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martes, 20 de junio de 2017

¿Norma o excepción?

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.

La normalidad es una cosa muy frágil, en seguida se quiebra, aunque necesitamos cierta sensación de que existe una sucesión natural de acontecimientos que sólo muy de vez en cuando se ve alterada.
El problema está en identificar y cómo reaccionar a la anormalidad.
Con bastante lógica, algún estudio reciente defiende que las dos guerras mundiales y los genocidios nazis forman parte nuclear de nuestra historia, que solemos definir como racional, civilizada y democrática, pero hemos ido apartando como algo extraño a nosotros "la iniciación increíblemente brutal del propio Occidente en la modernidad política y económica", un proceso marcado por la "violencia, desarraigo y destrucción a gran escala". No solo, pero el colonialismo pasado y presente están ahí.
En esta línea de pensamiento Trump no sería una excepción, un extraterrestre multimillonario salido de la teletienda e instalado en la Casa Blanca, sino que representa a una parte no menor del Partido Republicano.
Las crisis financieras, ¿son una excepción al buen funcionamiento de la economía o una parte consustancial?
En poco más de una semana hemos asistido al derrumbe del sexto banco español -mi hija, diez años, me preguntó si el Banco Popular era del Partido Popular, no supe qué decirle, no supe explicar nada coherente que enlazara al Opus, Pau Gasol y Rafael Hernando-, quiebra que se produce tras superar todo tipo de pruebas de resistencia, supervisión pública y auditorías privadas, mientras sus dos últimos y máximos responsables se embolsan unos 30 millones de euros.
El ministro de Economía difunde un mensaje tranquilizador en el sentido de que la quiebra no costará un céntimo público, pero también dijo lo mismo al comienzo de la crisis y la factura pública para salvar la banca se eleva hoy a 48.228 millones de euros. El caso Popular, ¿es norma o excepción de la banca española?
Como en un ejercicio matemático, han salido dos trenes de Madrid y Barcelona en sentido contrario y por la misma vía a toda velocidad, si sabemos que los maquinistas no han movido un dedo por evitarlo y el choque se producirá a finales del verano de 2017, ¿no habrá que pensar que la situación beneficia a las dos partes, que el PP es una fábrica de independentistas que se lo cobra en votos en el resto de España y los independentistas necesitan al PP como el oxígenos para respirar?
Si un partido político tiene imputados a todos los responsables de finanzas que lo han sido en las últimas tres décadas y los procesados militantes y excargos públicos su acumulan por centenares, esto sería ¿norma o excepción?
Se dice que nuestros militares, no se sabe si aprendido en la Academia o cosa genética, encarnan unos principios y valores excelsos y un comportamiento sin tacha, ya los 125.000 en activo ya las quince decenas de miles que han participado desde finales de los 80 en operaciones internacionales por medio mundo (muchos han repetido, no ha salido tanta gente). Sin embargo también conocemos fraudes de los oficiales del Aire cargando al presupuesto público mudanzas inexistentes, irregularidades en la gestión del Hospital Central de la Defensa, en la base aérea de Getafe, en las zonas oscuras de los grandes contratos de armamento, menudeo de hachís entre la tropa. ¿Cuál es la norma?
La normalidad es una ficción que nos permite levantarnos todas las mañanas. Pero para mantenerla es imprescindible revelarse contra lo que llamamos excepción, porque si no los genocidios, las ruinas retribuidas, el descontrol celular, el robo de dinero público, entran dentro de la normalidad e incluso la protagonizan.
Y en este caso cada vez más gente se sumará a las tendencias más peligrosas de la época: odio intenso a supuestos enemigos, intentos de reconstruir una edad de oro perdida -e inventada- y la autoafirmación a través de una violencia cruel y espectacular (esta última frase, desde los dos puntos, tomada de la solapa trasera del libro "La edad de la ira", del analista indio Pankaj Mishra, Barcelona, Galaxia Gutemberg, marzo de 2017 en su edición digital; las comillas del principio proceden también del libro).
Ante una crisis que parece generalizada, lo más sensato parece dejar de hacer lo que hemos comprobado que no funciona. Si todas las intervenciones militares occidentales en Oriente Próximo y Medio han sido en lo que va de siglo un fracaso, quizá no sepamos lo que hay que hacer, pero sí tenemos ejemplos propios a evitar.
"La única solución es dejar de hacer lo que venimos haciendo y dejar de destruir el planeta. Asumamos el pensamiento apocalíptico y démonos cuenta de que lo que estamos haciendo nos conduce inexorablemente al final", dice Mishra.
"Creo que tiene que haber un esfuerzo concertado -añade- no sólo de los pensadores, de los economistas y de los políticos, sino también de la sociedad entera, de las instituciones y de las ONG, para ir más allá de la noción del homo economicus que ha prevalecido durante el último siglo y que nos ha llevado al callejón sin salida donde estamos".
El remedio vendrá no por quienes han demostrado su incompetencia o su competencia extrema en contra del interés general.
La salud de nuestra normalidad depende de cómo se trata lo excepcional. Si no recibe trato de excepción pasa a la norma que queda contaminada de su falta de credibilidad y de expectativas.


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martes, 2 de mayo de 2017

Corrupción ostentórea

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.

