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martes, 11 de mayo de 2021

El bostezo de los alumnos palestinos

Ilustraciones del artista palestino Nayi Al-Ali, creador de Handala, un niño de 10 años símbolo de la resistencia palestina.
Ilustraciones del artista palestino Nayi Al-Ali, creador de
Handala, niño de 10 años símbolo de la resistencia palestina.

La épica está muy bien: banderas, himnos, trompetas, uniformes, medallas, mártires, héroes, quien haya vivido de cerca un acto con estos ingredientes no puede dejar de sentir emoción sincera, y momentánea.

La legalidad internacional es otro campo de enorme relevancia: resoluciones de Naciones Unidas, Corte Penal Internacional, Corte Internacional de Justicia de La Haya, cada centímetro que se avanza en estas instancias es un logro que no tiene retroceso, un nuevo ladrillo en la construcción de una sociedad regulada por la justicia y el derecho y por tanto denunciables los responsables de su vulneración; el éxito suele ser también temporal en este caso ante la sorprendente impunidad de su incumplimiento.

Existe otro espacio más difícil de acceder: el de lo cotidiano.

Resulta que los momentos de la épica y de los tribunales internacionales podríamos decir que son los días festivos, pero nuestra vida trascurre mayoritariamente a través de los días laborables.

La primavera de 2021 y su Ramadán se han visto marcados en Palestina-Israel por la enésima represión de la población civil palestina a raíz del enésimo caso de confiscación de propiedades palestinas para entregárselas a colonos, más la frustración acumulada. Y este tiempo coincide con la reciente lectura y descubrimiento de "He visto Ramala", novela autobiográfica del escritor palestino Murid Barguti, nacido en Cisjordania en 1944 y fallecido en Ammán este febrero de 2021 (descubrimiento que agradecer a Separata Árabe, web y club de lectura sobre literatura árabe con Silvia Rubio y Maribel González detrás).

"Basta con sufrir la primera experiencia del destierro para sentirse desterrado para siempre", dice Barguti en un libro donde traslada sentimientos e impresiones de su primera visita a Ramala tras 30 años de exilio, la guerra de 1967 estalló cuando estaba estudiando en El Cairo y no pudo volver a su pueblo hasta mediados de los noventa, cuando Oslo abrió una ventana hoy definitivamente arruinada por la realidad.

El conflicto convierte la normalidad en símbolo, y desaparecen las personas. "La Jerusalén de siempre, la de nuestros pequeños momentos, la que enseguida olvidábamos porque no teníamos por qué recordarla, pues era tan normal como el agua era agua, y el rayo, rayo. Pero cuando se nos escapó de entre las manos -escribe Barguti- subió hacia arriba y se hizo símbolo. Al cielo. Todas las luchas prefieren los símbolos. Jerusalén es ahora la Jerusalén de la teología. Al mundo le preocupa la 'situación' de Jerusalén, con su idea y su leyenda. Pero nuestra vida en Jerusalén y la Jerusalén de nuestra vida les da igual".

Barguti recuerda en la novela la vida cotidiana perdida e imposible de recuperar: "Se han quedado con las direcciones de nuestras casas y el polvo de nuestras escaleras (...). Nos han quitado el bostezo de los alumnos en los pupitres, el sopor de la última clase de los martes. Se han quedado con los pasos de mi abuela camino de la casa de la señora Hafiza".

Aparece constantemente en el libro el doble extrañamiento del exiliado y del poeta: imposible regresar a la infancia, congelados en el recuerdo de un pasado inalcanzable; y sin futuro. "La ocupación nos dejó tal y como estábamos. He aquí su crimen. No es que nos prohibiese recordar con holgura el ayer sino que nos privó de la hermosa incertidumbre del mañana".

La provisionalidad permanente se ha instalado en Palestina y entre los palestinos: "desde el 67 todo lo que hacemos es temporal y 'hasta que se aclaren las cosas'. Pero las cosas no se han aclarado después de treinta años", escribe Barguti, ni dos décadas más tarde de publicarse la novela. Y a la situación se suma la arbitrariedad siempre presente en regímenes autoritarios y/o coloniales.

"El exilio es como la muerte. Pensamos que solo le puede pasar a los demás". La vida de Barguti pone nombres y escenarios a la diáspora palestina, las monarquías del Golfo como destino laboral, la dispersión de muertos y vivos por todo Oriente Próximo y por el resto del planeta, la dependencia del teléfono, hoy de las redes, siempre a la búsqueda de papeles que abren muchas veces fronteras excepto las propias.

La dispersión palestina no impide la violencia también dispersa, como el asesinato de dos amigos de Barguti, del escritor Gassán Kanafani, asesinado en Beirut en 1972, y del dibujante Nayi Ali, asesinado en Londres en 1987.

