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domingo, 8 de diciembre de 2024

La dictadura siria de los Ásad se desmorona

Mezquita omeya de Damasco.
Siempre sorprende la caída de un dictador, los creíamos más poderosos, los juzgamos por la violencia con la que suelen reprimir a la oposición interna o matan civiles. En este comienzo de diciembre de 2024 una sorprendente por rápida ofensiva de diversas milicias opositoras ha tumbado el régimen dictatorial de Báshar al Ásad en Siria.

Desde el comienzo de una especie de guerra civil en 2011 tras la revuelta popular contra el régimen -en Oriente Próximo todos los conflictos cuentan con intervención internacional-, Báshar el Ásad ha podido sobrevivir por el apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá, alianza muy superior a cualquier otra. 

Por tanto, la caída del régimen se explica porque existen otros intereses por encima del mantenimiento de la dinastía dictatorial de los Ásad. Podría citarse la guerra de Rusia en Ucrania, la invasión del Líbano por Israel donde el territorio de Hezbolá es atacado, el interés iraní en reforzar sus propias capacidades al convertirse en el próximo objetivo militar de Israel-EEUU. Ninguno de los actores que apuntalaban el régimen ha considerado rentable seguir desgastándose en su defensa, han cambiado las prioridades.

Nada es ajeno en la zona a la campaña de limpieza étnica por Israel en Palestina de los últimos 14 meses y su ofensiva para desestabilizar todo el vecindario. Por su parte, algo de peso regional gana Turquía en la nueva situación y resulta claro su patrocinio de las fuerzas insurgentes victoriosas.

El nuevo escenario regional se ha ido conformando en los últimos tiempos con intervenciones internacionales como la invasión de Irak de 2003, golpes de Estado como el de Egipto en 2013, que han ido desactivando cualquier oposición regional a Israel, mientras que ahora la guerra civil siria ha destrozado el país, por lo que todo rema para que Irán se haya convertido en la gran potencia regional y enemigo de sustitución de todos los anteriores.

Dinastías dictatoriales del XX

La toma de Damasco el 8 de diciembre de 2024 por una variedad de grupos armados opositores pone fin a algo más de medio siglo de régimen dictatorial de la familia al Ásad, primero con Háfez entre 1971 y 2000; luego por su hijo Báshar durante 24 años. El ropaje de la dictadura es secundario, sea nacionalismo árabe a mediados del XX, izquierdismo revolucionario, hoy diversos disfraces de islamismo o ninguno, en este caso se trataba de una dictadura familiar del estilo de Saddam Husein, el shah de Persia, las dictaduras militares egipcias, anacrónicas todas, pues el autoritarismo hoy se declina en otros formatos diferentes, con algunas elecciones y menos retratos del líder por las paredes.

En algunos países árabes como Marruecos, Jordania o Siria se produjo en el cambio de siglo un traspaso de poder padre-hijo que podía haber reforzado y modernizado esos países para una nueva etapa, algo que no fue más allá de tímidas reformas. Las llamadas primaveras árabes desde finales de 2010, en las que nadie creyó ni apoyó a quienes pedían en la calle libertades civiles y condiciones económicas, consiguieron el cambio de dirigentes en Túnez, Libia, Egipto y Yemen, elecciones democráticas en Túnez y Egipto y vuelta autorizada a regímenes autoritarios tras sendos golpes de Estado bendecidos por Occidente.

Este tipo de dictaduras han resultado letales para sus nacionales e irrelevantes en política exterior, de lo que se ha beneficiado tanto Israel como las potencias occidentales con intereses en la zona.

Refugiados

La crisis de Siria nos ha llegado a Europa fundamentalmente como un problema de refugiados, con dos consecuencias directas y relevantes. 

Por una parte, debemos a la guerra civil siria que saltara en pedazos el esquema tradicional por el que se concedía asilo a los refugiados políticos y se distinguía a estos de la inmigración económica. En la actualidad la respuesta es confusa, incoherente según nacionalidad y acomplejada frente a una extrema derecha que va imponiendo sus criterios y ganado votos con su xenofobia.

El segundo elemento que ha generado en nuestra cercanía este conflicto sucedió durante 2015, cuando Angela Merkel decidió que Alemania acogiera alrededor de un millón de refugiados fundamentalmente procedentes de Siria, Irak y Afganistán, una respuesta que hoy sería impensable.

Cualquier conflicto genera un éxodo de refugiados y éste ha tenido efectos devastadores. Según ACNUR, agencia de Naciones Unidas, el de la República Árabe Siria ha desembocado en una de las peores crisis de desplazamiento forzado en décadas, ya que ha obligado a más de 4,8 millones de sirios a atravesar fronteras en búsqueda de protección y ha desplazado internamente unos 6,5 millones de personas.

Los países de la región son los que han recibido el mayor número de refugiados, con unos 2,2 millones de refugiados en Turquía, 1,1 millón en el Líbano, 633.000 en Jordania, 245.000 en Irak, y 128.000 en Egipto. La duda hoy es si la caída de al Ásad provocará el retorno, movimiento incierto si no se garantiza una estabilidad en el país mayor que el arraigo y las condiciones económicas conseguidas en una década de exilio.


Simbolismo de Siria

El simbolismo de Siria en todo el mundo árabe y la importancia geopolítica del país es muy destacable.

Damasco fue la capital del primer imperio islámico omeya tras Mahoma entre los siglos VII y VIII, de él derivó de algún modo dinástico el emirato y califato de Córdoba entre los siglos VIII y XI. Es una época de esplendor, el Islam árabe clásico surgido en el Oriente romanizado, época de expansión, de formación de una civilización.

La Gran Siria que comprendía durante siglos gran parte de Oriente Próximo, el prestigio popular del nacionalismo árabe laico del partido Baaz, Siria ha sido hasta recientemente un referente político y cultural, hoy no lo es.

Pero incluso en este momento, Joe Biden ha tardado incluso menos en reaccionar a la caída de Damasco, con una comparecencia pública, que en reconocer la victoria presidencial de Trump.

Estados Unidos apoyará, ha dicho Biden, “una transición hacia una Siria soberana e independiente, con una nueva Constitución. Un nuevo Gobierno que esté al servicio de todos lo sirios”, lo que de producirse sería una auténtica novedad histórica.

La democracia nunca ha sido un objetivo de Europa y EEUU en la zona; pensemos en Túnez y su golpe de Estado de 2021 en geografías más cercanas y, en más lejanas, Afganistán, que ha vuelto al siglo XIX después de dos décadas de ocupación militar por la OTAN.

Rusia cuenta con dos estratégicas bases militares en territorio sirio, una naval para su Armada en Tartús y otra aérea en Latakia. Estados Unidos ha aprovechado también la inestabilidad del país durante tres lustros para instalar su propia presencia militar permanente.

Israel tiene Siria y Damasco a tiro de caza y de misil y lo ha practicado regularmente, sin olvidar que los denominados Altos del Golán son territorios sirios ocupados por Israel desde 1967, territorios que Israel ya ha ampliado tomando una zona desmilitarizada el mismo día de esta caída de Damasco.

La debilidad o destrucción del Estado en Oriente Próximo y cualquier geografía lleva a los ciudadanos a refugiarse en escudos sociales que en muchas ocasiones ofrece la confesión religiosa. La experiencia dicta que en procesos revolucionarios el extremismo islámico suele destacar por una mejor organización que el resto. Si el islamismo radical toma finalmente el poder en Siria será con un formato diferente a los Al Qaeda o el Estado Islámico, deudores ambos de un momento y una geografía, distintos en este caso.

Siria es hoy un Estado ruinoso tras 13 años de guerra civil que debería reconstruirse en términos democráticos y económicos, y ese proceso tiene muy pocos patrocinadores ni en el vecindario ni por los países occidentales más activos en Oriente Próximo, entre ellos Francia y Reino Unido.

La apuesta tradicional de actores locales y foráneos ha sido durante décadas la inestabilidad. ¿Será Siria 2024 una excepción?


Artículo publicado también en La Hora Digital.




martes, 18 de agosto de 2020

Israel, Emiratos y la paz en Palestina

 Agosto nos suele coger con la guardia baja, en bermudas tendemos a pensar que la actualidad está tan recortada como la pernera de los pantalones y el tamaño de las redacciones de informativos, cosa que no suele ocurrir. En verano los helicópteros vuelan, se averían, a veces sufren accidentes e incluso son robados tanto o más que el resto del año, las leyes de la física y de la delincuencia no entienden de calendarios.

Este 13 de agosto de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció vía Twitter “un acuerdo histórico de paz entre dos grandes amigos de EEUU”, en referencia a Israel y Emiratos Árabes Unidos, que se comprometían -según comunicado firmado por los tres- a la normalización completa de relaciones entre los dos últimos países. La gran noticia es que Israel aparentemente renuncia con el acuerdo a la anexión de Cisjordania con la que venía amenazando.
Varios de los mismos protagonistas del acuerdo histórico de agosto habían anunciado el llamado acuerdo del siglo en enero, iniciativa comandada por el yerno de Trump, y las trompetas de la celebración entonces duraron tan escaso tiempo como ahora.
El comunicado conjunto -aquí enlazado-, lleno de adjetivos eufóricos, señala que Tel Aviv y Abú Dabi comenzarán cooperando en el desarrollo de una vacuna contra la covid-19, "lo que salvará vidas musulmanas, judías y cristianas por toda la región"; y se informa de que delegaciones de ambos países se reunirán en breve para firmar acuerdos bilaterales sobre inversiones, turismo, vuelos directos, seguridad, telecomunicaciones, tecnología, energía, sanidad, cultura, medio ambiente y la apertura de embajadas.
Una primera gran lección del acuerdo anunciado es que vuelve a reflejar las técnicas de negociación del sector inmobiliario norteamericano, o al menos de las practicadas por Trump en casos como el muro contra la inmigración desde México, la carrera nuclear de Corea del Norte, la tasa Google, las relaciones militares en el marco de la OTAN y alguna otra más: amenaza descomunal y negociamos mi amenaza, en el mejor de los casos la otra parte cede y en su caso se queda en el punto de partida retirando el órdago o dosificando la bravuconada.
En segundo lugar, resulta imposible desligar el anuncio del acuerdo EEUU-Israel-Emiratos del calendario electoral de Estados Unidos y del judicial de Netanyahu.
A tres meses de las elecciones presidenciales, con todas las encuestas en contra, Trump necesita un éxito diplomático y a la vez un guiño a la comunidad judía cuyo protagonismo irá creciendo según se acerque la cita electoral, mostrando una vez más que Israel es política interior norteamericana y que las diferencias políticas entre demócratas y republicanos se reducen al mínimo en cuanto a política exterior.
Para enmarcar la relevancia del acuerdo Israel-Emiratos en la pacificación de Oriente Próximo y Medio, anunciado y negociado sin contar con los palestinos, convendría recordar que los Emiratos Árabes Unidos no existían como Estado en 1948, fecha del fin de la presencia colonial británica en Palestina y de la proclamación de independencia de Israel; los Emiratos tampoco existían como Estado en la crisis de Suez de 1956; en la ocupación de Cisjordania, Gaza y Jerusalén de la guerra de 1967: Emiratos es protectorado británico hasta 1971 y desde esa fecha no se conoce que haya estado en guerra con Israel en ninguna ocasión.
Por otra parte, hablamos de la federación de siete pequeños emiratos que suman 80.000 kilómetros cuadrados (superficie equivalente a Castilla-La Mancha), con un PIB de alrededor del 40% del español y diez millones de habitantes, de los que únicamente dos son autóctonos; tamaño modesto que no le impide gastar anualmente más de 25.000 millones de dólares en armamento (datos desactualizados referidos a hace un lustro).
Bien es cierto y no resulta fenómeno menor el hecho de que las petromonarquías del Golfo viven desde hace un par de décadas un proceso de autoafirmación, y ejemplos para confirmarlo pueden ser la instalación de grandes museos, la puesta en marcha hasta de programas espaciales y la importante decisión de intervenir militarmente fuera de su territorio, en el caso de Emiratos en la guerra del Yemen desde 2014, también desde 2018 en Libia, además de años de bombardeos sobre Siria e Irak en el marco de la coalición internacional contra el Dáesh.
La política exterior de los Emiratos Árabes Unidos está estrechamente ligada a Arabia Saudí, por lo que cabría esperar que la normalización de relaciones con Israel podría extenderse en fechas próximas al gran Estado de la península arábiga o algunos de sus satélites. Cualquier avance en esa dirección iniciada por Emiratos contribuye a ahondar la añeja pretensión de convertir el conflicto Israel-Palestina en un conflicto Israel-Mundo Árabe que de esta forma se estaría contribuyendo a desactivar, sin contar con los palestinos o incluso haciendo coincidir este proceso de distensión con el bombardeo israelí de Gaza como ha sucedido en los días posteriores al anuncio de mediados de agosto.
En las actuales circunstancias, un español de excepción con relaciones privilegiadas con la dirección del país reside temporalmente en Emiratos, el rey Juan Carlos, testigo privilegiado y transmisor al Gobierno de Pedro Sánchez de la interpretación local y el análisis personal de unas circunstancias relevantes en la geopolítica de Oriente Próximo y Medio, que eso es lo que uno imagina que hace un rey, emérito o no.
Este 17 de agosto conocimos al fin que el rey Juan Carlos I llegó el pasado 3 de agosto a Emiratos Árabes Unidos y permanece allí desde entonces, según informó la Casa Real tras dos semanas de especulaciones sobre el paradero de quien ha sido jefe del Estado.
En un escueto comunicado, Zarzuela señaló que "Su Majestad el rey don Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, donde permanece en la actualidad". El rey emérito ha dicho a su hijo que nos diga.
Volviendo a la actualidad internacional, el acuerdo entre Israel y la unión de siete Emiratos del Golfo Pérsico o Árabe bien puede convertirse en un acelerador histórico a favor de una solución democrática al conflicto Israel-Palestina, al suponer, por si quedaba alguna duda, el certificado de defunción definitivo de los acuerdos de Oslo de 1993 y la llamada solución de dos Estados.
Por activa, por pasiva y sobre todo por la vía de los hechos Israel ha dejado claro que esa opción es imposible, por lo que despeja el camino hacia una solución sudafricana a una situación de apartheid sudafricano: un único Estado con todos sus ciudadanos iguales en derechos y obligaciones.
La solución de un único Estado democrático que englobe dentro de las mismas fronteras a Palestina-Israel está hoy más cerca que antes de la firma del acuerdo de Israel con Emiratos.

martes, 13 de marzo de 2018

POTUS, prejuicios y mundo árabe

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
POTUS es el acrónimo elaborado a partir de President of The United States, léase en estos momentos Donald Trump y antes Obama y Bush el renacido (el padre pertenece a otra era geológica). Hablemos de prejuicios relacionados con el mundo árabe, en el sentido de juicios previos con los que llegan algunos gobernantes al mando.
Cuenta gente bien informada que trató a los aludidos que George Bush hijo en el momento de ganar las elecciones, incluso antes de tomar posesión en enero de 2001, tenía la idea fija de invadir Irak y así se lo trasladó a su antecesor Bill Clinton en pleno traspaso de poderes. Luego llegó el 11S, la intervención en Afganistán (17 años ha), la invención de las armas de destrucción masiva y la invasión de Irak -con su coalición de apoyo- y su destrucción como Estado hasta hoy. En este primer caso el prejuicio se convirtió en acción.
Las guerras preventivas dieron paso con Barack Obama a los premios Nobel preventivos, y un muy conocido discurso de 2009 en la universidad egipcia de Al Azhar en donde el presidente de EEUU tendió puentes entre su país, Occidente y el Islam, un discurso religioso más que político en el que Obama asumió el papel de representante de la Cristiandad, en línea con todos los emperadores de esta parte del mundo desde Carlomagno. Digamos que el marco favorecía el tono, aunque el lugar se elige cuidadosamente y por tanto nunca es casual.
Desconfiemos siempre de planteamientos religiosos referidos a política internacional, confunden más de lo que aclaran, nada.
Recordó Obama en aquella ocasión que el primer país en reconocer la independencia norteamericana fue Marruecos, circunstancia que daría para muchas columnas pasando por Perejil y el mando militar Africom que hoy opera desde Morón.
"Estados Unidos no está y nunca estará en guerra contra el Islam. Sin embargo, les haremos frente sin descanso a los extremistas violentos", dijo; "la situación para el pueblo palestino es intolerable. Estados Unidos no les dará la espalda a las aspiraciones legítimas de los palestinos de dignidad, oportunidades y un Estado propio", añadió; "Estados Unidos no acepta la legitimidad de más asentamientos israelíes. Dicha construcción viola acuerdos previos y menoscaba los esfuerzos por lograr la paz. Es hora de que cesen dichos asentamientos".
Impecable en el discurso, los resultados prácticos de los prejuicios de Obama en Oriente Próximo y norte de África fueron bastante menores, salvando el ahora amenazado acuerdo nuclear con Irán; en el limbo coloquemos la decisión de no invadir Siria, con no pocas ventajas aunque esté lejos de la no intervención, hoy encarnada en discretas operaciones especiales sobre el terreno y diarios bombardeos aéreos -con cazas y drones- que continúan hasta la actualidad.
Habló Obama en El Cairo de democracia, desarrollo, derechos de la mujer, bellas palabras que tuvo ocasión de ayudar a llevar a la práctica pues su mandato convivió con las primaveras árabes, si bien el resultado más claro fue la bendición norteamericana al golpe de Estado en el mismo Egipto del discurso.
Al final de su segunda legislatura Obama firmó en 2016 con Israel un acuerdo de asistencia militar por importe de 34.000 millones de euros, el mayor de la historia con ese país y de la historia de los acuerdos de asistencia militar, y siempre teniendo en cuenta que estos pactos son para tiempos de paz.
Y llegamos a Donald Trump, que si creemos a un reciente cronista nunca pensó seriamente que fuera a ocupar el cargo y alcanzó la presidencia también cargado de prejuicios.
Ya con el maletín nuclear a su alcance, sus primeros meses nos los cuenta Michael Wolff en el libro "Fuego y furia" que ha escrito tras casi un año escuchando a todo el mundo en la Casa Blanca, empotrado en la Casa Blanca, que en este caso no ha tenido resultados positivos para el anfitrión.
Este periodista pone en boca de quien fue estratega jefe de Trump, el ultraderechista Steve Bannon: "El primer día trasladaremos la embajada de Estados Unidos a Jerusalén".
Y otro párrafo atribuido al mismo Bannon, hoy ya despedido del entorno presidencial de Trump y de gira por Europa estos días trabajando la internacional del populismo: "Dejemos que Jordania se quede con Cisjordania, dejemos que Egipto se quede con Gaza. Dejemos que se arreglen o que se hundan intentándolo. Los saudíes están al límite, los egipcios están al límite, todos aterrorizados por Persia (sic)..., Yemen, Sinaí, Libia... Esto pinta mal... Por eso Rusia es tan clave... ¿Tan mala es Rusia? Son malos, pero el mundo está lleno de tipos malos".
Stephen K. Bannon este mes de marzo con
la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen. 
Preocupante indicio de los prejuicios del actual presidente de Estados Unidos, que la realidad ha confirmado con el traslado en marcha de la embajada a Jerusalén, decisión a la que se ha sumado Guatemala, que sus razones también tendrá.
Vemos como conclusión muy general que los prejuicios de los presidentes de EEUU de ideología republicana se llevan a la realidad con más firmeza que los prejuicios demócratas; para ser más exactos se podría afirmar que los prejuicios republicanos se aplican muy fielmente en política internacional y los prejuicios demócratas trabajosamente en política interior.
Para continuar este asunto habrá que seguir los acontecimientos y la efectividad del yerno de Trump en su labor política en Oriente Próximo, si continúan los acontecimientos: otro indicio reciente, éste objetivo, es que el presidente Trump ha tenido en un año cuatro directores de Comunicación, dos consejeros de Seguridad Nacional y dos jefes de Gabinete.
"Los pueblos del mundo pueden vivir juntos y en paz. Sabemos que ésa es la visión de Dios. Ahora, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra. Gracias. Y que la paz de Dios esté con ustedes", acabó Obama su discurso y yo la columna.

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martes, 18 de abril de 2017

Objeto parecido a una bomba

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
El destructor norteamericano USS Ross atracando en Rota. Foto: US Navy.
La policía noruega anunció el domingo 2 de abril de 2017 que había acordonado un barrio de Oslo después de encontrar "un objeto parecido a una bomba". El barrio se aclara que es multiétnico, que debe significar que es una zona de la ciudad donde suceden cosas violentas o es muy probable que sucedan por la variedad de los vecinos, los barrios monoétnicos deben ser pacíficos.
Horas después ya eran los servicios secretos noruegos los que informaban de la detención de un joven de 17 años de nacionalidad rusa, un "aislado ruso" titulaba algún periódico, que parecía aclarar algo del perfil del sujeto, aunque en el cuerpo de la información el aislado se convertía en asilado.
Las últimas informaciones apuntan a que el detenido tenía simpatías por el Estado Islámico.
Tenemos hasta aquí algo parecido a algo peligroso y un detenido que parece tener semejanza con un terrorista que podría tener ideas peligrosas.
Lo interesante viene ahora: "Hemos llevado a cabo una detonación controlada del objeto', declaró un portavoz policial; añadió que es difícil decir si había explosivos, pero explicó que la explosión fue mayor que la del dispositivo utilizado para ello".
Es decir, que la explosión que se provocó para neutralizar el objeto fue más violenta que lo que fuera que tuviera el propio objeto.
Lo anterior no se produce en el vacío, sino en un momento en el que en pocas horas se produjo un atropello voluntario y mortal en Estocolmo (cuatro fallecidos), más otros atentados en Tanta y Alejandría contra egipcios cristianos coptos, con el balance de 44 muertos.
Dejo a las policías y a los servicios secretos hacer su trabajo, que es investigar, no informar a medias, y me quedo con la detonación controlada, que me sirve para dar un salto que nos permite preguntarnos si en ocasiones no se está utilizando la violencia en dosis incluso mayores que la violencia que se quiere contrarrestar.
En la madrugada del 7 de abril el presidente de EEUU, Donald Trump, ordenó el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk sobre una base aérea siria en respuesta unilateral, así se justifico, por un supuesto ataque del régimen sirio utilizando armas químicas que ningún organismo independiente ha investigado.
Las primeras interpretaciones sugieren que han sido algo así como 59 tuits explosivos de un presidente aficionado a reaccionar de forma imprevista y otros han opinado que se trata de la primera victoria política del nuevo presidente.
España, donde tienen su domicilio fiscal los buques destructores norteamericanos que bombardearon Siria, concretamente la base naval española de utilización conjunta de Rota, ha sido el último en ser informado y sus responsables políticos se apresuran a bendecir el ataque, "proporcionado", dicen. Cuando se firmó el acuerdo con EEUU para que cuatro destructores tuvieran Rota como base de operaciones los argumentos utilizados fueron que los marines se iban a tomar muchas cañas por la zona y que el armamento formaba parte de la defensa antimisil de la OTAN, pensando en Corea del Norte, suponemos que Irán y sospechamos que Rusia.
¿Operación aislada la de estos 59 Tomahawk? No sabemos lo que está por venir, sí algo del pasado reciente.
El Ministerio de Defensa de EEUU informa en su página web que entre agosto de 2014 y marzo de 2017 aviones norteamericanos y de países aliados para la ocasión han realizado 145.000 salidas en apoyo a operaciones en Siria e Irak, con 19.300 ataques aéreos armados contra objetivos sin especificar.
Concentrando el foco en Siria, se han realizado en estos últimos tres años 7.840 ataques aéreos, la inmensa mayoría por parte de EEUU (7.469) y en mucha menor proporción por Reino Unido (11), Emiratos (10), Turquía (9), Arabia Saudí (8), Holanda (7), Jordania (6), Francia (5), Dinamarca (4), Canadá (3), Bahrein (2) y Australia (1).
Llegada del USS Ross a Rota en junio de 2014
(Foto: La Voz de Cádiz).
Desconocemos los objetivos, las víctimas diferenciando combatientes y civiles, por lo que no podemos aplicar lo aprendido en las calles de Oslo, que a veces el explosivo utilizado no permite siquiera conocer la peligrosidad de lo atacado.
Con métodos indirectos se puede concluir que la efectividad de los 7.840 ataques aéreos sobre Siria de EEUU y países amigos ha sido escasa.
Sorprende la concreción contable norteamericana, todo se mide y nada se explica, que tiene su correspondiente nacional.
El secretario de Estado de Defensa español, Agustín Conde, dice estar preocupado de que alguien le ponga un burka a sus hijas y se entiende que hará lo que esté en su mano a través del presupuesto y el sector industrial de la defensa para evitarlo; su jefa, la secretaria general del PP, dice que sin seguridad la protección social, la educación y la sanidad carecen de sentido, aunque viendo su gestión en Castilla-La Mancha se podría dar la vuelta al argumento, que sin protección social, educación y sanidad la seguridad de los castellano-manchegos estaba en el alero.
¿Qué tenemos? Riesgos ciertos, hiperactividad en la respuesta, cifras sin interpretación, mensajes sin datos, desconocimiento de objetivos, balance ocultado de víctimas y ejecuciones extrajudiciales, sospecha de utilización de medios no adecuados al tipo de amenaza.

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lunes, 20 de junio de 2016

Sykes, Picot, Rajoy y Pablo Iglesias

Columna de opinión publicada también en Estrella Digital.
Se cumple un siglo del reparto entre Francia y Reino Unido de Oriente Próximo, afirmación que se deriva de la firma en mayo de 1916 de un acuerdo entre dos diplomáticos llamados Sykes y Picot, los dos con grandes bigotes.
Se adjudica al documento, secreto, filtrado por Lenin un año después a la prensa rusa y británica, el diseño de las fronteras de la zona, aunque se trate de un proceso más amplio en el contexto de la descomposición a cañonazos del Imperio otomano en la Primera Guerra Mundial.
El marco del acuerdo incluye promesas a árabes y judíos de crear una estructura política soberana y habrá que esperar algunos pocos años para que vayan surgiendo las fronteras conocidas de Palestina, Líbano, Siria, Irak, Jordania; por supuesto, fronteras todas coloniales y arbitrarias.
El gran reparto sí está ahí, el detalle tendrá que esperar al final de la guerra en 1918, incluso a la formación de la Turquía moderna que altera las previsiones por el norte.
Además del centenario, la actualidad del acuerdo Sykes-Picot se explica por la expansión en la zona del autodenominado Estado Islámico (Dáesh en acrónimo árabe), responsable parcial de haber borrado algunas de esas fronteras que, dicho sea también, nunca hubiera sido posible sin la desintegración previa del Estado iraquí por la conocida invasión norteamericana de 2003 en compañía de algún otro en la coalición de apoyo.
Luchando contra la imagen de Peter O'Toole y Omar Sharif que tanto confunde sobre la historia real, aparcando que Napoleón conquistó Egipto en 1798 o que Francia desembarcó tropas en las costas que acabarían siendo libanesas ya en 1860, no hay duda de que el acuerdo de 1916 es un referente reconocido del colonialismo occidental en Oriente Próximo y como tal es utilizado por el Estado Islámico: "este acuerdo se convirtió en un símbolo de la fragmentación impuesta a los musulmanes", dicen que ha escrito el Estado Islámico en un comunicado coincidente con el centenario, aparecido en una de las publicaciones oficiales que dicen que tiene.
"Los combatientes tumbaron las fronteras sobre el terreno después de destruirlas en los corazones y las mentes", prosigue el Dáesh, y aquí llega el nuevo Califato, "el anuncio fundamental, poniendo fin a todas las formas de la desunión y la división entre los musulmanes, ya sea creada por las fronteras artificiales, fabricada por gobernantes ilegítimos o inventada por facciones y organizaciones".
Tenemos pues la habilidad conocida del Dáesh para utilizar la historia, si bien con unos objetivos geográficos claramente exagerados dada la extensión del mundo islámico y sobre todo por la potencia de fuego de sus numerosos enemigos.
Es cierto en cualquier caso que la desestabilización de Oriente Próximo sí ha encendido algunas alarmas sobre la hipotética destrucción de las artificiales fronteras de 1916 y su posible sustitución por otras aún más artificiales.
Ante el fracaso de los árabes para gobernarse a sí mismos, especialmente los que han vivido experiencias socialistas, se nos quiere transmitir, al margen del colonialismo y las intervenciones militares foráneas, hay que decir sin embargo que las fronteras de Oriente Próximo han sido más estables en los últimos 100 años que las de Europa, pensando en las alemanias, la desintegracióin de la URSS, la partición de Checoslovaquia o la implosión de Yugoslavia, sin contar con retoques fronterizos tras las dos grandes guerras europeo-mundiales.
Aprendices de brujo siempre aparecen sugiriendo divisiones estatales por comunidades culturales, algo que solo existe al parecer en el Reino de Bután. En el planeta hay cerca de 200 estados y unos 6.000 idiomas, lo que refleja que esto de identificar Estado con una única nación es la madre de todas las ficciones, utilizando una de las formas del árabe para expresar el superlativo.
Siguiendo algunos de muchos cables que lanza José Álvarez Junco en todo lo que escribe, habría que aclarar que nación sería "un conjunto de seres humanos entre los que domina la conciencia de poseer ciertos rasgos culturales comunes y que se halla asentado desde hace tiempo en un determinado territorio, sobre el que cree poseer derechos y desea establecer una estructura política autónoma".
Por su parte, "el Estado es el conjunto de instituciones públicas que administran un territorio determinado, dotadas de los medios coactivos necesarios para requerir la obediencia de los habitantes a las normas por ellos establecidas y para extraer los recursos necesarios para la realización de sus tareas".
"La pretensión de asimilar, sin más, estados a naciones es insostenible", añade Álvarez Junco, siempre con matices que no caben aquí.
En todo nacionalismo hay un componente de voluntad política de un grupo y también una parte importante de construcción cultural, incluso fechable en el tiempo, invención de ancestros, mitos y símbolos donde se incluyen banderas, himnos y hasta idiomas; el turco, catalán, euskera, hebreo que conocemos son un resultado de laboratorio.
Parte realidad cultural y política y parte inventada, aunque estos tiempos no parecen propicios a la creación de estas cosas, se fabricaron casi todas en el siglo XIX, y los nacionalismos más exitosos se formaron en una época de cierta expansión (económica, colonial), con la ayuda inestimable de algunas guerras mundiales que siempre cohesionan al grupo.
Cabe concluir que el nacionalismo goza de buena salud, a pesar de anclarse en una homogeneidad de sociedades que no existe en la realidad, que no parece muy útil en la globalización, aunque no tenemos aún reemplazo. También mantiene el tipo la afición a dibujar y redibujar mapas, siempre con gente dentro que la escala utilizada no permite percibir.
Y con todo lo anterior llegamos a la campaña electoral de las elecciones generales hispanas de junio de 2016, con Podemos declarándose patriota para indignación más o menos sincera de quienes creen tener registrada la etiqueta.
Una primera interpretación es que el nacionalismo español aparece siempre en cualquier campaña electoral, esto es una constante y por tanto no es novedad. Rajoy envuelve con la bandera su infalible fórmula de austeridad + corrupción, Pedro Sánchez puso la bandera de fondo de mitin para indignación de militares en la reserva y Pablo Iglesias se suma al carro para limpiar sus antecedentes venezolanos y griegos (difícil tarea, más del 40% de los conservadores de EEUU creen hoy que Obama es musulmán y ni enseñando la partida de nacimiento ha convencido totalmente de que es norteamericano).
Las variantes tradicionales son el nacionalismo étnico, con un pueblo elegido detrás, una categoría algo desprestigiada por los nazis, y un nacionalismo cívico (patriotismo constitucional se hablaba en tiempos de ZP) más ligado a valores democráticos, derechos y libertades de una ciudadanía diversa en sentimientos, con alguna dosis de redistribución de los recursos.
Dice un vídeo electoral del PP: "La formación de gobiernos extremistas pone en riesgo la unidad de España. Han propiciado la división de los españoles y el ataque a nuestros símbolos constitucionales".
Dice Rafael Simancas (PSOE): "Para una persona de izquierdas, la patria está en la caja única de la Seguridad Social, que recauda cotizaciones sociales de grandes asalariados en Barcelona y paga pensiones en Parla. La patria está en la agencia tributaria que cobra impuestos a millonarios en Bilbao y paga subsidios de supervivencia en Jerez".
Dice Julio Rodríguez (Podemos): "La derecha nos ha robado la palabra patriotismo. Cuando estás cerca de la gente y la defiendes, o aspiras a hacer políticas para el bien común y no para servir a determinados intereses, hablamos de un acto de patriotismo".
Firmo al pie de los dos últimos: la patria la forman impuestos compartidos y personas como ingredientes principales, el resto es aderezo.

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sábado, 26 de enero de 2013

Árabes..., pero ¿quién es esta gente?

Árabes, mejor que Mundo Árabe. Hay personas detrás de las noticias.
Cada uno de ellos tiene nombre y apellidos, familia, hijos, vecinos, algunos hasta suegra, deudas, sueños y pesadillas.
Voy a contar todo lo que nunca quisieron conocer sobre los árabes; y ayudar a responder a algunas preguntas: ¿cómo es que existe esta gente?
La empatía es la capacidad de identificarnos mental y afectivamente con el estado de ánimo de otro, diferencia a la raza humana del resto de los animales y su carencia o avería se observa en algunas enfermedades mentales.
Uno de los caminos para empatizar e incluso simpatizar con otros es la cultura, el conocimiento. Nadie se interesa por lo que no conoce.
A continuación, algunos puntos básicos para conocer a los árabes, algunos bien sabidos, otros menos.

¿Quiénes son los árabes?

En negativo
  • No son una religión. Árabe no es sinónimo de musulmán: sólo son árabes alrededor del 20% de todos los musulmanes del mundo. Hay importantes comunidades árabes cristianas en muchos países de Oriente Próximo como Líbano (maronitas, ortodoxos griegos, melquitas), Irak (caldeos, siriacos) o Egipto (el 10% de la población son coptos, alrededor de 8 millones).
  • Por tanto, no son países árabes y sí musulmanes Turquía o Irán. Se podría decir que los países árabes están limitados por el Mediterráneo, el Sáhara, la frontera sur turca y la frontera este de Irak.
  • Los árabes no son una plaga ni un castigo divino.
  • No son una raza, las razas no existen, aparte de la humana. Quizá es más apropiado hablar de grupo étnico, que hace alusión a la identidad cultural, mientras que raza hace referencia a la biología e implica cierta clasificación y jerarquía entre unas y otras. El grupo étnico comparte o puede compartir cultura, ancestros comunes, costumbres, historia, idioma, religión, símbolos, tradiciones.
En positivo
  • Dicen los diccionarios que árabe significa perteneciente o relativo a los pueblos de lengua árabe; persona de Oriente Próximo o del Norte de África que habla árabe como primera lengua.
  • Parece por tanto importante la historia y el idioma. Los árabes hablan árabe y comparten siglos de historia y referencias culturales comunes.
  • Son 350 millones de personas y comúnmente se considera que forman esta comunidad 22 países.
  • Una clave para acercarse a los árabes es tener en cuenta su tremenda diversidad, económica, social, demográfica. Los tópicos funcionan normalmente mal para referirse de un brochazo a un mauritano y a un qatarí. Otro consejo es evitar los frecuentes viajes de 13 siglos que mucho investigador emprende para acabar no entendiendo nada, la explicación suele estar mucho más cerca.
Otros indicadores
  • PIB: 2,41 billones $, billones españoles (PIB de España, 1,47 billones $). La economía española triplica en volumen la saudí, país con mayor PIB de la región; y es 14 veces mayor que la marroquí. 
  • PIB per cápita 6.297 $ (España, 30.000 $).
  • Esperanza de vida al nacer: 70 años. 
  • Gente joven: la mayoría de los árabes -54%- es menor de 25 años. En comparación, el 48% de la población en países en desarrollo y el 29% en países desarrollados está por debajo de esa edad. Esta circunstancia tiene su importancia en relación con la llamada Primavera árabe y para identificar presentes y futuros movimientos migratorios o la práctica imposibilidad de que muchos jóvenes encuentren empleo en su propio país.
  • La media mundial de número de hijos por mujer ha caído drásticamente desde 4,3 en el periodo 1970-1975 hasta 2,6 niños por mujer en 2005-2010. Los países árabes han seguido la misma tendencia, con una tasa de fertilidad a la baja desde 6,8 niños por mujer en 1970-75 hasta 3,6 hijos en 2005-2010.

¿Dónde están?

Los 22 países árabes se pueden agrupar en subregiones conocidas como Mágreb y Máshreq.
Mágreb significa Occidente y comparte raíz lingüística con Algarve y abarca Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia.
Máshreq significa Oriente y comparte raíz lingüística por ejemplo con Axarquía, una zona situada al este de Málaga, y encuadra países como Egipto, Sudán, Palestina, Jordania, Líbano, Siria, Iraq, