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martes, 24 de abril de 2018

Teatro en Siria

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Algo se nos ha representado en Siria la madrugada del sábado 14 de abril, con el ataque coordinado de Estados Unidos, Reino Unido y Francia en teórica respuesta al uso previo de armas químicas por parte de Báshar al Ásad que no ha sido certificado por organización independiente alguna.
Todo indica que el reciente lanzamiento y caída sobre Siria de 110 misiles ha sido una representación, sin justificación ni sentido militar, anunciado una semana antes, sin víctimas ni objetivos claros, sin pretensiones de cambiar el régimen ni la relación de fuerzas; juzguémoslo entonces en términos teatrales: público, escenario, actores, libreto, claque.
Públicos. Las personas a las que se ha dirigido este mensaje explosivo no son los sirios, que llevan siete años de guerra, medio millón de muertos y el ataque no varía en ningún sentido sus circunstancias, sino que parece ir destinado a las opiniones públicas de los países atacantes. Este ejercicio de fuerza militar controlada persigue fortalecer la imagen de estadista tanto de Donald Trump, acosado por jueces, actrices porno y hasta un exdirector del FBI; la británica May, en minoría parlamentaria y unas negociaciones del Bréxit muy poco favorables; como de un Macron con la calle revuelta y necesitado de acciones exteriores a la altura de sus discursos.
Libreto. Como en cualquier intervención militar, se ha lanzado también un mensaje relacionado con el comercio de armamento. Entre lo poco que se ha contado figura el uso por parte de EEUU de un avanzado misil más inteligente aún que sus compañeros de arsenal; también Francia diríamos que ha estrenado en combate figurado una fragata invisible; y sobre EEUU ya dejó escrito su presidente que utilizarían "buenos, nuevos e inteligentes" misiles. Un efecto secundario del ataque podría ser además la demanda creciente del sistema ruso de misiles S-400.
Para el público sensible a la economía, el ataque ha contribuido además a mantener el precio del petróleo a precios interesadamente altos.
Actores. Las circunstancias especialmente inaceptables del uso de armas químicas obliga a estos tres países a intervenir en un conflicto... en el que no han dejado de intervenir durante los últimos siete años, los tres bombardean regularmente Irak y Siria en la lucha contra el Estado Islámico, EEUU tiene 2.000 militares sobre el terreno, Francia está presente en la zona desde comienzos del siglo XIX y Reino Unido es la otra expotencia colonial y basta con recordar que tiene en propiedad una parte de la isla de Chipre en formato de base militar. Ningún conflicto en Oriente Próximo tiene exclusivamente actores domésticos, suelen participar junto al Gobierno propio y sus oposiciones los tres del teatro de abril y como novedad la reciente expansión de Rusia e Irán fruto del desastre provocado por la invasión de Irak más en los últimos tiempos el intervencionismo exterior de Arabia Saudí y Turquía.
Escenario. En esta geografía España participa con su mayor contingente militar en el exterior desde 2006 en la misión de Naciones Unidas en el sur del Líbano (700 militares); mantiene desde 2014 en Turquía una batería de misiles en una misión OTAN no está claro con qué objetivo; y va engordando un contingente militar en Irak que ya sobrepasa los 500 militares en una coalición internacional contra el Dáesh que se nos dice ha sido vencido ya en el país. La Armada además despliega medios navales con los destructores norteamericanos domiciliados en Rota y que participaron en el ataque con misiles.
Claque o clac (del francés claque, "bofetada")​ es el nombre que de modo convencional recibe el grupo de individuos pagados para aplaudir en los espectáculos, bien como cuerpo organizado contratado en las salas de teatro y ópera, o figuradamente los que aplauden o animan a alguien de forma incondicional.
España por tanto tiene una importante presencia incluso militar sobre el terreno, aunque no se considera a sí misma un actor. La respuesta oficial al ataque no destaca sobre el coro que lo ha apoyado sin crítica ni aportación alguna.
Los comunicados oficiales tras el ataque con misiles de EEUU, Francia y Reino Unido contra Siria mencionan que no existe solución militar al conflicto, sino política (también aquí, déficit de política); y destacan todos la legitimidad de la acción, no su legalidad inexistente, lo que iguala al trío con quienes viven al margen de la legalidad internacional.
Hay una víctima de calado además en todo este proceso, que es la Defensa europea de la que tanto se viene hablando en el último par de años y que se ve reducida en sus expectativas más ambiciosas a conseguir economías de escala en el desarrollo o adquisición de armamento. Tres días después del teatro sirio, Emmanuel Macron pronunció un discurso rabiosamente europeista en el Parlamento Europeo, que nadie ha puesto en relación con su actuación militar unilateral en Siria al margen de sus socios económicos y políticos.
La Unión Europea y las Naciones Unidas presiden en unos días la segunda Conferencia «Apoyar el futuro de Siria y su región», que se celebra en Bruselas los días 24 y 25 de abril.
Dicen los convocantes que "mientras la guerra de Siria entra en su octavo año, la situación humanitaria sigue empeorando. Más de trece millones de sirios están ahora necesitados de ayuda humanitaria y hay más de cinco millones de refugiados sirios desplazados fuera del país".
En este contexto, la Conferencia se propone movilizar ayuda humanitaria para los sirios que se encuentran en el interior del país y en los países vecinos. "En la Conferencia también se intentará recabar apoyo político para el proceso de paz conducido por las Naciones Unidas".
La Conferencia reunirá a participantes de más de ochenta y cinco países y organizaciones, a nivel ministerial.
"La UE mantiene su empeño en encontrar una solución política duradera al conflicto de Siria dentro del marco vigente acordado por las Naciones Unidas. Como se declara en las Conclusiones del Consejo adoptadas el 3 de abril de 2017, la UE está convencida de que no existe una solución militar para el conflicto y apoya firmemente la labor del enviado especial de las Naciones Unidas y las conversaciones mantenidas entre las partes sirias en Ginebra". Pues eso.
La representación tiene dos acepciones en el diccionario: una es teatro, imagen o idea que sustituye a la realidad; tiene también otra política, la delegación de poder que reciben los cargos electos tras el voto de los ciudadanos. El ejercicio del poder tiene claramente una parte de representación teatral, pero no puede ser la única ni la principal. Las simulaciones con medios militares, aparte del peligro evidente de provocar víctimas humanas, son además tremendamente costosas para el presupuesto y para el prestigio que necesitan cuando son realmente necesarias.
Última hora: imitando el comportamiento de Cristina Cifuentes con el máster regalado que niega que le regalaran, el Gobierno sirio ha devuelto la Legión de Honor que Francia concedió al presidente Báshar al Ásad cinco minutos antes de que se lo quitaran, como ya hizo el Gobierno francés con el ciclista dopado estadounidense Lance Armstrong. La simulación también en la concesión de títulos acaba chirriando ya se produzca en Vicálvaro, París o Damasco.