"He visto Ramala" es una invitación extraordinaria a conocer de la mano de un poeta la situación de los palestinos en el exilio y sobre el terreno, marcados por la colonización.

Recordemos que los colonos dieron nombre a la colonización/colonialismo, perspectiva que ilumina y facilita la comprensión de la cuestión palestina, con la gran peculiaridad -defiende la periodista Teresa Aranguren- que aquí asistimos a un caso extraño en el que el colonizador quiere expulsar al colonizado, más allá de explotarlo (que también); existen ejemplos históricos de colonialismo que persiguió la eliminación del nativo, como en norteaméríca y Australia (estudiado por investigadores como Itxaso Domínguez).

La biografía de Barguti y muchos palestinos está marcada por la Guerra de los Seis Días de 1967, origen de la ocupación israelí de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental.

"En nuestro calendario, los números pierden su significado neutro y objetivo para convertirse en algo que solo podrá significar una única cosa. Desde el desastre de 1967 no he podido volver a ver el número 67 sin pensar en la derrota. Lo veo inmerso en el número de teléfono de un familiar o un amigo, en la puerta de la habitación de un hotel, en la matrícula de un coche que pasa por cualquier calle de cualquier país del mundo, en la entrada del cine o del teatro".

Los números, muchos números, se han apoderado del conflicto palestino: 1948, 67, 73, 82, 88, 93, 242, 338, fechas y resoluciones de la ONU que los niños palestinos conocen con una mayoría de edad política prematura.

Cuando se cumplen tres décadas de la Conferencia de Paz de Madrid y un par de años menos de los Acuerdos de Oslo, la solución de los dos Estados (el palestino sobre el 20% de la Palestina histórica, territorio trufado por 700.000 colonos) resulta ya imposible, lo que puede no ser una mala noticia; y la Administración palestina creada en el proceso corre el riesgo de ser colaborador de la ocupación (por ejemplo en asuntos de seguridad) o directamente parte de la Administración colonial. Murid Barguti y Edward Said fueron muy críticos con Oslo ya en los noventa, y el tiempo les ha dado la razón.

La situación actual es de más que fragmentación de la sociedad y el panorama político israelí, con cuatro elecciones generales en dos años; al que se suma el nuevo aplazamiento de las elecciones palestinas previstas inicialmente para este mayo, transcurridos quince años desde las últimas.

En este mayo de 2021 de violencia creciente aparecen fantasmas, como una nueva intifada que dé salida temporal a la humillación; e incluso otros pueden estar pensando en un nuevo episodio de limpieza étnica (así denominado por el historiador israelí Ilan Pappé lo sucedido en 1948) que rompiera el equilibrio demográfico empatado a 6,8 millones de personas (misma suma de árabes que de judíos, sin contar los palestinos en los países vecinos).

La vulneración sistemática de los derechos de los palestinos en una especie de nuevo apartheid, la discriminación racial institucionalizada en Sudáfrica, es un diagnóstico compartido tanto por ONG como Human Rights Watch, con un informe difundido este mes de abril sobre el tema; como por políticos de acreditada trayectoria como Shlomo Ben Amí, quien fue ministro de Exteriores de Israel, además de embajador en España.

Sorprende que al diagnóstico sudafricano no corresponda una solución sudafricana, pues cualquier otra alternativa sería hoy inaceptable -el desplazamiento forzado de cientos de miles de personas-, desde el convencimiento que la continuidad de la situación actual (Estado confesional judío no democrático con ciudadanos árabes de tercera) es una apuesta segura por la inestabilidad y un lastre para el desarrollo futuro.

Pregunta: ¿puede existir proyecto de futuro distinto a un único Estado democrático que ampare la convivencia de todas las personas residentes en Palestina-Israel? (ver clicando aquí otros acercamientos del autor al conflicto).

Si queremos encontrar personas en el pasado, presente y futuro del conflicto israelo-palestino, los bostezos de los alumnos palestinos en los pupitres, habrá que acudir a la literatura, pues los medios de comunicación no tienen esa misión como principal, sino encontrar clientes a menudo presentando una equidistancia inexistente: no es lo mismo ser colonizador que colonizado, ocupante que ocupado, milicia que potencia nuclear, agresor que agredido.

"La almohada es el Juicio Final de todos los días", dice Murid Barguti, señalando ese momento de soledad en el que cada humano se encuentra consigo mismo.