Dicho rápidamente: no existe el adjetivo del título, más exactamente es incorrecto, como algunas de las cosas que se sospecha hizo Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid encarcelado, a decir de su madrina y predecesora.
Ostentóreo es una criatura extraña nacida del cruce entre estentóreo -sonido muy fuerte- y ostentoso -llamativo por suntuosidad o aparatosidad-. En la paternidad del vocablo se duda entre Jesús Gil y Juan Benet, que ya es dudar.
Corrupción ostentórea tiene sonoridad de bombo y platillos, está llena de erres y de enes y de tes, recuerda la región incomprensible de Giligil, sus policías locales en Harley Davidson y los picassos en el retrete, pero es expresión incorrecta, como Nacho González.
El caso es que Esperanza Aguirre ha dimitido este abril de 2017 por ocasión tercera de sus responsabilidades políticas -ya lo hizo en 2016 nadie recuerda de qué y en 2012 de presidenta regional- con las siguiente palabras: "Ahora me siento engañada y traicionada. No vigilé más. Este auto y esta prisión no son una prueba definitiva contra él (Ignacio González), pero sí demuestran que yo no vigilé todo lo que debía. Por eso, dimito del cargo político que ostento, concejal del Ayuntamiento de Madrid y portavoz del grupo municipal popular", sentenció solemne.
"Cargo político que ostento". La Real Academia de la Lengua, por aquello del brillo y esplendor bajo una bombilla que imaginamos de 40 vatios, normaliza el término y ostentar le parece neutro: "Mostrar o hacer patente algo"; "Hacer gala de grandeza, lucimiento y boato"; "Tener un título u ocupar un cargo que confieren autoridad, prestigio, renombre". Al menos señala hacer gala, boato, renombre, pero se queda corto el DRAE.
Entre paréntesis, ese ataque sin motivo a la Academia debería ser explicado, quizá sea envidia por el control que aparentan del lenguaje, aunque uno tiene la impresión de que el caserón huele a sopa y tiene mala luz.
Retomando el hilo, ostentar se asocia a "exhibir con vanidad y presunción una cosa", según otros diccionarios y la intuición del que escribe, ostentoso es alguien o algo que presume de su importancia, de estar por encima de la media en posición social o económica.
Por ahí debe de rondar alguna de las claves de lo que nos ocurre, el ejercicio del cargo con vanidad y presunción por parte de quienes acabamos descubriendo corruptos, vanidad y presunción alimentadas con los recursos públicos robados en alta ingeniería financiera o directamente con reintegros mil del cajero automático, métodos ambos dos que combinan los autores de milagros económicos que engordan milagrosamente su propio patrimonio.
Con el riesgo indirecto de aumentar la confusión añado que los palabros anteriores andan cercanos a un cuarto término, detentar, que se acerca más al objetivo: "Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público"; "Retener lo que manifiestamente no le pertenece".
Por tanto, aquí ofrezco frase para la nevera de los viejóvenes vicesecretarios de Génova Trece, para la cuarta dimisión de Aguirre o de cuantos responsables políticos del PP vayan saliendo de instituciones y empresas públicas cinco minutos antes de la llegada de la Guardia Civil: "Dimito del cargo que detento".
En realidad la explicación debiera ser algo más larga: "Ignorados conciudadanos, les quiero anunciar que no dejo voluntariamente el cargo público, no dimito, sino que he sido cesado fulminantemente por una serie de circunstancias acumuladas, entre ellas la decisión de quien me nombró, el cargo de conciencia de pasar la mayor parte del día fuera de la ley y por supuesto la cercanía de la actuación policial, sin la que nada de esto hubiera sido posible. En mi descarga les diré que nunca pensé que fuera a acabar así, porque tiene cierta lógica que el partido me encargara la recaudación ilegal de fondos y yo fuera más allá, porque mi entorno social consideraba mis chanchullos algo si no normal sí muestra de inteligencia, porque el tren de vida que he llevado durante años se lo recomiendo a cualquiera. Sí que les pido que nadie se tome esto como un ataque personal, nunca pensé que el dinero público desviado pudiera destinarse a nada mejor. Les informo de que he prestado declaración esta mañana ante la Guardia Civil y me pongo ahora a su disposición para contestar a lo que me pregunten".
En ese momento, ante la sorpresa de todos, un apuesto periodista aparta la silla con más ruido que violencia, se levanta, coge la alcachofa, carraspea, una compañera da los primeros compases con una guitarra que nadie había visto antes, y canta robando descaradamente sus palabras a Lole Montoya y Manuel Molina:
"Estimado político popular agobiado,
Diiiiiii-meee...
si has mentido alguna vez
y dime si cuando lo hiciste sentiste vergüenza de ser embustero.
Dime, dime, dime...
si has odiado alguna vez
a quien hiciste creer una cariño de verdad, dime...
Si sientes tu corazón, como en sí mismo
el dolor de tus hermanos, dime, dime, dime...
Si has cortado alguna flor
sin que temblaran tus manos, dime...
Si de verdad crees en Dios
como crees en el fuego cuando te quema, dime, dime, dime...
Si es el cielo tu ilusión
o es la verdad en la Tierra, dime...
A cada cosa sí o no, y entonces sabré yo
si eres mi sueño, dime, dime, dime, dime...
A cada cosa sí o no, y entonces sabré yo
cual es tu Credo.
Diiiiii-meee...".