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martes, 13 de marzo de 2018

POTUS, prejuicios y mundo árabe

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
POTUS es el acrónimo elaborado a partir de President of The United States, léase en estos momentos Donald Trump y antes Obama y Bush el renacido (el padre pertenece a otra era geológica). Hablemos de prejuicios relacionados con el mundo árabe, en el sentido de juicios previos con los que llegan algunos gobernantes al mando.
Cuenta gente bien informada que trató a los aludidos que George Bush hijo en el momento de ganar las elecciones, incluso antes de tomar posesión en enero de 2001, tenía la idea fija de invadir Irak y así se lo trasladó a su antecesor Bill Clinton en pleno traspaso de poderes. Luego llegó el 11S, la intervención en Afganistán (17 años ha), la invención de las armas de destrucción masiva y la invasión de Irak -con su coalición de apoyo- y su destrucción como Estado hasta hoy. En este primer caso el prejuicio se convirtió en acción.
Las guerras preventivas dieron paso con Barack Obama a los premios Nobel preventivos, y un muy conocido discurso de 2009 en la universidad egipcia de Al Azhar en donde el presidente de EEUU tendió puentes entre su país, Occidente y el Islam, un discurso religioso más que político en el que Obama asumió el papel de representante de la Cristiandad, en línea con todos los emperadores de esta parte del mundo desde Carlomagno. Digamos que el marco favorecía el tono, aunque el lugar se elige cuidadosamente y por tanto nunca es casual.
Desconfiemos siempre de planteamientos religiosos referidos a política internacional, confunden más de lo que aclaran, nada.
Recordó Obama en aquella ocasión que el primer país en reconocer la independencia norteamericana fue Marruecos, circunstancia que daría para muchas columnas pasando por Perejil y el mando militar Africom que hoy opera desde Morón.
"Estados Unidos no está y nunca estará en guerra contra el Islam. Sin embargo, les haremos frente sin descanso a los extremistas violentos", dijo; "la situación para el pueblo palestino es intolerable. Estados Unidos no les dará la espalda a las aspiraciones legítimas de los palestinos de dignidad, oportunidades y un Estado propio", añadió; "Estados Unidos no acepta la legitimidad de más asentamientos israelíes. Dicha construcción viola acuerdos previos y menoscaba los esfuerzos por lograr la paz. Es hora de que cesen dichos asentamientos".
Impecable en el discurso, los resultados prácticos de los prejuicios de Obama en Oriente Próximo y norte de África fueron bastante menores, salvando el ahora amenazado acuerdo nuclear con Irán; en el limbo coloquemos la decisión de no invadir Siria, con no pocas ventajas aunque esté lejos de la no intervención, hoy encarnada en discretas operaciones especiales sobre el terreno y diarios bombardeos aéreos -con cazas y drones- que continúan hasta la actualidad.
Habló Obama en El Cairo de democracia, desarrollo, derechos de la mujer, bellas palabras que tuvo ocasión de ayudar a llevar a la práctica pues su mandato convivió con las primaveras árabes, si bien el resultado más claro fue la bendición norteamericana al golpe de Estado en el mismo Egipto del discurso.
Al final de su segunda legislatura Obama firmó en 2016 con Israel un acuerdo de asistencia militar por importe de 34.000 millones de euros, el mayor de la historia con ese país y de la historia de los acuerdos de asistencia militar, y siempre teniendo en cuenta que estos pactos son para tiempos de paz.
Y llegamos a Donald Trump, que si creemos a un reciente cronista nunca pensó seriamente que fuera a ocupar el cargo y alcanzó la presidencia también cargado de prejuicios.
Ya con el maletín nuclear a su alcance, sus primeros meses nos los cuenta Michael Wolff en el libro "Fuego y furia" que ha escrito tras casi un año escuchando a todo el mundo en la Casa Blanca, empotrado en la Casa Blanca, que en este caso no ha tenido resultados positivos para el anfitrión.
Este periodista pone en boca de quien fue estratega jefe de Trump, el ultraderechista Steve Bannon: "El primer día trasladaremos la embajada de Estados Unidos a Jerusalén".
Y otro párrafo atribuido al mismo Bannon, hoy ya despedido del entorno presidencial de Trump y de gira por Europa estos días trabajando la internacional del populismo: "Dejemos que Jordania se quede con Cisjordania, dejemos que Egipto se quede con Gaza. Dejemos que se arreglen o que se hundan intentándolo. Los saudíes están al límite, los egipcios están al límite, todos aterrorizados por Persia (sic)..., Yemen, Sinaí, Libia... Esto pinta mal... Por eso Rusia es tan clave... ¿Tan mala es Rusia? Son malos, pero el mundo está lleno de tipos malos".
Stephen K. Bannon este mes de marzo con
la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen. 
Preocupante indicio de los prejuicios del actual presidente de Estados Unidos, que la realidad ha confirmado con el traslado en marcha de la embajada a Jerusalén, decisión a la que se ha sumado Guatemala, que sus razones también tendrá.
Vemos como conclusión muy general que los prejuicios de los presidentes de EEUU de ideología republicana se llevan a la realidad con más firmeza que los prejuicios demócratas; para ser más exactos se podría afirmar que los prejuicios republicanos se aplican muy fielmente en política internacional y los prejuicios demócratas trabajosamente en política interior.
Para continuar este asunto habrá que seguir los acontecimientos y la efectividad del yerno de Trump en su labor política en Oriente Próximo, si continúan los acontecimientos: otro indicio reciente, éste objetivo, es que el presidente Trump ha tenido en un año cuatro directores de Comunicación, dos consejeros de Seguridad Nacional y dos jefes de Gabinete.
"Los pueblos del mundo pueden vivir juntos y en paz. Sabemos que ésa es la visión de Dios. Ahora, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra. Gracias. Y que la paz de Dios esté con ustedes", acabó Obama su discurso y yo la columna.

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martes, 20 de febrero de 2018

Rotativas

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Imagino las reuniones de contenidos de los grandes periódicos en papel: esto a cinco columnas, esto a tres; hoy criticamos a Zapatero, mañana a Pedro Sánchez; los partidos políticos no hablan de las reformas que España necesita, las propuestas del partido equis no tienen fundamento (esta última pareja es algo contradictoria), gente seria tomando decisiones que se traducen en planchas, tinta y periódico impreso.
Sus resoluciones tienen consecuencias materiales, ponen en marcha grandes y ruidosas máquinas y sale un producto que hay que transportar en camiones y furgonetas velocísimas que cruzan España de madrugada y acaban en manos de un personaje indescifrable llamado quiosquero.
Imagino en esas reuniones a profesionales que se toman muy en serio a sí mismos (algo menos a los demás), que de vez en cuando son invitados por la Casa Real a la cena de gala en honor del presidente del Perú, de visita oficial en España, por ejemplo.
"No te equivoques", se dirán entre ellos en esas reuniones, aunque se conozcan desde hace décadas.
"¡Que paren las rotativas!", ordenan en situaciones graves.
"El País, con la Constitución", a ver quién supera eso.
El asunto es que ya no tienen rotativas, que estaban físicamente primero cerca o debajo de la redacción, luego se fueron alejando.
El País, AS y Cinco Días han cerrado este mes de diciembre la suya, lo que supone un ERE a 70 personas, la mitad a la calle. Se lee más o menos lo mismo, pero las ventas de periódicos en papel han caído a la mitad en los últimos diez años, lo que aparentemente justifica la decisión empresarial, aunque el producto se sigue imprimiendo, pero se ha subcontratado, externalizado.
Hasta aquí ya van dos tendencias, la caída de la prensa en papel y las subcontrataciones.
Algunos medios de la competencia destacan que los periódicos impresos del grupo Prisa se van a editar a partir de ahora en la imprenta del grupo Vocento, es decir, que El País y ABC comparten hoy rotativas, lo que no pasa de anécdota pero es curioso, al menos para Vocento sigue siendo rentable la actividad.
Las rotativas le daban al periodismo una dimensión industrial, esa máquina de vapor engullendo gigantescas bobinas de papel,  que anclaba la profesión en la realidad, la comunión de intereses entre la producción intelectual y la material, era producir papel pero con contenido.
Todas las revoluciones son interclasistas y la periodística también lo era, el linotipista con el roce acababa sabiendo algo de periodismo y el redactor, de máquinas de impresión.
Todo esto forma ya parte del pasado, como el ruido de las máquinas de escribir en las redacciones (esto no lo conocí), el humo del tabaco o los teletipos de las agencias escupiendo papel pijama con alegría hasta que llegaba alguien del juzgado o de la propia agencia para llevarse la máquina por impago (esto sí lo he conocido).
Los periódicos ya no tienen ese largo intestino ruidoso que transformaba la actualidad en papel entintado.
Han aligerado la digestión y a veces sale la información algo cruda, como sin procesar lo suficiente.