Sugerencias

  • Palestina y la "solución de un Estado", conferencia de Itxaso Domínguez de Olazábal, coordinadora de Oriente Medio y Norte de África de la Fundación Alternativas (IEMED, 13.5.2021).
  • Las prácticas abusivas de Israel constituyen crímenes de apartheid y persecución (Human Rights Watch, 27.4.2021). La comisión de crímenes de lesa humanidad exige una respuesta que ponga fin a la represión de los palestinos
  • A Threshold Crossed. Israeli Authorities and the Crimes of Apartheid and Persecution (Human Rights Watch, 27.4.2021).
  • Literatura palestina que puedes leer en español (Separata Árabe, 7.4.2021).
  • ¿Es un solo Estado la solución al conflicto palestino-israelí?, por Mariano Aguirre (BBC, 25.12.2020).
  • Israel pone rumbo al ‘apartheid', por Shlomo Ben Amí (El País, 28.2.2020).


sábado, 27 de febrero de 2021

L'Algérie à travers la littérature

Il y a peu de façons comme la littérature de se déplacer dans le temps et l'espace, et de remettre en question ses propres idées, celles des autres, qu'elles soient figées ou longuement méditées.

Ce qui précède et ce qui suit sont tirés du roman "Nos richesses", de l'Algérien Kaouther Adimi, publié en Espagne par Libros del Asteroide en 2018, traduit par Manuel Arranz, original en français un an auparavant. L'auteur nous emmène dans une librairie d'Alger, des années 1930 à nos jours, et nous interroge.

Littérature - La littérature est-elle le meilleur moyen de connaître d'autres cultures ? Les romans de Juan José Millás reflètent-ils l'Espagne d'aujourd'hui ? Le but d'un écrivain est-il artistique ou didactique ? La réalité des sociétés arabes est généralement si intense qu'elle s'infiltre dans la fiction, même s'il ne faut sans doute pas demander au romancier de se spécialiser dans les sciences sociales, historiques ou sociologiques, au-delà d'une certaine rigueur dans ses références, dont l'absence pourrait remettre en cause ce qui est raconté. Prenons plaisir à lire de la fiction, et tirons les vrais fils avec d'autres disciplines.

Les colons - Il n'y a pas deux expériences coloniales identiques, imposées ou subies, aucune n'est exemplaire, et on oublie souvent que le colonialisme passé et présent a un acteur fondamental qui sont les colons, jusqu'à un million en Algérie, plus d'un dixième de la population, dont la plupart sont partis avec l'indépendance en 1962. Le colon fait partie d'un système de racisme institutionnalisé, dont il n'est peut-être pas responsable mais dont il est bénéficiaire, souvent humblement. Parfois, la faible rentabilité économique de certaines colonies pour la métropole, comme l'Algérie ou le Maroc, est mise en avant, comme si une plus grande efficacité économique aurait mieux justifié l'occupation et la répression. Tous les colonialismes ont alimenté la violence plus le militarisme, et la contestation réactionnaire dans la métropole, en France par exemple est à l'origine de deux coups d'État en 1958 et 1961, liés à l'Algérie.

Atalayar_Argelia cultura

On peut se demander si une Algérie indépendante a jamais été possible avec ce million de colons inclus, non pas dans un régime d'apartheid, mais dans le cadre d'un nouvel État indépendant, tous ensemble dans un pays régi par les lois des majorités électorales ; probablement que la violence a empêché une telle solution, qui dans d'autres géographies comme la Palestine est déjà devenue la seule option, l'alternative est le nettoyage ethnique.

Le roman d'Adimi reflète dans ses références passées l'Algérie des colons, les seuls à jouir de la nationalité française, qui excluait les Arabes, les Indiens, les musulmans, et incluait les chrétiens et les juifs. D'une certaine manière, Adimi, né vingt ans après l'indépendance, peut s'approprier une tradition culturelle que les Algériens non français contemporains de la colonisation n'ont pas ressentie comme la leur. Dans les romans de Camus ou d'Ángel Vázquez, né à Tanger, les Arabes n'ont pas de nom, ils font partie du paysage.

Les Espagnols en Algérie - La relation entre l'Espagne actuelle et l'Algérie est intense, ancienne et inconnue. Cervantes est prisonnier à Alger, la mère minorquine de Camus (Catalina Elena Sintes), la grand-mère de Lole Montoya (Antonia La Negra, d'Oran), les exilés républicains, militaire de gauche (certains y sont tombés dans les années 70), immigration économique pendant des siècles, occupation par la couronne espagnole d'Oran de 1509 à 1792 (Cisneros, cardinal, inquisiteur, régent, est allé de Tolède à Grenade puis à Oran dans sa propre campagne de conquête ; que le sahraoui Villa Cisneros, aujourd'hui Dakhla, rend hommage à celui qui a été nommé capitaine général de l'Afrique par Ferdinand le Catholique). L'Espagne et l'Algérie sont également reliées par deux gazoducs souterrains, et cela unit beaucoup de choses ; bien qu'il faille également reconnaître que les questions d'énergie et de sécurité rapprochent certaines personnes, entreprises et gouvernements, un peu moins les citoyens.