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martes, 25 de abril de 2017

Mayrit y sus aguas

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Madrid está unida al agua a lo largo de toda su historia. La hoy ciudad, fundada en la segunda mitad del siglo IX por el emir de Córdoba Mohamed I, única capital europea de origen islámico, nace como una pequeña fortaleza para vigilar las incursiones cristinas a través de la sierra de Guadarrama.
No deja de ser un villorrio hasta que recibe la Corte en 1561.
Pero en su primer siglo y medio de historia bajo poder político islámico -hasta la conquista incruenta de Toledo en 1085- se comienza a construir lo que permite su crecimiento posterior, una red subterránea de abastecimiento de agua.
El propio nombre de Madrid procede del árabe Mayrit, castellanizado en Magerit, pronunciándose la "y" y la "ge" como la jota francesa o inglesa, o como la elle en el castizo "botellín"; y su significado es lugar donde abundan los viajes subterráneos de agua, según interpretación documentada del arabista Jaime Oliver Asín en monumental monografía de 1952.
Nunca ha bebido Madrid del Manzanares, río escaso aunque con buenos puentes y la enorme ventaja de ser navegable a caballo, que dijo uno. El abastecimiento procedía de captaciones a las afueras de la villa que se canalizaban hasta el centro de la población para usos privados o fuentes públicas, alguna de ellas conservada en Cibeles hasta no hace mucho.
El sistema de abastecimiento se va extendiendo, renovando y reforzando continuamente y en especial en el siglo XVII, y funciona aceptablemente hasta el siglo XIX, cuando toca techo y ni el caudal conseguido ni el millar de aguadores que recorrían sus calles eran capaces de dar de beber a los 250.000 vecinos de entonces.
¿Qué ocurre en esas fechas? Pues la construcción del Canal de Isabel II, que me permite enlazar el pasado islámico con el presente político.
Tras varios intentos que no fraguaron para abastecer la ciudad de otros cursos de agua,  en 1851 se coloca la primera piedra del embalse del Pontón de la Oliva en el río Lozoya y comienza la construcción del canal de 70 kilómetros que conducirá el agua hasta Madrid, donde llega oficialmente siete años después y brota en una fuente monumental en la calle San Bernardo.
En la historia posterior del Canal nos podemos detener en la construcción en 1911 del primer depósito elevado en la calle Santa Engracia, en estilo neomudéjar, donde se concentraban las cámaras de la prensa y los vehículos de la Guardia Civil estos días atrás mientras registraban los archivos de la empresa.
Viene a cuento mencionar en este punto que a finales de los 80, cuando se acondicionó el depósito para otros usos -hoy es una excelente sala de exposiciones fotográficas-, sorprendió descubrir la acumulación de varios metros de guano en su interior, o como se llamen los excrementos de palomas y murciélagos a este lado del Atlántico. Un indicio.
El abastecimiento de agua a Madrid va mejorando con los años y el Canal de Isabel II pasa en 1984 a depender de la Comunidad de Madrid y se le encomienda, además de los servicios tradicionales del abastecimiento, la depuración de las aguas residuales y la mejora y conservación de los ríos; en 2008 se crea una sociedad anónima responsable de la gestión del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid, Canal de Isabel II Gestión, S.A., que inició su andadura en 2012.
En estos últimos años la empresa inició una expansión exterior por Latinoamérica que ahora está siendo investigada, sufrió un intento de privatización que no tuvo éxito de milagro y aparentemente se ha utilizado para engrasar medios con publicidad y para corruptelas varias.
El Grupo Canal de Isabel II presta hoy servicio a 9,7 millones de habitantes (6,6 en España y 3,1 en Latinoamérica), factura más de mil millones de euros, tiene una deuda equivalente a sus ingresos anuales, un patrimonio ingente y miles de kilómetros de conducciones.
La conclusión de todo esto no tiene que ver con el abastecimiento de agua, sino con el saneamiento; el agua de boca se solucionó antes y mejor que las aguas negras.
La Organización Mundial de la Salud analiza regularmente la esperanza de vida en todo el planeta (71 años de media mundial, 82 en España) y destaca la reducción de la mortalidad infantil, el agua potable y por supuesto el desarrollo de los productos farmacéuticos como causas principales de que cada vez vivamos más años.
Pero la OMS incide siempre en un peligro menos conocido que mina la salud: "actualmente 2.400 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas", destaca Naciones Unidas; 946 millones de personas defecan al aire libre –aproximadamente uno de cada ocho habitantes del mundo–.
Estamos hablando entonces que un problema a escala mundial se encuentra también en la Comunidad de Madrid, que es la deficiente o inexistente gestión de los restos fecales. La cantidad y calidad de las aguas que llegan al Tajo desde sus afluentes madrileños era otro indicio.
Las alcantarillas de la política madrileña permanecen taponadas desde hace dos décadas y no ha habido responsable hasta ahora capaz de desatascarlas, parece que ni a intentarlo.
El saneamiento es una prioridad del desarrollo mundial. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lanzados en 2015, incluyen el objetivo 6 que tiene la meta de lograr, para 2030, el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables.
Naciones Unidas ha establecido el 19 de noviembre como Día Mundial del Retrete. "Los retretes salvan vidas, aumentan la productividad, crean empleo y las economías crecen", afirman.
Una sociedad avanzada se mide mejor por su red de saneamiento que por el agua del grifo.

