catalá, funcionando los últimos meses como ministro de Justicia, ex director general de Función Pública con un ministro llamado Rajoy, ex secretario de Estado de Infraestructuras con una ministra llamada Pastor, fue entrevistado hace no mucho en Radio Nacional de España y se le dio la oportunidad de elegir un tema musical de despedida; eligió  "Romance de Curro El Palmo", de Joan Manuel Serrat, interpretado por Antonio Vega ("Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar...").

Dicen los viejos que en este país hubo una guerra
y hay dos Españas que guardan aún,
el rencor de viejas deudas.

En estos momentos, las hormonas de dos adolescentes en algún rincón de España van dando saltos como cachorros de perro al ritmo de la música que comparten, y eso les unirá hasta la edad adulta aunque entonces defiendan una ideología política opuesta, aunque sean funcionario de prisiones y preso, asesino y víctima, consejero delegado y conductor.

Dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor...

Hubo tiempos de canción protesta cuando los cantautores parecían poder cambiar la realidad a guitarrazos y Luis Pastor hacía temblar el Plan General de Ordenación Urbana. Hay música que une, fondos musicales de ascensor y también recursos musicales teatrales. Por la versión radiofónica de Estrella Digital descubro que Ronald Reagan ganó las elecciones con fondo sonoro de Bruce Springsteen.

Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla
Dolor y miedo

Los miembros de un partido conservador hispano canturrean, dan palmas y bailotean con el sano objetivo de hacer festivas y creíbles sus piezas de teatro, al ritmo de una canción idealizada, que muchos identifican con su juventud lejana y sitúan en un momento histórico en el que no se tenía conciencia de esa historia, cuya autoría atribuyen erróneamente a un político que había decidido crear un fondo musical para una ceremonia de suicidio colectivo que nunca se produjo.

Gente que sólo desea su pan,
su hembra y la fiesta en paz...

Cuentan los periódicos de la época que a orillas del Turia algunos de esos conservadores recibieron al Papa de más allá de los Alpes con grandes golpes de pecho, mientras se enriquecían facturando a doble coste la puesta en escena, el ceremonial más elaborado de la época.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Algunos de aquellos respetables ciudadanos compaginaban el fraude con su atareada agenda de presencia constante en los medios de comunicación y parlamentos donde pontificaban sobre el fin del mundo del vecino y el paraíso terrenal de su escalera. Su formación e inteligencia les acreditaba pericia suficiente para financiar con los recursos de la comunidad de vecinos sus propias fechorías.


Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana,
y no es posible que así pueda haber
Gobierno que gobierne nada.

En la primavera del 16 algunos gobiernos regionales tuvieron la osadía de hacer públicas sus intenciones, destinar más recursos públicos a las escuelas públicas y congelar los fondos también públicos que recibían las privadas, lo que enojó enormemente a aquellos conservadores de doble personalidad.

Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta,
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel.

Dispuestos a desfacer agravios, socorrer viudas, amparar doncellas, de aquellas que andaban con sus azotes y palafrenes y con toda su virginidad a cuestas, de monte en monte y de valle en valle -robando palabras a don Miguel-, la muchachada conservadora tomó la calle en manifestación, una costumbre intermitente que practicaban y olvidaban según las legislaturas, ahora recuperada por la enseñanza católica.

Pero yo sólo he visto gente muy obediente
hasta en la cama.
Gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz...

Por momentos, las andanzas de muchos integrantes de aquella panda conservadora recordaban a otras aventuras de un loco que paseó por la Mancha, pero era una falsa analogía. Don Quijote creía en lo que hacía y no pretendía engañar a nadie. Sus imitadores de tercera bien sabían que tenían una doble vida y únicamente parecían sinceros aquellos pocos que eran detenidos en el preciso segundo que veían claramente y no conseguían comprender cómo iban a pasar una temporada en la cárcel.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad, sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Pasadas alrededor de cuatro décadas, un cronista hizo un cálculo matemático y descubrió que más de veinte millones de sus contemporáneos, cuatro de cada diez, no habían nacido cuando las radios comenzaron a emitir la cancioncilla de marras.

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá.


Aquí se puede contemplar al PP valenciano cantando por Jarcha en una manifestación el pasado 22 de mayo en defensa de la enseñanza privada. Se advierte al lector de que el vídeo puede producir adicción, lleva 150.000 pinchazos.

Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá (bis).

Si el PP intenta apropiarse de la Transición y Podemos se declara ahora socialdemócrata quiere decir que se hace necesario encontrar nuevas etiquetas para clasificar la realidad política, las conocidas no funcionan o no reflejan; tampoco queda claro el matrimonio entre música y orientación política, más allá de la sintonía generacional.

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