martes, 6 de febrero de 2018

La actualidad ordenada

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Con el periódico de referencia se establece una conexión que va cambiando a lo largo del tiempo. Pasa algo parecido en la relación que tenemos con todas las instituciones, las que lo son e incluso las que se atribuyen el nombre.
Comienza con una sensación de texto sagrado, de admiración hacia una biblia que te envuelve y anima a memorizar artículos como azoras del Corán.
Con los años uno acaba compitiendo con los contenidos y cabreándose con los editoriales, se contrasta la opinión propia y la escrita.
En una tercera fase la situación se relaja, se disfruta con parte y se ignora el cartoncillo que aparece por los bordes hasta en los periódicos más sólidos. Todos tenemos una parte sublime y otra miserable, oscilamos entre la pedantería y la vulgaridad; un amigo decía que estaba entre Sartre y Fofito, según el momento del día. Lo importante es la media.
Algunos periódicos no consiguen salir del bucle de la aventura de los payasos, ni en las fugaces apariciones del señor Chinarro, que era el payaso serio.
En cualquier etapa el periódico impreso, maquetado, en papel o PDF, ofrece la actualidad jerarquizada, con mejor o peor criterio se destaca algo como importante y otras cosas como secundarias, y como en toda selección se descartan contenidos; además se ofrece una visión global de la realidad informativa, un vistazo al periódico completo siempre te descubre algo inesperado, aunque no te interese inicialmente, de deportes, economía, fallecidos ilustres o desconocidos.
Las crónicas de Joaquín Vidal padre en toros o Segurola en fútbol (ahora en AS y La Vanguardia) trascendían a la afición respectiva, puede que gustaran incluso más a los antitaurinos y anti Liga de Fútbol Profesional.
Esto último -el orden- se está viendo modificado por la prensa digital, generalmente una acumulación desmesurada de contenidos difícil de navegar entre ellos, con la actualidad fragmentada y donde se acude preferentemente a los asuntos en los que uno está deformado, a costa de una visión global de lo que ocurre.
Lo que se une a la imposición de lo visual y el espectáculo, la obsesión por el número de visitas, que no siempre se llevan bien con el rigor informativo.
El día que dejé de leer El País es el título de un poemario de Jorge Riechmann publicado hace ya dos décadas, que poco tiene que ver con la gestión financiera de Juan Luis Cebrián en el grupo Prisa -está por descubrirse la competencia de periodistas metidos a gestores empresariales y de ajenos a la profesión dirigiendo medios-, sino más bien con la "poesía de la conciencia crítica", que dice la solapa del libro.
Éste es el asunto, la conciencia personal criticando lo que ocurre y lo que se lee.
Yo sigo leyendo El País, desde la conciencia crítica. Y varios otros.
De aquel libro entresaco lo siguiente:
El poder se permite el lujo de la tolerancia
mientras digitaliza los datos por si acaso.
Cambia el mundo todos los días y cambia también algo menos rápido nuestra manera de verlo, con la esperanza de que en el encuentro salga algo de interés.
La vejez sería la renuncia del cerebro a enganchar con la realidad, a encontrarle explicación.

martes, 30 de enero de 2018

Duplicar el gasto en Defensa

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Tres criterios universales para analizar un asunto complicado: tomar perspectiva, distancia; compararlo con casos similares; y el tercero es aplicar el mismo sistema en el análisis que normalmente utilizamos con otros de la familia.
Ahora empleemos la plantilla al aparente compromiso de duplicar el gasto en defensa en España, aparente compromiso porque se dice que es una imposición de la OTAN -de la que formamos parte y donde se aprueban las cosas por unanimidad; algo parecido a destinar un 2% del PIB se acordó en una cumbre de 2014, porcentaje que nadie cumple excepto Reino Unido y la Grecia de las cuentas quebradas- y aparente porque aparentemente el Gobierno Rajoy ha asumido el objetivo.
Perspectiva: tomemos en esta ocasión distancia temporal. Dice la ministra del ramo que el objetivo es duplicar el presupuesto en siete años (estaremos entonces en 2025), pero será menor el crecimiento en los primeros años y más acelerado en el arranque de la próxima década, con lo que aplaza el cumplimiento a la legislatura 2020-24, hoy se vende el compromiso (caso similar a lo que parece estarse fraguando con la equiparación salarial de las fuerzas policiales con el que más gane) y el que venga que aplique.
El horizonte temporal es aún más amplio que el sugerido por De Cospedal. Resulta que los grandes programas de armamento con el sistema seguido en los últimos años se comienzan financiando a coste cero para las empresas con ayudas de I+D que concede el Ministerio de Industria y se cargan con fuerza en el Ministerio de Defensa cuando éste recibe el grueso del material pasadas dos décadas, por tanto las decisiones que hoy se tomaran de adquisición serán un problema financiero serio para Defensa en 2038.
Comparación: se cuenta con la experiencia acumulada en los grandes programas que hoy asfixian los presupuestos del Ministerio de Defensa, cuya decisión político-industrial se tomó... pues allá por las dos legislaturas de José María Aznar como presidente del Gobierno, entre 1996 y 2004. Tanto interés hubo en poner en marcha aquellos programas que incluso el consejo de ministros tomó no pocas decisiones y se firmaron contratos con el Gobierno en funciones, entre las elecciones y la toma de posesión de Zapatero.
La comparación de ciclos inversores nos aclara que al larguísimo plazo de financiación de los programas de armamento se añade el larguísimo plazo de desarrollo de esos materiales, con lo que fácilmente puede pasar entre ambos medio siglo, de donde se deduce que tenemos unos ejércitos equipados con criterios anteriores a la caída del muro de Berlín.
La comparación con otros países nos lleva a un método homogéneo de medir el gasto militar, que puede ser el de la OTAN o el del sueco SIPRI, y en ambos casos calculan el gasto de todo el Estado, aquí de nada sirve distribuir o camuflar el presupuesto entre varios ministerios. Y otra consideración de importancia es que se habla de porcentaje del PIB, por lo que en una década si la economía crece a un 2% anual sumará un 20% añadido a lo que se anuncia que va a crecer el presupuesto de Defensa, que debería ser entonces del 120%.
A todo esto es importante añadir la dimensión militar, de defensa y seguridad de la Unión Europea, que parece avanzar por el impulso político de los últimos meses, y según se dice lideramos en compañía de otros. Si se amplía una política común o coordinada en asuntos militares tendrá una repercusión en el presupuesto, quizá hasta un ahorro, dependiendo de lo que cada uno haga y lo que decidan los aliados comunitarios a 27 ó 28.
Perspectiva temporal y comparación europea, requieren los dineros de la defensa.
Mismo sistema de análisis: si cualquier ministerio o área de la Administración pública pide que se duplique su presupuesto la pregunta que surge en automático es para qué. Las cuentas de Defensa o la desinformación de Putin no pueden tener un apartado propio para juzgarlos, habrá que aplicar la lógica racional que utilizamos en todos los casos de recursos públicos y en la comunicación impulsada por jefes de Estado (o de Gobierno).
El presupuesto del Estado español en asuntos militares y de seguridad principalmente exterior dependerá de las necesidades que se tengan, hoy y en 2038, a su vez una consecuencia directa de las amenazas que se quieran cubrir o enfrentar. La reciente Estrategia de Seguridad Nacional no aclara el asunto. Habrá que estar atento a las explicaciones que ofrezcan luz sobre si la ciberdefensa es más costosa que las fragatas antisubmarinos nucleares de la URSS, por ejemplo. Si nos logran convencer de que la desinformación es una amenaza militar, con el coste de un caza de combate se podrían contratar 150 periodistas barra profesionales de la comunicación durante 25 años.
Nada de lo anterior se dirige contra la decisión de duplicar el gasto en Defensa, es imposible juzgarlo, se critica aquí el procedimiento. Si no hay explicaciones será porque no se tienen argumentos o no se desea compartirlos, y entonces la lógica general dice que las decisiones serán fruto de la inercia de lo que ya se ha hecho en el pasado, de la fuerza de los intereses industriales y del corporativismo dentro de cada uno de los tres ejércitos y de las Fuerzas Armadas que los agrupa, en proporción distinta entre los tres factores que para calibrar con decimales y porcentajes requeriría darle otra pensada.