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martes, 21 de marzo de 2017

La trama de Podemos

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
La formación política liderada por Pablo Iglesias ha puesto en circulación un nuevo concepto político: la trama.
Escuchando a Irene Montero, la recientemente nombrada portavoz parlamentaria, en una entrevista radiofónica de quince minutos lo menciona media docena de veces, lo que indica la unidad de acción y concentración del tiro que caracteriza a Podemos en comunicación.
La trama vendría a sustituir a la casta que tanto circuló y que ha perdido gas a causa del éxito electoral de la formación y su entrada en los parlamentos nacional y autonómicos y en el Gobierno de los principales ayuntamientos del país, ya han pasado a formar parte de esa supuesta minoría política privilegiada que actúa al margen de los intereses del ciudadano.
Por tanto, toca introducir un nuevo marco conceptual, siguiendo a Lakoff y su elefante.
La novedad del concepto es relativa aunque su contenido sea acertado. El sociólogo albaceteño Manuel Castells ya dedicó 679 páginas hace una década para este tema en compañía de otros (Comunicación y poder).
La difusión del término ha coincidido con la votación en el Congreso para endurecer o no las incompatibilidades de los señores diputados, la autorización para que se dediquen a lo que han sido elegidos. Sorprendentemente el PSOE se ha quedado solo defendiéndolo, con Podemos y PP a favor de dobles sueldos o actividades.
Lo de la trama tendrá varios padres, aunque es un hecho que el responsable del discurso de Podemos, Jorge Moruno, cercano a Íñigo Errejón, ha sido prejubilado mientras resurge Manuel Monereo, cercano a Iglesias, procedente de IU y el PCE.
Monereo ya firmaba en noviembre de 2015 un artículo sobre la trama de marras: "La clave siempre de un discurso político es la definición clara y precisa del enemigo. No hay política sin enemigo", escribía. Los enemigos están identificados, son las clases dominantes, los que explotan al resto, ahora bien, esto hay que conseguir trasladarlo a "las clases subalternas".
Así trasladaba Monereo el mensaje: "Sería bueno, no será fácil, popularizar el término trama, la trama. Con esto (en Bolivia se habló antes de 1952 de la rosca) se quiere señalar que existe un mecanismo único que organiza una matriz de poder (para hablar con rigor) entre el capitalismo monopolista-financiero, los poderes mediáticos y una clase bipartidista corrupta y dependiente del capital"; un poco oscuro el asunto, difícil de entender para alguien perteneciente a la clase subalterna e incluso para la casta periodística.
Algo más claro: "El Estado español ha sido forjado por una oligarquía política, económica y social especialmente cerrada, marginando a la inmensa mayoría de la población y aplastando invariablemente cualquier expresión política orientada a la consecución de los derechos democráticos y nacionales".
Ya está explicado, definición del enemigo y todo sintetizado en la trama.
Un problema que surge es que el término tiene hasta un triple significado. Por una parte, trama es la red de oligarcas entrelazados, que se manifiesta por ejemplo con De Guindos pasando de responsable nacional de Lehman Brothers a ministro de Economía y en el futuro a Europa o la empresa privada; Agustín Conde de diputado a consejero de Red Eléctrica (cien mil euros en siete meses) y ahora de secretario de Estado de Defensa; De Arístegui de portavoz de Exteriores del PP, con sobresueldo de empresas, sospechas de soborno a empleados públicos, negocios norteafricanos siendo diputado, a embajador luego en la India.
La trama existe, lo que no implica que sean 12 personas que se reúnen en un zulo en la Casa de Campo con entrada por un árbol hueco.
Pero el término tiene un segundo significado, una urdimbre de hilos cruzados, que en el caso de Podemos parece hoy menos densa que hace un par de meses.
Trama es también argumento, el enredo de una obra dramática o novelesca, y ahí no se encuentra gran cosa, el contenido político en forma de propuestas que Podemos plantea para desmantelarla.
Existen las redes de poder y siempre es sano denunciar conexiones delictivas; hasta señalarlas con el dedo.
Lo más complicado en el discurso político es su equilibrio con el contenido, a menudo parece que van cada uno por su cuenta, comunicación sin contenidos y contenidos sin comunicación. Lo difícil es ponerlos de acuerdo.
"Amar la trama más que el desenlace", cantaba Jorge Drexler.