Méditerranée - De Serrat à Camus, il existe un mythe méditerranéen. De nombreux Arabes connaissent l'Espagne par Barcelone, Alicante a un ferry avec l'Algérie. Il existe des initiatives politiques entre les deux rives qui ne tissent pas tout à fait un réseau qui existe en matière de travail régulier et irrégulier, dans les domaines sentimental et culturel.

Identité - L'Algérie ne peut être comprise sans le colonialisme (pas de pays arabe, ni la France), pas plus que les Etats-Unis sans l'esclavage ou l'Espagne sans la guerre de Sécession, celui qui veut approcher ces pays doit étudier ces phénomènes phénoménaux, sans arriver à des conclusions catégoriques, mais l'approche apporte un éclairage sur le scénario.

De camps éventuellement opposés, le colonialisme étant l'un d'entre eux, on prétend que l'Algérie est une création française, qu'il n'y a pas d'identité algérienne préalable et on se demande parfois s'il y en a même une ultérieure.

L'identité est multiple et changeante, en règle générale, l'identité algérienne ne serait donc pas immuable, on ne peut jamais dire qu'elle n'existe pas. Si nous nous référons à l'identité nationale, elle existe évidemment aujourd'hui, mais il y a deux siècles, en Afrique du Nord, elle était différente, comme en Espagne, beaucoup de sujets et peu de citoyens.

Atalayar_Argelia cultura

Reconnaissons que l'Algérie a une transition en cours, les références politiques nationales sont liées à la guerre d'indépendance (avec une date d'expiration, celle de ceux qui l'ont vécue), là cherchent leur légitimité ; ceux qui ne l'ont pas par les votes (une autre voie est la religion) et ceux qui recherchent la pureté des premiers jours, ce qui ne remet pas en cause l'identité algérienne, aujourd'hui avec 130 ans de colonialisme derrière elle, un violent processus de huit ans d'indépendance, le mythe révolutionnaire et non-aligné des années 60 et 70, la répression d'un printemps particulier à la fin des années 80, une guerre civile dans les années 90 et la moitié de la population actuelle de moins de 25 ans, tout cela est identité, y compris le hirak, comme on appelle les mouvements de protestation populaire qui ont émergé depuis février 2019 et ont forcé le départ de la présidence de Bouteflika après deux décennies à la tête du pays.

Face à l'analphabétisme colonial, l'alphabétisation majoritaire en arabe et en français, le bilinguisme total, auront également une certaine influence sur l'identité algérienne actuelle. Aujourd'hui, l'espagnol est aussi américain que le français est maghrébin.

Tout cela apparaît à la lecture du roman de l'Adimi algérien, et surgit également grâce au travail de promotion culturelle réalisé par Silvia Rubio et Maribel González de la Separata Árabe, un site web et un club de lecture, qui ont récemment organisé une rencontre numérique sur le roman de Kaouther Adimi avec la spécialiste de la politique énergétique Aurelia Mañé ; grâce aux quatre femmes de ce paragraphe, l'Algérie est plus proche aujourd'hui, parce que nous la comprenons mieux.


Texte original en espagnol. Traduction gracieuseté du magazine Atalayar, un pont journalistique d'Espagne entre rivages et cultures, où il a également été publié.


viernes, 26 de febrero de 2021

Algeria from literature

 

There are few paths like literature for moving through time and space, and for questioning one's own ideas, those of others, whether pinned down or long thought out

The above and the following arise from the novel "Our Riches", by the Algerian Kaouther Adimi, published in Spain in 2018, originally in French a year earlier. The author takes us on a journey to a bookshop in Algiers, from the 1930s to the present, and raises questions.

Literature - Is literature the best way to get to know other cultures? Do the novels of Juan José Millás reflect present-day Spain? Is the aim of a writer artistic or didactic? The reality of Arab societies is generally so intense that it seeps into fiction, although we should probably not ask the novelist to specialise in social, historical or sociological sciences, beyond a certain rigour in his references, the absence of which could call into question the story. Let us enjoy reading fiction, and let us pull the real threads with other disciplines.


Settlers - No two colonial experiences are the same, imposed or suffered, none of them exemplary, and it is often forgotten that past and present colonialism has a fundamental actor in the form of the settlers, up to a million in Algeria, more than a tenth of the population, most of whom left with independence in 1962. The settler is part of a system of institutionalised racism, for which he or she may not be responsible but is often a humble beneficiary. The poor economic profitability of certain colonies for the metropole, such as Algeria or Morocco, is sometimes pointed out, as if greater economic efficiency would have better justified occupation and repression. All colonialisms have fuelled violence plus militarism, and reactionary contestation in the metropole, in France for example behind two coups d'état in 1958 and 1961, linked to Algeria.