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martes, 23 de enero de 2018

Seguros y asustados

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Una bomba informativa puede llegarnos por Twitter y hacer estallar nuestras neuronas, nos dicen; un virus noticioso por Facebook es capaz de secuestrar nuestra voluntad y convertirnos en independentistas o prorrusos... (o partidarios de Trump).
Estamos amenazados hasta por el móvil en el bolsillo, aparato ya convertido en una puerta abierta a la duda, que es el territorio más inestable.
La realidad también presenta otras caras, y pongamos tres ejemplos.
Por una parte, en relación con la seguridad ciudadana, el riesgo de morir asesinado en España es tremendamente inferior a lo que ocurre en la mayor parte de Europa, en EEUU, en la media mundial y en El Salvador, que encabeza el ránking y es país de origen de los salvadoreños que Trump quiere expulsar tras pasar la mayor parte de su vida al norte del río Grande (o Bravo).
En España mueren por esta causa unas 300 personas al año (0,7 cada 100.000 habitantes, EEUU 4,9, media planetaria 5,3, Venezuela 57, El Salvador 108). Lo sensacional es que los asesinatos en España se han reducido un 30% en las últimas tres décadas.
Evolución también positiva han tenido los robos con violencia, casi la mitad que hace una década.
Un segundo ejemplo pudiera ser la seguridad vial: la cifra de muertos en accidente de tráfico fue de 1.200 en 2017, mil doscientas tragedias a las que hay que sumar los heridos y las familias de todos. Con perspectiva se descubre que hace 25 años, cuando el parque de vehículos era la mitad del actual, el número de fallecidos se acercó a 6.000.
Un tercer ejemplo pudiera ser el terrorismo, a pesar de los aún cercanos atentados en Cataluña en agosto de 2017 con 13 víctimas mortales. Con perspectiva de medio y largo plazo, hay que remontarse a marzo de 2004 para encontrar los anteriores asesinatos atribuidos al terrorismo yihadista en suelo nacional, y ETA acabó exactamente el 20 de octubre de 2011 poniendo fin a medio siglo de violencia autóctona.
Daría para media docena de columnas el hecho de que los españoles no vivimos un conflicto bélico desde hace 79 años y un ejercicio interesante sería rastrear en la historia patria desde cuándo no ocurre eso.
Se pueden identificar también argumentos en contra: la seguridad laboral, que también es seguridad; los delitos de odio; el cambio de tendencia en accidentes de tráfico, el aumento de suicidios (cerca de 4.000 al año, diez diarios, esto sí que crece) y el siempre elevado número de asesinatos machistas (48 en 2017), estabilizados en los últimos años a pesar de la mayor conciencia social y de recursos públicos; lo que no invalida la tesis.
Con todo de lo anterior se puede deducir que vivimos en una sociedad con violencia a la baja, que a la seguridad tanto exterior como interior destinamos un volumen importante de recursos públicos con resultados positivos.
El rechazo generalizado a los porrazos del 1 de octubre tienen relación con esto, lo de irse a dormir a las 23.05h del Día de la Independencia sigue siendo inexplicable.
El amplio colectivo de profesionales que se dedica a la seguridad, los responsables políticos de la cosa y los estrategas que creen haber encontrado en este sector un instrumento poderoso para ganar votos, tienen dos alternativas.
Una es continuar asustando a la población como vía para convencer de que su trabajo es necesario, que requiere recursos públicos crecientes, reconocimiento social y equiparación salarial con el que más gane del gremio en Europa occidental, EEUU, Canadá, Australia y Nueza Zelanda.
La alternativa es reconocer que vivimos en sociedades históricamente seguras; el dicho de "cualquier tiempo pasado fue peor" se ajusta a estos temas. Hay cambios sociales y crecimiento del PIB que lo explican en parte, pero de la situación alcanzada de reducción de la violencia se pueden adjudicar parte del mérito los que trabajan en ello, y de su necesaria continuidad adaptada a la realidad real, no inventada.
Se sugiere aparcar el miedo y vender su competencia profesional, que no necesariamente han de ir unidos en el discurso. Por probar.

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martes, 26 de diciembre de 2017

Cartografía de amenazas

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Exposición de las Operaciones Geométricas hechas por Orden del Rey;
Carlos Martínez y Claudio de la Vega, BNE, 1739-1743.
La Biblioteca Nacional ha organizado una espléndida exposición, abierta hasta finales de enero de 2018, bajo el título de "Cartografías de lo desconocido".
Todo en ella es atractivo: el edificio, la presentación novedosa de los fondos que en otra circunstancia duermen en los cajones, los textos que acompañan las piezas expuestas, los propios mapas que "tienen algo de pintura, algo de fotografía y algo de geometría; sirven para orientarse y a menudo para perderse".
Nada es lo que parece, se nos traslada en la exposición, porque tanta información ofrecen los mapas como la que ocultan, todo mapa enfatiza algunas cosas y esconde otras, y a menudo han inventado lo conocido y lo desconocido. Hay también un intento de apropiación cuando algo se representa, de tratar de imponer el lenguaje y controlar su contenido.
Con muy pequeño salto se puede afirmar que objetivos similares tienen las estrategias de seguridad, de tradición anglosajona, que son cada vez más frecuentes, cartografiar los riesgos y amenazas, representar en un papel las prioridades para nuestra seguridad, de las que lógicamente habría que derivar adquisiciones, capacidades y presupuestos para afrontar las anteriores, aunque no llegan ahí.
En este contexto se sitúa la Estrategia de Seguridad Nacional presentada por el Gobierno Rajoy este mes de diciembre, un mapa del que cabría decir en primer lugar que sale bastante difuso, porque mucho se abarca y todo en una primera lectura resulta importante, no prioriza.
Por ejemplo, áreas geográficas: "las zonas que revisten especial interés para la Seguridad Nacional (mayúsculas con generosidad) son Europa, Norte de África y Oriente Medio (¿Próximo?), África subsahariana, América Latina, América del Norte y Asia-Pacífico. No son compartimentos estancos, y las amenazas y desafíos que presentan pueden transcender fácilmente dichos espacios". Es decir, que se observa todo el planeta excepto los círculos polares.
Si todo el contenido es relevante y nada destaca en exceso sobre el resto, la interpretación lleva a que lo que realmente se quiere destacar es la importancia de la seguridad, en abstracto, curiosamente una de las competencias, si no la primera, de las que forman el núcleo duro de los Gobiernos nacionales.
Otro acercamiento puede ser lo que sus redactores han destacado como novedoso o principal.
Dice Moncloa: "La Estrategia 2017 se abre con un capítulo dedicado a España donde se marca la solidez del modelo integral de seguridad en materias como la lucha contra el terrorismo y la gestión de flujos migratorios, la recuperación económica y la apuesta por un mayor liderazgo en el proceso de integración europea".
Asimismo "la Estrategia 2017 pone énfasis en la naturaleza híbrida de los conflictos actuales, entendida como la combinación de acciones que pueden incluir, junto al uso de métodos militares tradicionales, ciberataques, operaciones de manipulación de la información o elementos de presión económica".
África, parte de Los cuatro continentes; Adrian Collaert a partir
de Maarten de Vos, BNE, 1588-1589.
Ya aparecen en dos párrafos una serie de obsesiones del actual Gobierno: la manipulación de información, la recuperación económica aunque no venga a cuento, el liderazgo internacional autoproclamado; nada se dice sobre lo anterior en las vaporosas líneas de acción. También aparecen por el texto alusiones a las víctimas del terrorismo, un clásico popular.
Entre la retórica destacan los ciberataques y el terrorismo yihadista como principales amenazas.
"La Estrategia 2017 subraya, entre las amenazas y los desafíos identificados, el terrorismo internacional, las amenazas a las infraestructuras críticas y las amenazas y desafíos en los espacios comunes globales: ciberespacio, espacio marítimo y espacio aéreo y ultraterrestre". Esta dimensión ultraterrestre es la parte más poética del documento.
Son quince los ámbitos de la seguridad nacional para los que la Estrategia asigna un objetivo parcial y diseña las correspondientes líneas de actuación estratégica: "Defensa nacional; lucha contra el terrorismo; lucha contra el crimen organizado; no proliferación de armas de destrucción masiva; contrainteligencia; ciberseguridad; seguridad marítima; seguridad del espacio aéreo y ultraterrestre; protección de las infraestructuras críticas; seguridad económica y financiera; seguridad energética; ordenación de flujos migratorios; protección ante emergencias y catástrofes; seguridad frente a pandemias y epidemias y preservación del medio ambiente".
Se echa en falta entre los ámbitos mencionados por la Estrategia la seguridad laboral (la de tener trabajo y en unas condiciones decentes) y la seguridad social, cuyo principal organismo tiene un agujero anual de 18.000 millones de euros, dos elementos que más allá de la broma están detrás del descrédito de las instituciones con las crisis de la última década, el ciudadano abandonado ante la adversidad.
Otro método de acercamiento a la Estrategia son detectar los factores coyunturales, cómo la actualidad aperece en su texto, que no son otros que Cataluña y la desinformación.
Resulta muy cuestionable incluir en un documento centrado en la seguridad menciones a "desafíos internos", "problemas de cohesión territorial", sobre todo porque no aparecen como objetivo en las actuaciones. Al menos ayudarán a datar el texto indiscutiblemente en el otoño de 2017, aunque estos ejercicios pretenden tener cierta proyección en el tiempo.
Planisferio celeste; Frederick de Wit, BNE, ca. 1688.
Como ya lo hizo el anterior documento de 2013, en 2017 la Estrategia vuelve a insistir en el sistema de seguridad nacional, la estructura administrativa creada para estos asuntos, que pide a gritos la existencia de un consejero de seguridad nacional, un responsable de peso político al frente del que hoy carece; y vuelve a quedar en la indefinición el denominado comité de situación, el órgano ejecutivo que no se ha reunido de forma extraordinaria ni una sola vez, ni ante los atentados en Cataluña del pasado agosto, los primeros con víctimas mortales por terrorismo yihadista en España desde 2004.
La Estrategia será presentada en el Congreso por el director del Gabinete de Rajoy -actualmente en relevo-, que no por el presidente, lo que indica la escasa voluntad pedagógica del Gobierno en estos asuntos aunque abunden las referencias a extender una cultura de la seguridad entre la ciudadanía y se repita mucho eso de la "política de Estado" que más parece ahuyentar la crítica que buscar el acuerdo.
Cualquier informe que analice el presente, indicios de futuro y escenarios posibles es atractivo. Resulta que por tradición y disposición de mayores recursos en muchas ocasiones este tipo de informes, con el apoyo de especialistas universitarios y think tanks afines, se realiza en el ámbito de la seguridad y la defensa, lo que implica una deformación natural por su financiador y destino; el futuro se presenta amenazante.
Existe la percepción de que vivimos tiempos confusos y de cambio acelerado.
Ante tales fenómenos el análisis estratégico y la prospectiva ayudan a sistematizar la información, a estimular la apertura mental y a generar conocimiento orientado a la toma de decisiones sobre asuntos públicos, según sostiene el analista Javier Jordán.
Bienvenido pues, independientemente del resultado, el ejercicio llamado ESN, pero que poco aclara.
La exposición de la Biblioteca Nacional se pregunta en un texto: "¿cómo gestionan los mapas la desinformación y el desconocimiento?". La respuesta, también en la pared, un par de salas más adelante, en forma de cita: "Un mapa es una ficción controlada". Como la Estrategia de Seguridad Nacional 2017, que en menos de un mes caducará al menos en el nombre.

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martes, 19 de diciembre de 2017

Españoles por elección

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Foto de El País, 18-9-2017, que ilustra reportaje
sobre españoles de origen extranjero.
En tiempos de competencia por el tamaño de la bandera, de sacralizar la nación, la identidad y el sentimiento, nos podemos plantear algunas preguntas.
¿Qué es ser español en 2017? ¿Cómo recuperar nuestro mejor pasado? ¿Qué deberíamos hacer porque lo que vemos no nos gusta? ¿Cómo imitar a otras nacionalidades con mayor renta por cabeza y un mástil con bandera en el jardín?
Pues nada de esto se encontrará en esta columna, ofrezco sociología, estadística, si no conocemos el escenario los comentarios serán siempre construcciones en el aire.
Pongamos frente a frente nuestros prejuicios y emociones contra el Instituto Nacional de Estadística.
El INE nos cuenta en una de sus últimas notas que 151.000 residentes extranjeros en España adquirieron la nacionalidad española en 2016.
La adquisición no ha sido pagando, sino por tiempo de residencia, que la normativa establece en diez años de forma legal, continuada e inmediatamente anterior a la petición, como criterio general, que se reduce a dos años en el caso de los nacionales de países iberoamericanos (incluye Brasil), Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o personas de origen sefardí.
La nacionalidad de origen más frecuente entre las personas que consiguieron la nacionalidad española en 2016 fue la de Marruecos (37.000), seguida de una decena de países sudamericanos como Bolivia, Ecuador y Colombia (15.000 cada uno) y luego con cifras menores República Dominicana, Perú, Cuba, Argentina, Brasil y Paraguay.
Resulta curioso que 26.500 de la cifra total nacieron en España, en su inmensa mayoría niños menores de diez años.
Como apunte breve, nacer en España de padres extranjeros no otorga la nacionalidad en automático, hay que esperar al menos un año para hacer los papeles (en otros países allí donde apareces al mundo te dan el pasaporte).
Como es lógico, con el DNI en la mano, todos los anteriores desaparecen de las estadísticas de extranjeros, que a fecha de hoy son 4,5 millones, el 10% de la población, peso a la baja, aunque subirá en breve. Marruecos, Rumanía, Reino Unido, China e Italia encabezan las mayores comunidades extranjeras en España, donde se observa que los países iberoamericanos han desparecido de los primeros puestos.
Volviendo a los nacionalizados, ¿qué conclusiones podemos sacar?
Pues que estos compatriotas decidieron en su día venir a España probablemente buscando trabajo, han residido uno o dos lustros entre nosotros y han solicitado la nacionalidad voluntariamente, podrían haberse quedado con la de origen porque tienen su situación regularizada, en caso contrario no aparecerían en los censos. Es decir, que suman permanencia prolongada en el país y, más importante, la voluntad de ser españoles.
Podríamos afirmar que son españoles por elección, no por nacimiento.
Otra deducción de las cifras es que el apellido e incluso la religión ya no son en España indicadores automáticos de nacionalidad.
El asunto es oportuno por ejemplo para relativizar los análisis por nombres o por religión derivada del apellido que se han publicado a partir de las listas electorales para las autonómicas en Cataluña del 21-D.
La religión no es un país (gracias, lectora), y la presencia de candidatos de origen extranjero es cada vez más frecuente, en ningún caso representan aún su peso equivalente en la sociedad española, lo extraño ha sido su ausencia salvo casos aislados hasta muy recientemente.
Por tanto, la diversidad de la sociedad española es sociológica y estadística, además de cultural, ideológica, religiosa y deportiva.
Los 150.000 nuevos españoles de 2016 se suman a otros 114.000 en 2015, a 205.000 en 2014, a 225.000 en 2013, y aquí el INE corta la información por motivos desconocidos e incomprensibles.
Acudiendo a otras fuentes (Eurostat, que seguro que bebe del INE), la relación continúa con 94.000 extranjeros nacionalizados en 2012, a 114.000 en 2011, a 123.000 en 2010, fueron 79.000 en 2009, 84.000 en 2008, sumaron 71.000 en 2007 y 62.000 en 2006.
Con lo anterior podemos decir que millón y cuarto de personas han escogido en la última década ser españoles, voluntariamente, tenían otra nacionalidad, están dispersos por toda la geografía nacional y son indetectables con la prueba del carbono 14.
Estudios recientes sobre la segunda generación de inmigrantes..., error, la inmigración no se hereda, mejor decir que los hijos de inmigrantes presentan una integración generalizada en la sociedad, que se refleja en las bajas experiencias de discriminación y en los altos niveles de auto-identificación con el país que no diferencian a los hijos de inmigrantes nacidos en España de los hijos de españoles.
Con dos apreciaciones: menor nivel medio de renta; y, a pesar de un uniforme abandono de creencias religiosas, más dificultades para las personas de confesión o familia musulmana, que en casos de discriminación por estos motivos -siempre minoritaria- recibe dos nombres, aporofobia -rechazo al pobre, universal, nadie rechaza a un multimillonario cualquiera sea su origen- e islamofobia.
Millón y cuarto de personas, sólo en la última década, son españoles porque así lo han querido, no por el azar del lugar nacimiento, tan españoles como el nacido aquí que ata al perro con la bandera de España en la correa.
¿Pondrán estos nuevos compatriotas banderas en el balcón? No les hace falta.

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martes, 12 de diciembre de 2017

Artillero de la libertad

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Así ha definido la ministra de Defensa, en reciente visita al periódico La Razón, a los medios de comunicación, a la prensa: artillería de la libertad.
Ya lo veo escrito en tarjetas de visita y estado de redes sociales, nada de consultor de comunicación, comunicólogo ni community manager: artillero de la libertad, a su servicio, y en primer tiempo de saludo.
Si eres ministro de Defensa del cielo te caen los clavos y las metáforas militares, lo que puede continuar, si no lo ha hecho ya, con expresiones como infantes de los derechos humanos, marines de la democracia, boinas verdes del progreso, legionarios de Cristo, bueno, legionarios de Cristo no ha funcionado bien..., fórmulas cambiantes dependiendo del auditorio, y mil variaciones entre especialidad militar y buena causa hasta llegar a los soldados del amor que cantaba Marta Sánchez a nuestras tropas en aquellos 90 en los que Irak destruyó Kuwait y EEUU comenzó la larga aniquilación de Irak en compañía de otros ("Entre nosotros no hay guerra ahora, vivimos al ritmo de un mismo tambor...").
En los recopilatorios de citas la frase artillera referida se adjudica a Hans-Dietrich Genscher, ministro de Asuntos Exteriores de la RFA entre 1974 y 1992, dieciocho años nada menos con la cartera a cuestas; también se encuentra atribuida a Hans Christian Andersen, que comparte con el anterior el Hans. Si no está clara la autoría, no es de ninguno o no es oportuna.
El contenido de mayor interés en esa intervención de De Cospedal no fueron las citas sin autor, sino el anuncio algo inconcreto de crear un grupo de trabajo en el Congreso entre parlamentarios y responsables de medios de comunicación para abordar la "guerra de la información" y las "fake news" o noticias falsas, porque para la ministra este tipo de noticias constituyen "uno de los mayores retos para los sistemas de defensa de las democracias". Resumiendo, la ministra propone que otra institución analice una preocupación propia en una dirección que sólo puede ser de limitación de la libertad de expresión a poder ser del contrario.
Días más tarde concreta algo afirmando que el Ejército ya se prepara para el asunto: "La desinformación y la intoxicación son armas potentísimas que han difuminado de manera muy clara nuestro campo de batalla", y nos cuenta el medio que acogió esta segunda intervención (El Economista) que se está reforzando al ejército para hacer frente a "la guerra de la desinformación" con el desarrollo de nuevas capacidades, tecnologías, plataformas y preparación para "luchar con ello". ¿Luchar con ello?
"Es fundamental una información veraz para la continuidad de la democracia", aseguró De Cospedal.
La industria de Defensa presente en ese foro se sube al carro de la ministra, por la información -“Es muy barato y desestabiliza muchísimo", sentenció un directivo de Indra- o porque anuncia también un nuevo ciclo inversor en el Ministerio, también sin concreción. Los mejor informados y más cercanos al asunto nada apuntan de armamento para esta nueva guerra de la información y mencionan buques y vehículos convencionales, los de cualquier guerra fría ya conocida, normalmente la última o la penúltima, fragatas antisubmarinos y cazas.
Qué se querrá decir con que el Ejército (¿Tierra, Aire, Fuerzas Armadas?) ya se está preparando. No parece que se refiera a la veintena de publicaciones periódicas y corporativas que financia el Ministerio o al menos los cinco gabinetes de prensa (Ministerio, cada uno de los tres ejércitos y el JEMAD), todos difundiendo mensajes los siete días de la semana dirigidos hacia los convencidos, quizá sea ésa la estrategia, dirigir la potencia comunicadora del Ministerio de Defensa también hacia el exterior y los no uniformados-militantes.
Difícil pensar en luchar contra la desinformación si no es con información, por lo que la consecuencia lógica tendrá que ser a corto plazo la oferta pública de miles de empleos en el campo de la comunicación y el periodismo.
Una alternativa o acción complementaria sería también que el Ministerio de Defensa entrara de lleno en la manipulación emocional automatizada, enjambres de bots, perfiles falsos y basura por el estilo.
Para ser honesto hay que reconocer que el asunto de la posible reacción a las noticias falsas sobrepasa a De Cospedal, quien únicamente se ha sumado con entusiasmo a una campaña más general, ella es sólo una soldado del amor en la lucha contra la desinformación.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional, demostrando una agilidad que le resta consistencia, hace referencia a que "la manipulación de la información por parte de agentes externos ejerce de factor de influencia en la era de la posverdad, con efectos negativos en la cohesión social y la estabilidad política". Como prueba de haber sido incluida a penúltima hora, la desinformación no aparece en las líneas de acción de la estrategia, o no se sabe aún que hacer contra ella.
Coincidamos en que el asunto interesa a todo el Gobierno y que además la Comisión Europea acaba de aprobar un presupuesto adicional de 800.000 euros para esta lucha, lo que permitirá la contratación de compañeros de profesión  si no lo gastan exclusivamente en tecnología.
Cabe una interpretación diferente a todo lo anterior, a la propuesta de la ministra, a las declaraciones amenazantes que proliferan, una alternativa cuya simple posibilidad aconseja mantener la alerta: que se quiera imponer una disciplina militar a los medios de comunicación, a los periodistas o a la propia información; que la presencia abundante de información averiada o inventada provoque la imposición de un pensamiento único por parte de quienes tienen la sensación de estar perdiendo el monopolio de la difusión de mensajes.
Ya abierto el libro de citas, encuentro: "En ningún momento es la libertad de expresión más preciada que cuando uno se golpea el pulgar con un martillo", dijo un periodista norteamericano llamado Marshall Lumsden.
Cuidado con los martillos.

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martes, 5 de diciembre de 2017

Europa social y militar, juntas o ninguna

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
En este otoño de 2017 la Unión Europea ha registrado dos avances políticos relevantes, uno en el ámbito militar y otro en el social, dos campos aparentemente desconectados, hoy raquíticos, que de avanzar supondría la consolidación del edificio comunitario.
Con el boato que merecía la ocasión, en la cumbre de Gotemburgo (Suecia) del 17 de noviembre se promulgó el llamado Pilar Social Europeo; firmaron Comisión Europea, Consejo Europeo y Parlamento Europeo, los tres bajo responsables políticos conservadores.
¿Qué ha ocurrido para tamaño consenso? Pues la coincidencia en el diagnóstico: Europa no respondió ante los ciudadanos bajo la crisis financiera, social, política e institucional que ha marcado los últimos años, traducido en desafección hacia Gobiernos nacionales y también hacia Bruselas. La descomunal movilización de recursos públicos no se destinó a proteger a un ciudadano a la intemperie.
En lenguaje comunitario el edificio se sostiene hoy sobre tres pilares: el mercado compartido, la política exterior y los asuntos policiales-judiciales.
Éste sería un cuarto pilar de la UE de derechos sociales a partir de una serie de principios estructurados en tres categorías: igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo (educación y formación, igualdad entre sexos, apoyo activo para el empleo); condiciones de trabajo justas (y de calidad, salarios decentes, respaldo en caso de despido, equilibrio entre las vidas profesional y privada); y protección e inclusión social (educación y asistencia infantil asequibles y de buena calidad, prestaciones por desempleo, renta mínima, pensiones, sanidad, acceso a servicios esenciales como vivienda, transporte, energía o comunicaciones digitales).
En relación con el segundo asunto militar, el pasado 13 de noviembre los ministros de Exteriores y Defensa de 23 Estados miembros firmaron una notificación conjunta sobre la PESCO, siglas que responden a la cooperación estructurada permanente en materia de seguridad y defensa.
Se trata de "mejorar la coordinación e incrementar la inversión en defensa y cooperación en cuanto al desarrollo de las capacidades de defensa".
Entre los compromisos de los que se habla la UE figuran "el aumento constante de los presupuestos de defensa" e iniciativas como incrementar las inversiones materiales, los proyectos de capacidades colectivos e industriales y los gastos dedicados a innovación.
En el documento aparece en 15 ocasiones el término "vinculante" ("binding"), asociado casi siempre a "compromiso", lo que refleja la intención de acabar en este asunto con las declaraciones gaseosas.
Síntoma del estado de ánimo que se ha creado o se quiere transmitir, el editorial de la Revista Española de Defensa (medio oficial del Ministerio), junto con loas algo impúdicas al primer año de De Cospedal al frente de la casa, añade eufórico que "España, junto con Alemania, Francia e Italia, ha liderado en los últimos meses el decidido empeño de la UE por conseguir una auténtica Europa de la defensa".
Hasta el momento tanto el Pilar Social como la PESCO son ya bastante más pero sobre todo una declaración de intenciones que se tendrán que concretar en un plan de acción y en el presupuesto.
Según el funcionamiento de las instituciones comunitarias, nos encontramos en la actualidad bajo el marco financiero plurianual 2014-2020, por lo que hablaríamos ya del siguiente quinquenio y ahí debería figurar con sus dotaciones el nuevo pilar y medio de la UE, supuestamente -hasta que se confirme no será definitiva- con la salida del club y de sus cuentas del Reino Unido y contando con que la comunidad se pueda o se quiera seguir financiando con el actual 1% del PIB, que no parece elevado para afrontar objetivos ambiciosos.
Tanto la Defensa como los servicios sociales son hoy competencias nacionales, ligadas a la soberanía nacional, núcleo de los Gobiernos centrales, cada vez más centrados en un discurso securitario, y en el caso español el Estado social descansa principalmente en las Comunidades Autónomas; en ninguno de los dos casos se habla hasta el momento de ninguna cesión de soberanía.
En el apartado social confiemos en la capacidad demostrada de transformación del capitalismo tras las crisis de la última década, también en la sensibilidad social del conservadurismo centro y noreuropeo, ya que no hay contramodelo -real o sospechado- frente al que reaccionar al otro lado de los Urales ni la socialdemocracia vive su mejor momento electoral para imponer su programa.
Si la Europa política continúa siendo principalmente un mercado no requerirá ni avanzará una política común o coordinada de Defensa, como mucho progresará lo afectado por intereses empresariales, siempre ligados hoy a la innovación y desarrollo tecnológico.
En contra de lo que se escucha en foros sectoriales, la seguridad no garantiza el Estado del bienestar o la convivencia pacífica y el ejercicio de las libertades, sino que es una consecuencia.
La Defensa protege una comunidad política y si ésta no existe no resulta necesaria su protección militar; porque no hay realidad política creíble que carezca de un componente social consistente.
Por paradójico que resulte, la Europa social y militar comparten el mismo futuro; porque sin pilar social compartido no hay Europa ni entonces habrá política común de Defensa.

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martes, 28 de noviembre de 2017

Welcome migrants?

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Un periódico alemán en papel -'Der Tagesspiegel'- ha publicado recientemente en decenas de páginas el nombre y apellidos, origen y circunstancias de la muerte de miles de ahogados en el Mediterráneo, concretamente 33.293 personas que han  fallecido intentando alcanzar Europa desde 1993.
La fuente es una red holandesa contra el racismo y la intolerancia -UNITED-, con la que cooperan medio millar de asociaciones por todo el continente, que recopila muertes documentadas.
Buena idea: poner cara a los problemas, personalizar la información.
Cuando se publica que una estampida de marroquíes causa equis muertos cuando acudían a recibir comida en Esauira se utiliza un término habitualmente empleado con animales y colectivos uniformes; nunca escribiríamos que una estampida de madrileños en el Madrid Arena causó la muerte de cinco chicas. Hay que poner cara a la noticia y evitar el racismo verbal.
Sea por refugiados políticos, inmigrantes económicos o ambas situaciones combinadas de miles de personas tratando de cruzar las fronteras de Europa el fenómeno ha estado de actualidad y se va a continuar acrecentado, aunque con algunos cambios.
En este 2017 se ha duplicado la llegada irregular de extranjeros a España por mar, en una cifra que se acerca a las 20.000 y es la mayor desde la crisis de los cayucos a Canarias de hace una década. Los últimos proceden de países del sur del Sáhara en la mitad de los casos y destaca la presencia creciente de marroquíes y argelinos; y también es en parte novedosa la zona de llegada a las costas españolas, Granada, Almería, Murcia y Alicante a través del mar de Alborán.
La OIM, Organismo de las Naciones Unidas para la Migración, informa de que 160.000 migrantes y refugiados han sido localizados alcanzando Europa por vía marítima este año (hasta el 19 de noviembre), con casi el 75 por ciento llegados a Italia (115.000) y el resto dividido entre Grecia (25.000) y España.
La cifra total representa la mitad de las llegadas a Europa por mar en 2016, bajan los números pero se observan indicios de un cambio de las rutas de entrada hacia nuestro país.
Existen otros dos elementos que pudieran influir en un cambio en las tendencias conocidas hasta ahora. Por una parte, la recuperación económica, si bien matizada por la precariedad laboral, es y ha sido siempre el primer efecto llamada para cruzar el Mediterráneo.
Otra circunstancia reciente es el fin probable a corto plazo del territorio controlado por el Dáesh en Siria e Irak, lo que debería reducir sensiblemente el impulso de los habitantes de la zona a escapar e incluso regresar en algún caso, siempre que no ocurra un nuevo incendio ahora en Líbano como algunos parecen estar alentando con voluntad pirómana.
En cualquier caso, la nacionalidad de los refugiados supera con generosidad a los procedentes de Oriente Próximo, quienes no suelen elegir España para entrar en Europa.
En los últimos años, coincidiendo con una grave crisis económica, se ha tratado a los refugiados políticos como a inmigrantes económicos; ahora se corre el riesgo de tratar a los inmigrantes como refugiados, mal en cualquier caso y sin un criterio comunitario compartido.
Ambos países bajo gobiernos conservadores, Alemania ha recibido a cientos de miles de refugiados y España a poco más de 2.000.
Desde el acuerdo entre la UE y Turquía de marzo de 2016 se ha conseguido reducir la presión migratoria en el Mediterráneo oriental, no relacionada con el incremento actual en el Mediterráneo occidental que más nos afecta.
La respuesta a estas crisis migratorias como UE ha sido escasa y centrada en la puesta en marcha de mecanismos de seguridad, con medios militares en el Mediterráneo (operación EUNAVFOR MED Sophia), seguridad que casi nunca suele funcionar por sí sola para resolver problemas, sí para ganar tiempo para la política, para la acción política, cuando se produce.
Allá por 2006 con 30.000 personas llegando a las costas canarias el Gobierno fue conformando una serie de actuaciones que se acabaron llamando Plan África, que incluía la presencia de la Guardia Civil en Mauritania y Senegal apoyando a las fuerzas de seguridad locales -allí continúan- acompañado de iniciativas de desarrollo, Plan que se truncó con la crisis más allá de la presencia policial de la que poco se informa.
Todo parece indicar que asistimos a un nuevo repunte en la llegada de refugiados e inmigrantes a España, sin olvidar nunca que las cifras son muy inferiores aún a otras partes del Mediterráneo.
Los medios de primera asistencia no parecen preparados, y el avanzado mecanismo tecnológico que vigila las costas de la península podrá certificar la llegada, no evitarla.
Nadie podrá decir que la situación nos ha cogido por sorpresa.
Por experiencia propia y cercana, por recursos, por indicios, la imprevisión en temas de inmigración hoy no sería admisible.

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martes, 14 de noviembre de 2017

¡Viva la diferencia!

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Pisamos un planeta extraño donde se producen cosas anormales, como lo prueba la existencia de tierras raras y de enfermedades raras.
Con la expresión tierras raras se hace referencia a 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Se parece a la lista de los reyes godos.
Su nombre se debe a que la extracción es bastante dispersa y no concentrada, por tanto la rareza no viene de que sea poco común o frecuente, sino que resulta extraño encontrarlos en una forma pura, son raros por mestizos. Algunos de estos elementos son muy apreciados y utilizados en la industria tecnológica.
Pero es interesante apreciar que las tierras raras no lo son tanto, si bien el nombre influye en lo nombrado y cargan cierta fama negativa que no merecen, otra cosa es que los proyectos mineros que se plantean no garanticen su explotación con rigor por ejemplo en el aprovechamiento de la mucha agua que requieren estos procesos.
Las enfermedades raras lo son porque afectan a un porcentaje muy pequeño de la población, lo que implica un diagnóstico tardío y tratamientos caros o directamente inexistentes. En este caso lo raro sí se justifica por escaso y por tanto poco estudiado, consecuencia de su falta de rentabilidad para la industria farmacéutica.
Lo raro además atrae la atención de los medios de comunicación y la curiosidad del personal. 
Y esto ya salta de casos individuales y se puede considerar categoría: nos rodean informativamente sucesos muy minoritarios, relevantes por su originalidad.
En política, los derechos individuales se han impuesto también a los colectivos.
Leemos avances o retrocesos de la suerte de los transgénero en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos del norte de norteamérica, tema más tratado que las muy numerosas violaciones o los suicidios en esos ejércitos; aparece publicado que el Tribunal Constitucional alemán autoriza la inscripción de personas de un tercer sexo en el registro civil; conocemos la llegada en lo que va de década de un millar de niños por gestación subrogada, una especie de subcontratación de la maternidad en el extranjero, que aquí es ilegal.
Entender todo esto es una obligación.
Por aquello que nunca dijo Bertol Brecht de que si vienen a por tu vecino anda con ojo por si los mismos vuelven a por ti.
La segunda razón es de salud mental, cuando se renuncia a entender es que algunas de las conexiones entre neuronas han dejado de funcionar.
Lo comprendemos todo o lo intentamos, pero lo anterior muestra indicios de que la defensa de derechos y casos muy individuales ha copado el interés informativo. Existen 17 millones de refugiados en el mundo, más otros cinco millones de palestinos, personas que han cruzado fronteras huyendo por cuestiones políticas o conflictos, pero el gran volumen ya solo llama la atención para el big data. Leo antes el relato de un transexual sirio que el de un millar de compatriotas tirados en cualquier frontera europea. 
Nos encanta la diferencia, porque nos hace únicos.
La nacionalidad y la lengua, el sexo, la ideología política y religiosa, la enfermedad, el equipo de fútbol, la formación y el trabajo convierte a cada persona en un ser irrepetible. Soy transgénero, voto a Vox, adventista del Séptimo Día, diabético, seguidor del Numancia, biólogo por estudios y conductor de autobús, no hay otro como yo.
Ahora bien, entre tanta individualidad que no me venga ningún populismo a definirme de un brochazo con la mitad de la población de mi país. No hay bandera que me defina, cualquiera que elijamos me simplifica, soy único. ¿O no?
La realidad parece mostrar a millones de individuos únicos moviéndose al ritmo que marcan cornetas simplificadoras.

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