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lunes, 8 de febrero de 2016

Intermediarios en crisis

Columna de opinión publicada originalmente en Estrella Digital.
Tienen mala imagen, se sitúan en mitad de una cadena a la que no aportan valor y suben el precio final a costa de rebajar ingresos al resto de participantes. Desconozco en qué mejoran el producto figuras como los notarios o los registradores de la propiedad -la segunda categoría sólo la he conocido como súbdito-, si se trata de garantizar un acuerdo podría el Estado avalarlo sin coste ni subcontratación. Aunque no siempre es así.
Intermediario es quien recoge la leche en la granja y la acaba poniendo en el punto de venta cerca de mi casa, se triplica el precio pero hay que reconocer un proceso de pasteurización, envasado y transporte que quizá lo valga. El precio final de la cerveza o un perfume es fundamentalmente transporte y promoción, pura intermediación.
Otro misterio es que cuando uno acude al origen no puede comprar un litro de leche a treinta céntimos de euro, aún habiendo eliminado toda la cadena de intermediarios; en este caso el productor asume los beneficios de las fases en las que no participa. Si esto es categoría, no podemos prescindir de la cadena.
La revolución de las telecomunicaciones ha provocado una crisis casi existencial de los intermediarios -mediadores, en término más elegante- en ámbitos como la política y la comunicación.
La democracia directa o el periodismo ciudadano permiten ejercer nuestro voto inmediato en Change.org o transmitir un suceso con nuestro teléfono inteligente -acertada expresión, como la de gas natural- en cualquier momento y lugar.
Reconozcamos que ciertos cambios sociales y tecnológicos han cambiado el escenario en el que tradicionalmente se han desarrollado la política y el periodismo.
Lo que está en crisis sin embargo son modos y formas de comportarse inalteradas en cien años, es decir, estamos en crisis muchos periodistas, no el periodismo; viven al margen de la realidad a la que deben representar muchos diputados, lo que no se arregla dinamitando el Parlamento.
Volviendo al principio, la sociedad pone hoy en cuestión el papel innecesario de muchos comportamientos profesionales, no la imprescindible labor de mediación que debe ejercer un profesional de la comunicación entre lo que ocurre, su interpretación y el ciudadano que no se dedica a estas cosas.
La sociedad pone hoy en cuestión el papel innecesario de muchos comportamientos profesionales
La demagogia de quienes ni creen ni necesitan de la política, muchos en ella instalada, les lleva a utilizar el descontento ciudadano para rebajar número de diputados -empeora la representación-, eliminar incluso el sueldo de parlamentario, recortar en subvenciones y financiación de partidos o grupos parlamentarios, lo que despeja el camino para la actuación de millonarios o corruptos, a veces combinados.
En el caso del periodismo a lo anterior se une que ha crujido el modelo de negocio por el que funcionaba cualquier periódico, y las principales cabeceras han perdido un 15% de venta en papel sólo en el último año cuando vivimos el momento de la historia que más información se lee y consume.
El periodista y el político que no crean valor están condenados a la extinción, no así quien ofrezca lo que exige el ciudadano en la sociedad actual.
Uno sospecha que el futuro pasará también en estos campos por fórmulas de éxito ya comprobadas, una plataforma tecnológica ágil más el trabajo profesional del mediador y que culmina con la colaboración entusiasta del ciudadano aportando contenidos e intereses.
Algo parecido está detrás del éxito de Amazon o eBay, que ha convertido en multimillonarios a sus principales accionistas quienes, curiosamente, han dedicado su patrimonio -en una pequeña proporción- a invertir y hacerse con la propiedad, el primero, de The Washington Post, medio aparentemente tradicional; el segundo a impulsar The Intercept, medio aparentemente innovador.
El comportamiento de Jeff Bezos y Pierre Omidyar sólo puede responder a dos opciones: o les importa un carajo la rentabilidad económica del medio en el que han invertido, se conforman con la influencia; o apuestan por un nuevo modelo de periodismo y de negocio periodístico, que ya está tardando porque su irrupción en casa ajena se produjo hace ya un par de años.
Resumiendo: crisis de intermediarios obsoletos; y a seguir buscando indicios de aquéllos que puedan marcar el futuro de la política y de la comunicación, aunque probablemente ni ellos mismos lo sepan en este instante. Entre la vaca y la nube del cortado hay espacio para la innovación, incluidos los extremos de la cadena.

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lunes, 1 de febrero de 2016

Políticos y expertos

Columna de opinión publicada originalmente en Estrella Digital.
Vicente Martínez- Pujalte, en el Congreso el pasado mes
de agosto. Foto: Julián Rojas, en El País, 19-1-2016.
En política se duda, se interpreta, se utiliza la palabra y el debate para convencer, mundo al que se contrapone la objetividad supuestamente indiscutible del experto que no duda, no interpreta ni debate y con palabras las justas se presenta capaz de resolver el problema con rapidez y rotundidad.
Los expertos viven y opinan al margen del calendario y del reloj, no les afecta la oportunidad política, el control o intuición de los tiempos, que sí tuvieron buena parte de los protagonistas de la sacrosanta Transición, independientemente de las decisiones que tomaron, supieron leer el momento y, por ejemplo, firmaron unos Pactos de la Moncloa de contenido fundamentalmente económico que escaso efecto tuvieron sobre la inflación y algo sobre la convivencia.
Los especialistas que se meten a opinar de política pierden de inmediato su categoría de expertos
La recompensa al esfuerzo del opositor, o la seguridad que debe dar un sobresueldo millonario ocupando escaño, tiene como resultado en las siguientes cuatro décadas la certeza de lo que hay que hacer, el monopolio de la interpretación correcta de la realidad, incluso aunque se ocupen puestos de confianza y responsabilidad política.
La verdad revelada y la seguridad de la cuenta corriente frente al argumento, 5 a 1.
Como recogía hace un par de números una revista satírica, el langostino, la Navidad y las elecciones han sido ecosistema favorable al crecimiento y engorde del experto, ya sea profesional o amateur-familiar (no hay pariente al que reconozcamos sabiduría).
Lo bueno es que algo hemos aprendido durante la crisis, que ha tenido entre sus víctimas la infalibilidad del economista y del auditor, hasta hace poco encuadrados en disciplinas de las ciencias exactas y hoy en el apartado de las ciencias sociales, donde interviene el comportamiento humano, algo más imprevisible que el mecanismo de un reloj de cuco.
Gustavo de Arístegui representando al Estado en la India y Federico Trillo en el Reino Unido han sido parlamentarios y ocupan hoy un puesto de confianza política, pero aparentan y se comportan como expertos, especialistas, uno en fontanería empresarial y mundo árabe y el segundo en defensa jurídica del PP y Shakespeare, podría figurar en sus tarjetas.
En la vicepresidenta y en el presidente, ambos pertenecientes a un cuerpo superior del funcionariado, ambos acostumbrados a ser escuchados, se ha comprobado en debates electorales, precampaña y postelecciones su incomodidad al tener que convencer, a persuadir, no lo han practicado durante años, no parecen capaces.
Todo lo anterior se complica con la figura del politólogo, el experto en política, que tiene la rotundidad del matemático y, entendiéndolo todo, parece conocer lo que va a suceder en las próximas semanas, aunque la realidad es que sólo tiene una buena interpretación de lo que ya ha ocurrido, que no es poco.
Los especialistas que dedican su jornada laboral a la seguridad del Estado, sea en el CNI, en las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Nacional o el Ministerio de Industria, que también los tiene, evidentemente tendrán que orientar su trabajo a las directrices de la autoridad política que resulte de la formación del próximo Gobierno. Su claridad de ideas seguirá estando al servicio del vicepresidente/a y del Gobierno, sea quien sea el responsable al cargo, se llame Soraya, Pablo, Íñigo o José Enrique.
Los expertos viven y opinan al margen del calendario y del reloj, no les afecta la oportunidad política, el control o intuición de los tiempos
"El Centro Nacional de Inteligencia es el Organismo público -las mayúsculas son del BOE- responsable de facilitar al Presidente del Gobierno de la Nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones", dice la ley reguladora del CNI de mayo de 2002.
La misión del CNI que marca la ley es suficientemente amplia para contemplar una gran variedad de actuaciones, que se podrían resumir en elaborar inteligencia para que el Gobierno reduzca algo la incertidumbre a la hora de tomar decisiones sensibles, normalmente relacionadas con la seguridad en una acepción muy generosa.
El destinatario de su trabajo no lo eligen estos expertos, está fijado por ley, porque otro comportamiento -al margen de obligaciones contractuales- rebajaría su categoría del elevado nivel del especialista técnico al del profesional de las ciencias sociales, al de periodista o analista político, que emite opiniones con apenas una certeza del 53%, es sensible a las corrientes de aire y a los cambios bruscos de temperatura.


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domingo, 7 de junio de 2015

Teniente Segura: 'En año electoral no creo que me expulsen'

LUIS GONZALO SEGURA, TENIENTE DEL EJÉRCITO DE TIERRA
El militar que ha denunciado acoso y corrupción en las Fuerzas Armadas dice encontrarse en un limbo jurídico, sin destino, y a la espera de que se fallen dos expedientes de expulsión. Defiende órganos de control externo al Ministerio de Defensa. En las próximas semanas publica un nuevo libro

Carlos Penedo. Entrevista publicada originalmente en Estrella Digital.
¿Cuál es su situación en este momento?
Luis Gonzalo Segura. | Tropoeditores
Estoy pendiente de destino. En julio me sancionaron por la primera falta grave, por una parte con 60 días de arresto y por otra me cesaron en el destino; pero, por otro lado, en esa misma sanción también me impedían darme destino, con lo cual estoy en un limbo, en una situación un tanto extraña. El Ejército no me quiere en un cuartel. Tengo dos propuestas de expulsión y estoy pendiente de que se firmen.

¿Espera alguna decisión en breve?
Yo creo que no, estamos en año electoral, ha saltado el caso de Zaida (comandante que sufrió acoso sexual y ha sido dada de baja en las Fuerzas Armadas), hasta después de las elecciones generales no va a haber movimiento, es la sensación que tengo, igual me estoy equivocando.
'Morenés es el mejor ministro de Defensa de la historia'
La propuesta de expulsión por el libro es de diciembre, hace ya seis meses, y no hay perspectiva de que eso se vaya a materializar, entiendo que se debería haber resuelto ya, entonces no sé lo que pasará pero yo creo que hasta después de las elecciones no van a hacer nada.

¿Encuentra alguna relación entre el caso de la comandante Zaida y el suyo?
Hay dos elementos de unión. El primero es que Zaida es un personaje del libro que yo publico el año pasado, mediante un personaje ficcionado. Excluyendo la parte de acoso sexual, compartimos la segunda de acoso laboral, la experiencia es la misma, es idéntica, compartimos lo mismo, bajada de calificaciones, presión psicológica por parte de los mandos, eso es algo totalmente compartido .

Zaida y usted son oficiales, en principio con mayor capacidad de defensa o escucha que la tropa.
La situación de los militares de tropa es insostenible. Gestiono una página en Facebook con mas de 18.000 personas, la mayoría militares y su familias, y puedo asegurar que las quejas son constantes y la situación es bochornosa por completo, espero que eso se solvente y se termine, lo que están pasando los soldados es inconcebible.
Hay soldados que después de haber estado años sirviendo en Afganistán o en Irak los están expulsando a la calle de forma miserable, con porcentajes altos de minusvalía sin darles una mísera pensión, que es lo menos que puedes hacer con una persona cuando ha dado 20 ó 25 años de su vida al Ejército y sale, por ejemplo, con una rodilla destrozada; es terrible lo que está pasando.

¿Faltan mecanismos de alarma en Defensa o en las Fuerzas Armadas para casos similares al suyo o es que no funcionan?
No hay ningún mecanismo. Hay un protocolo anti acoso que ya ha reconocido el propio Ministerio de Defensa que no se aplica, de hecho es imposible aplicarlo porque es una entidad muy jerarquizada. Para que un protocolo o una protección anti acoso se pudiera llevar a cabo necesitaríamos un órgano externo que lo regulase, si tengo que pasar por mi jefe, que es quien me está acosando, para solicitar una protección anti acoso contra él eso no se puede producir nunca, mi propio jefe va a impedir que esa información llegue y si llega va a llegar distorsionada con sus propias apreciaciones; además quien está encima forma parte de un colectivo muy endogámico, muy cerrado, no va a permitir que eso pueda prosperar.

El Congreso acaba de aprobar por unanimidad una propuesta para mejorar los procedimientos contra el acoso sexual. ¿Existe una mayor sensibilización sobre estos casos?
Efectivamente es sobre acoso sexual. El mensaje de Zaida ha calado porque es muy particular, "me han acosado sexualmente y laboralmente", algo que ocurre con más frecuencia de la que debería, pero al fin y al cabo eso a la institución no le molesta porque estamos hablando de una serie de golfos, 10, 20 ó 30 golfos. El mensaje que yo transmito es que el sistema en su conjunto no funciona y hay que cambiarlo, y eso provoca miedo.
El 16 de junio publica su segundo libro, 'Código rojo'
Por ejemplo, estamos hablando de una deuda de 40.000 millones de euros (en armamento) que hay que afrontar y no hay forma de pagarlo; hablamos de un gasto real y encubierto que supera cuatro veces lo presupuestado, lo cual es algo bastante inconcebible. Lo que a mí me extraña es que no sea un escándalo en todos los medios de comunicación.

Estamos a final de legislatura, ¿puede hacer un balance de los últimos años?
Lo que puedo decir es que creo que hemos tenido el mejor ministro de Defensa de toda la historia con mucha diferencia y seguramente por su gran valor terminará trabajando en la industria armamentística, porque allí sabrán sacar partido a sus excelentes cualidades. Lo único que espero es que no vuelva a vender bombas de racimo, que después acaban arrojándose contra la propia la población civil, eso es lo que me gustaría.

¿Qué proyectos tiene a corto plazo?
Ahora sale el 16 de junio un segundo libro, que es "Código rojo", el primer libro ("Un paso al frente") ha ido muy bien, se han vendido más de 30.000 ejemplares, estamos reinvirtiendo parte de los beneficios del libro en donaciones para instituciones benéficas y personas que lo están pasando mal, no tiene ningún fin lucrativo. Este segundo libro también es muy importante, enfoca el problema desde otra perspectiva, la de los diferentes poderes de la sociedad española y cómo se ha podido producir que exista una institución como las Fuerzas Armadas en las condiciones actuales, con total ausencia de control a nivel económico, con una ideología dominante muy particular, que está completamente desfasada, lo que intentamos en este segundo libro es explicar el porqué.

¿Es ficción?
Es una novela de ficción exactamente igual que la primera, porque creo que es un vehículo muy atractivo, lo lees y te puede divertir, pero está ese mensaje detrás.

En los últimos meses ha tenido relación con diferentes fuerzas políticas, ¿se siente especialmente cercano a alguna de ellas?
He tenido contactos y muchísimo apoyo de UPyD, Izquierda Unida y Podemos, y les estoy muy agradecido. Políticamente no me sitúo. Además, ahí sí tenemos (los militares) un deber de neutralidad política y me parece ademas que tiene una lógica. Las tres formaciones me han ayudado y se han involucrado muchísimo. Hay políticos que trabajan por la apariencia, pero hay otros como Javier Couso (eurodiputado de IU), por ejemplo, que me ha estado llamando personalmente al centro disciplinario para ver qué tal estaba, la verdad es que los tres partidos se han volcado.
'El Ejército no que quiere en un cuartel'
La pena, el gran problema que tenemos, primero, es que al PP esta historia no le preocupa, lo cual yo creo que es un error, este asunto trasciende lo ideológico,; el PSOE no ha querido saber absolutamente nada; y luego pues los medios de comunicación, me parece un auténtico escándalo que no se esté hablando de estos 40.000 millones de deuda, y de hecho hay incluso artículos en prensa internacional que hablan de esta situación, de cómo puede ser que los medios de comunicación en España no le estén contando a los ciudadanos que existe este problema.

¿Qué solución ve a la situación que denuncia?
Las soluciones son muy sencillas, al final es aplicar lo que ya ideó en su momento Montesquieu en el siglo XVIII, no una separación de poderes como se hablaba entonces pero sí de funciones, sencillamente que las auditorías por ejemplo en el Ministerio de Defensa pues que las haga el Ministerio de Hacienda; que la Justicia Militar pase a ser una justicia ordinaria. Si hay tres órganos de control, que son la Guardia Civil, la justicia militar y las auditorías y los tres están siendo controlados por el Ministerio de Defensa evidentemente eso no puede funcionar nunca. El sentido común aconseja independizar esos tres órganos de control, y a partir de ahí habrá que reformar en profundidad las Fuerzas Armadas.

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sábado, 21 de febrero de 2015

El teniente Segura lleva a los tribunales a su biógrafo

POR UN DOCUMENTAL QUE ANALIZA LAS 'TRES CORAZAS' DEL EJÉRCITO
El militar que ha denunciado corrupción en el Ejército acaba en los tribunales enfrentado al periodista que ha realizado un documental sobre sus denuncias. Le pide el secuestro de la cinta, seis mil euros y la destrucción del material utilizado

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Luis Gonzalo Segura. | Tropoeditores
El próximo 12 de marzo se celebrará en un juzgado de Madrid un encuentro inesperado: el de Luis Gonzalo Segura, el teniente del Ejército que ha revelado supuestos casos de corrupción, y Carlos Hernando, periodista que ha elaborado un documental -"El informe Segura"- sobre las peripecias del teniente y su reclamación de mayor transparencia y control sobre las Fuerzas Armadas.
El teniente ha denunciado al realizador y ha llegado a amenazar al también periodista con el Código Penal militar que critica cuando lo sufre sobre su persona, según Hernando. Del contenido de la denuncia y de las palabras del realizador se deduce una estrecha colaboración entre ambos que se rompió por diferencias económicas y de contenido.
"Él -en referencia al teniente-, que va reclamando libertad de expresión para los militares, intenta cortar la de un civil", comenta Hernando a este periódico, lo que interpreta, al menos, como "contradictorio".
El Juzgado de 1ª Instancia número 38 de Madrid admitió el pasado 23 de enero a trámite la denuncia presentada  un mes antes por Luis Gonzalo Segura basada en la vulneración de los derechos fundamentales al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Según el director, el teniente exigió aparecer crucificado en el documental
El militar pide en su demanda, a la que ha tenido acceso Estrella Digital, "la retirada inmediata del documental 'El informe Segura' de todos aquellos eventos en el que hubiese podido hacer partícipe el documental referido, en particular la edición de los premios Goya de 2015", también se exige el pago de 5.440 euros y que se condene al demandado a publicar la sentencia y al pago de costas. Como medidas cautelares el militar pide "el depósito de todas las copias del documental, así como todos los negativos e imágenes de archivo, grabaciones audiovisuales, grabaciones sonoras, el material documental y fonográfico" y se solicita también que "se proceda a la intervención y depósito de los ingresos obtenidos mediante la proyección" del documental en dos salas de Madrid.
En la demanda el teniente menciona un supuesto acuerdo verbal con el autor por el que recibiría un 10% de los beneficios obtenidos en taquilla y sugiere su participación como coguionista y coproductor del documental. El enfrentamiento cada vez más enconado lleva al militar a exigir en octubre la paralización del trabajo.
En su demanda Segura afirma haber pedido al director del documental que retirara imágenes y audio sin distorsionar de mandos del Ejército hablando con el teniente, tomadas con grabadora y cámara ocultas, también escenas de la vida familiar, de la prisión militar y de la huelga de hambre que realizó durante los meses que estuvo recluido en un acuartelamiento de Madrid.
La versión de Carlos Hernando es muy diferente: "el dueño de este producto audiovisual soy yo", afirma tajante, y relata a Estrella Digital un rosario de exigencias de Segura que consideró "no admisibles", entre ellas la voluntad del militar de aparecer crucificado al final de la película.
En el origen de la historia se encuentra la novela que el teniente Segura publica en 2014, "Un paso al frente", en la que se relatan casos de corrupción en el Ejército en clave de ficción. El militar ha aparecido en los meses posteriores en medios de comunicación de todo tipo denunciando la corrupción, ya no en términos de creación artística.
Director y película denuncian tres corazas que impiden aflorar la corrupción en las Fuerzas Armadas
Hernando contactó en primavera con Segura, se trabajó intensamente en el documental durante el verano, y fue en otoño cuando explota la relación entre ambos, después de la estancia en prisión del militar y una huelga de hambre de 22 días.
La trifulca entre protagonista y director del documental se sobrepone ahora sobre el propio contenido de la película, que argumenta con la participación de políticos, periodistas, juristas y catedráticos gran parte de las denuncias genéricas del teniente.
En el documental, demandante y demandado parecen coincidir en un diagnóstico: la necesidad de que las Fuerzas Armadas cuenten con canales y órganos que amparen la denuncia de corrupciones. Más en concreto, la película apunta hacia "tres corazas" que pudieran encubrir las irregularidades en el ámbito militar: una Justicia militar que se considera no objetiva y herencia de la Transición; la ineficacia de la Guardia Civil para investigar corruptelas en el seno de las Fuerzas Armadas, consecuencia de su naturaleza militar; y la ausencia de una fiscalización sobre los multimillonarios programas de armamento.
En apoyo de los argumentos mencionados aparecen en la película los diputados Irene Lozano (UPyD) y Gaspar Llamazares (Izquierda Plural), una jurídico del Ministerio de Defensa que aboga por la eliminación de la Justicia militar, un suboficial del Ejército y una agente de la Guardia Civil que cuentan haber sido represaliados por sus denuncias, representantes del Sindicato Unificado de la Policía y hasta Juan Carlos Monedero.
En la cinta aparece Monedero: 'El 23-F triunfó'
El dirigente de Podemos señala en la cinta que este caso del teniente Segura supone una "llamada de alerta de las insuficiencias de la democracia en España", y llega a afirmar que "el 23-F fue un golpe que triunfó porque buscaba disciplinar a los españoles". Critica Monedero la opacidad de la organización, la tutela militar de la Transición y la existencia de una Justicia propia.
El documental incluye también muy leves críticas sobre la estrategia seguida por el teniente Segura y su alta exposición mediática, aludiendo algunos de los intervinientes a que las denuncias pudieran haber sido realizadas con mayor éxito por otros medios.
El director del documental se reconoce "perplejo y asombrado" por la deriva de los acontecimientos. "Esto es nuevo para mí", afirma, se siente perjudicado profesionalmente por la ofensiva judicial del teniente, que ha bloqueado cualquier promoción del documental o negociación con televisiones para su difusión.
En su trayectoria como realizador de cine documental figuran piezas sobre Cuba y la oposición a Castro; una película llamada "El violinista de Auschwitz", corto de 2012 -nominado a los Goya- que cuenta la historia de un judío sefardí que pudo salvar la vida en ese campo de exterminio. Su próximo proyecto, un documental sobre el primer preso del IRA que ha pedido perdón a sus víctimas.

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