One may wonder whether an independent Algeria was ever possible, with that million settlers included, not under apartheid, but as part of a new independent state, all together in a country governed by the laws of electoral majorities; probably violence prevented such a solution, which in other geographies such as Palestine has already become the only option, the alternative being ethnic cleansing.

Adimi's novel reflects in its past references to the Algeria of the colonists, the only ones to enjoy French nationality, which excluded Arabs, indigenous people, Muslims, and included Christians and Jews. In a way, Adimi, born twenty years after independence, can appropriate a cultural tradition that non-French Algerians contemporary to colonisation have not felt as their own. In the novels of Camus or the Tangier-born Ángel Vázquez, the Arabs have no name, they are part of the landscape.

Spaniards in Algeria - The relationship between what is now Spain and Algeria is intense, ancient and unknown, and includes Cervantes held captive in Algiers, Camus' Minorcan mother (Catalina Elena Sintes), Lole Montoya's grandmother (Antonia La Negra, from Oran), Republican exiles, leftist military (some fell there in the seventies), economic immigration for centuries, occupation by the Spanish crown of Oran from 1509 to 1792 (Cisneros, cardinal, inquisitor, regent, went from Toledo to Granada and then to Oran in his own campaign as a conqueror); The Saharan Villa Cisneros, now called Dakhla, pays homage to the man named Captain General of Africa by Ferdinand the Catholic). Spain and Algeria are also linked by two underground gas pipelines, and that unites a lot; although it should also be acknowledged that energy and security issues bring some people, companies and governments closer together, but less so between citizens.

Mediterranean - From Serrat to Camus, there is a Mediterranean myth. Many Arabs know Spain through Barcelona, Alicante has a ferry with Algeria. There are political initiatives between the two shores that fail to weave a network that does exist in regular and irregular labour, sentimentally and culturally.

Identity - Algeria cannot be understood without colonialism (no Arab country, nor France), any more than the US without slavery or Spain without the Civil War, and anyone wishing to approach these countries has to study these phenomenal phenomena, without coming to categorical conclusions, but the approach does shed some light on the scenario.

From possibly opposing camps, colonialism being one of them, it is claimed that Algeria is a French creation, there is no prior Algerian identity, and it is sometimes questioned whether there is even a subsequent one.

Identity is multiple and changing, and as a general rule, Algerian identity is therefore not immutable, one can never say it does not exist. If we refer to national identity, it obviously exists today, but two centuries ago in North Africa it was different, as it was in Spain, with many subjects and few citizens.

Let us recognise that Algeria has a pending transition, the national political references are linked to the war of independence (with an expiry date, that of those who lived through it), where those who do not have it through votes seek their legitimacy (another way is religion) and those who seek the purity of the early days, which does not question the Algerian identity, today with 130 years of colonialism behind it, a violent eight-year process of independence, the revolutionary and non-aligned myth of the 1960s and 1970s, the repression of a particular spring in the late 1980s, a civil war in the 1990s and half of the current population under the age of 25 - all of this is identity, including the hirak, as the popular protest movements that have emerged since February 2019 and forced Bouteflika out of office after two decades at the helm of the country are called.

In contrast to colonial illiteracy, the majority literacy in Arabic and French, total bilingualism, will also have some influence on Algeria's current identity. Spanish is as American language today as French is North African.

All of the above appears on reading the novel by the Algerian Adimi, and also arises thanks to the work of cultural promotion carried out by Silvia Rubio and Maribel González from Separata Árabe, a website and reading club, who recently organised a digital meeting on the novel by Kaouther Adimi with the energy policy specialist Aurelia Mañé; thanks to the four women in this paragraph, Algeria is closer to us today, because we understand it better.

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Original text in Spanish. Translation is courtesy of Atalayar magazine, a journalistic bridge between shores and cultures where this article was also published.

jueves, 25 de febrero de 2021

Argelia a partir de la literatura

Artículo de opinión publicado también en Atalayar.

Pocos caminos como la literatura para desplazarse en el tiempo y el espacio, y para cuestionarse ideas propias, ajenas, cogidas con alfileres o largamente meditadas.

Lo anterior y lo siguiente surgen a raíz de la novela “Nuestras riquezas”, de la argelina Kaouther Adimi, en España publicada por Libros del Asteroide en 2018, traducida por Manuel Arranz, original en francés de un año antes. Nos propone la autora un viaje a una librería de Argel, desde los años treinta al presente, y provoca interrogantes.

Literatura - ¿Es la literatura el mejor método para conocer otras culturas? ¿Reflejan la España actual las novelas de Juan José Millás? ¿El objetivo de un escritor es artístico o didáctico? La realidad de las sociedades árabes es por lo general tan intensa que se cuela en la ficción, aunque probablemente no haya que pedirle al novelista una especialidad en ciencias sociales, históricas o sociológicas, más allá de cierto rigor en sus referencias cuya ausencia pudiera poner en cuestión lo relatado. Disfrutemos con la lectura de la ficción, y tiremos de los hilos reales con otras disciplinas.

Colonos - No existen dos experiencias coloniales iguales, impuestas o sufridas, ninguna ejemplar, y  a menudo se olvida que el colonialismo pasado y actual tiene un actor fundamental que son los colonos, hasta un millón en Argelia llegó a haber, más de la décima parte de la población, que en su mayoría salieron con la independencia de 1962. El colono forma parte de un sistema de racismo institucionalizado, del que se puede no ser responsable aunque sí beneficiario, en muchas ocasiones humildemente. A veces se señala la escasa rentabilidad económica de ciertas colonias para la metrópoli como Argelia o Marruecos, como si una mayor eficiencia económica hubiera justificado mejor la ocupación y la represión. Todos los colonialismos han alimentado violencia más militarismo, y contestación reaccionaria en la metrópoli, en Francia por ejemplo está detrás de dos golpes de Estado en 1958 y 1961, relacionados con Argelia.

Se puede uno preguntar si fue posible en algún momento una Argelia independiente con ese millón de colonos incluido, no en régimen de apartheid, sino como parte de un nuevo Estado independiente, todos juntos en un país regido por las leyes de las mayorías electorales; probablemente la violencia impidió una solución de ese tipo, que en otras geografías como Palestina ya se ha convertido en única opción, la alternativa es limpieza étnica.

La novela de Adimi refleja en sus referencias pasadas la Argelia de los colonos, los únicos que disfrutaban de nacionalidad francesa, que excluía a los árabes, indígenas, musulmanes, e incluía cristianos y judíos. De alguna forma Adimi, nacida veinte años después de la independencia, puede apropiarse de una tradición cultural que los argelinos no franceses contemporáneos de la colonización no han sentido como propia. En las novelas de Camus o del tangerino Ángel Vázquez los árabes no tienen nombre, forman parte del paisaje.

Españoles en Argelia - La relación entre lo que hoy es España y Argelia es intensa, antigua y desconocida,  incluye a Cervantes cautivo en Argel, a la madre de familia menorquina de Camus (Catalina Elena Sintes), la abuela de Lole Montoya (Antonia La Negra, de Orán), exiliados republicanos, militares de izquierdas (alguno cayó por allí en los setenta), inmigración económica durante siglos, ocupación por la corona española de Orán desde 1509 hasta 1792 (Cisneros, cardenal, inquisidor, regente, pasó de Toledo a Granada y luego a Orán en campaña propia como conquistador; aquella saharaui Villa Cisneros, hoy Dajla, rinde homenaje al nombrado capitán general de África por Fernando el Católico). España y Argelia están además unidas por dos tuberías subterránea de gas, y eso une mucho; aunque también habría que reconocer que los asuntos energéticos y de seguridad estrechan relaciones entre algunas personas, empresas y Gobiernos, algo menos entre ciudadanos.

Mediterráneo - Desde Serrat a Camus, existe un mito mediterráneo. Muchos árabes conocen España por Barcelona, Alicante tiene un ferry con Argelia. Existen iniciativas políticas entre las dos orillas que no acaban de tejer una red que sí existe en materia laboral regular e irregular, en el ámbito sentimental y cultural.

Identidad - No se puede entender Argelia sin el colonialismo (ningún país árabe, ni Francia), como tampoco EEUU sin la esclavitud o España sin la Guerra Civil, quien desee acercarse a estos países tiene que estudiar esos fenomenales fenómenos, sin llegar a conclusiones rotundas, pero el acercamiento ilumina algo el escenario.

Desde campos posiblemente opuestos, el colonialista uno de ellos, se afirma que Argelia es una creación francesa, no existe identidad argelina previa y se cuestiona a veces si existe incluso posterior.

La identidad es múltiple y cambiante, como regla general, la argelina no sería pues inmutable, nunca se puede decir que inexistente. Si nos referimos a identidad nacional, evidentemente existe hoy, hace dos siglos en el norte de África pues era distinta, como también en España, mucho súbdito y poco ciudadano.

Reconozcamos que Argelia tiene una transición política pendiente, los referentes políticos nacionales están ligados a la guerra de la independencia (con fecha de caducidad, la de quienes la vivieron), allí buscan su legitimidad los que no la tienen por votos (otra vía es la religión) y quienes buscan la pureza de los primeros tiempos, lo que no cuestiona la identidad argelina, hoy con 130 años de colonialismo a sus espaldas, un violento proceso de independencia de ocho años, el mito revolucionario y no alineado de los sesenta y setenta, la represión de una primavera particular a finales de los ochenta, una guerra civil en los noventa y la mitad de la población actual menor de 25 años, todo eso es identidad, incluido el hirak, como se denomina a los movimientos de protesta popular surgidos desde febrero de 2019 y que forzaron la salida de la presidencia de Buteflika tras dos décadas al frente del país.

Frente al analfabetismo colonial, alguna influencia tendrá también sobre la identidad actual argelina la mayoritaria alfabetización en árabe y francés, bilingüismo total -tan americano es hoy el idioma español como norteafricano el francés-; y el crecimiento espectacular de la educación universitaria (con mayoría de mujeres).

Todo lo anterior aparece leyendo la novela de la argelina Adimi, y surge también gracias a la labor de promoción cultural que realizan Silvia Rubio y Maribel González desde Separata Árabe, web y club de lectura, quienes organizaron recientemente un encuentro digital sobre la novela de Kaouther Adimi con la especialista en política energética Aurelia Mañé; gracias a las cuatro mujeres de este párrafo, Argelia hoy está más cerca, porque la entendemos mejor.

Sugerencias


martes, 29 de noviembre de 2016

Animalismos

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
El mono de la tinta, ilustración del artista mexicano
Francisco Toledo para un texto de Borges.
El primer partido extraparlamentario, es decir, la formación política con mayor número de votos aunque sin diputados en el Congreso, es el Partido Animalista: 284.848 papeletas en junio de 2016, 60.000 más que en las elecciones de diciembre de 2015. El PACMA recibe muchos más votos que EH-Bildu y cuatro veces más que Coalición Canaria, pero más desperdigados; y se coloca muy cerca del PNV.
Habrá que seguir si el movimiento ecologista se ha cansado de la lechuga, abandona las plantas y se abona a los animales. Sí se observa que el PACMA, "un partido político español que trabaja por los derechos de los animales, la defensa del medio ambiente y la justicia social", incrementa presencia pública y publicada, denunciando la mayor parte de las veces casos concretos de maltrato animal, que se suma con un objetivo coincidente al SEPRONA, que no es partido político sino el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, con el buen trabajo de comunicación que caracteriza a todo el Cuerpo.
Siempre hay una versión dramática en los medios de comunicación de todo lo que ocurre: la vida escolar es acoso, la vida conyugal es maltrato, las relaciones internacionales son conflictos armados, el aparcamiento son agresiones a los vigilantes de la ORA o amenazas de prohibiciones a quien no puede cambiar a coche de bajas emisiones. Recordemos que los medios enfocan la normalidad alterada.
Las conciencia animal se concreta así en perros abandonados, vaquillas torturadas, caballos apaleados, galgos ahorcados, linces atropellados, sustantivo en plural y participio, hasta el pulpo Paul (nacido en Weymouth, Reino Unido, 26 de enero de 2008, muerto en Oberhausen, Alemania, el 26 de octubre de 2010), adivino de mundiales y eurocopas de fútbol, debió acabar su vida troceado en lonchas en un plato de madera sobre un lecho de patatas con aceite de oliva y pimentón; Wikipedia no aclara las causas de su final.
Dos corrientes de interpretación: que la mayor consideración hacia los animales es síntoma de una sociedad avanzada; o que simboliza el fin de la civilización, cuando se igualan los derechos del hombre y de su tortuga es que hemos perdido el norte.
Algunos teóricos responsabilizan a Walt Disney de esta nueva visión hacia los animales, más humanos que algunos humanos, a lo que se podría añadir la expansión del número de mascotas domésticas. Quien tenga hijos pequeños vive rodeado de animales parlanchines que también tienen su lado oscuro, abundan los lobos y los ratones, lo que refleja la compañía animal más cercana del hombre occidental en los últimos 10.000 años.
La presencia de animales llena la literatura también en forma de fábulas, lejanas y recientes como cuando Augusto Monterroso nos cuenta la historia de aquella rana que estaba obsesionada con ser una rana auténtica y hacía de todo para ser una rana auténtica, hasta que acabó en un plato ingerida por uno que dijo qué buena rana, que parecía pollo.
Mono antes y después de hacerse un selfie.
Otro fenómeno en auge ronda en torno a la inteligencia emocional, fomentado por profesionales de la formación y neuropsiquiatras que recomiendan incluir las emociones en el comportamiento humano, tomamos racionalmente decisiones pero influidos por emociones previas, al parecer menospreciadas hasta muy recientemente.
El caso es que mientras intento animalizarme un poco, los robots me tiran desde el puño de la otra manga.
Tercera línea de investigación: lo que algunos llaman populismo es una vuelta al comportamiento animal en política, berrea, buenos y malos, macho alfa -hombres y mujeres-, con parte de la manada que muestra además nostalgia de líderes a los que seguir por el desierto. Política emocional, animalizada en su peor sentido.
Camino del trabajo adelanto a diario camiones llenos de cerdos, todos con sus sentimientos porcinos, en dirección al matadero; por las tardes lloro con el Rey León; y al mediodía mi naturaleza carnívora digiere proteínas sin pensar en todo esto.
Concluyo. Entre hablar con mi perro y mear por las esquinas de la oficina y ladrar a los compañeros de trabajo, me quedo con las esfinges, esos seres asirios, mesopotámicos y egipcios que combinaban cabeza humana con alas de pájaro, cola de dragón, cuerpo de perro y garras de felino, mezcla que se acerca más a la realidad del ser humano actual.
Porque con todo el escenario descrito, no encuentro aún razones para no seguir sujetando al mono que llevo dentro.
Y voy dejando esto porque tengo que sacar a pasear al perrete, uno más de la familia, y de los más cariñosos.

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El Roto en El País, 8-2-2017.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Preferiría no hacerlo

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Gancho de actualidad: mayoría absoluta del Congreso en contra de investir presidente a Mariano Rajoy.
En la Alhambra de Granada viven una docena de leones con la sonrisa congelada, cara de "qué estamos haciendo aquí" y la apariencia de estar a punto de decir entre dientes cualquiera de ellos al resto: "Mientras yo los entretengo, vosotros salid a la carrera".
La realidad es que allí permanecen desde hace 700 años, con un lustre actual que refleja una salud envidiable, tras el proceso de restauración de la última década que les ha quitado la caspa acumulada durante siglos, en un entorno apacible molestado durante algunas pocas horas por los turistas, pero no extraña que hayan decidido no marcharse por el momento o mientras no cambien las circunstancias.
Continúan ejerciendo muy dignamente su labor de representación del paraíso (agua, palmeras de mármol blanco, simetría y escala humana) y del poder real nazarí, la segunda dinastía que más tiempo ha reinado en suelo hispano a lo largo de la historia, sólo tras los omeyas y por delante de los borbones.
Otra forma de resistencia es trasladar con sosiego una decisión: "Preferiría no hacerlo", deja caer un escribiente a su jefe en novela corta de Herman Melville hace ya siglo y medio.
Aquí la carga revolucionaria procede de la serenidad, distinta del cachazudismo gallego que algunos atribuyen al candidato en funciones Rajoy.
Los ciudadanos no podemos ni debemos escapar del país si no comulgamos con un determinado Gobierno, queda acudir a las elecciones cuando se nos convoque.
El Roto en El País del 30-8-2016.
Sucede que el agregado de opiniones particulares, eso que los cursis denominan la voz del pueblo,  ha ofrecido en las dos últimas convocatorias un resultado complicado para formar mayorías parlamentarias, junto con expectativas no cumplidas y apuestas en el vacío que algunos partidos políticos han lanzado con escaso éxito.
En contra de lo que se dice, no existe riesgo de Estado fallido, esa etiqueta se aplica a los países sobre los que se planifica una próxima intervención militar, y suelen pertenecer al área cultural del mundo árabe-islámico. Ni el rescate de las finanzas públicas por la UE para salvar a la banca ni el pasado -y el presente- islámico de la Península justifican la exageración.
Falso también que España ande sin Gobierno desde hace ocho meses, cosa distinta es que no hayan salido leyes del Parlamento: todos los viernes el consejo de ministros aprueba acuerdos multimillonarios o ideológicos, como la reválida de la LOMCE hace unas semanas con agostidad y alevosía.
En la investidura fallida celebrada entre el 30 de agosto y el 2 de septiembre Pedro Sánchez ha dicho a Rajoy "preferiría no hacerlo", no ha querido investir presidente a su antagonista político. La traducción parlamentaria de la frase de Bartleby el escribiente ha sido "usted no es de fiar", pronunciada por Sánchez; "ustedes son la corrupción", utilizado por Pablo Iglesias; "no nos fiamos", ha dicho incluso Albert Rivera, en proceso acelerado de perder credibilidad como servicio al país.
Mientras, el propio Rajoy, medios de comunicación principalmente en papel y dirigentes del PP muestran una histeria entre sincera y simulada ante el rechazo del empleaducho que tienen en un rincón mirando a la pared.
Acumulamos pues dos investiduras fallidas muy similares este 2016, novedad en democracia, una de Pedro Sánchez en marzo, "niñato" (copyright Carlos Herrera en la COPE) que no supo estar a la altura, la segunda de Rajoy, a quien el "niñato" (copyright Antonio Burgos en ABC) no ha querido hacer presidente: el empleado del bufete se ha atrevido en esta ocasión a enfrentarse al registrador de la propiedad.
"Nada exaspera más a una persona seria que una resistencia pasiva", dice el abogado narrador de Melville.

Sugerencias


Leones en la Alhambra disimulando ante un grupo
de turistas el 19 de agosto de 2016. / PND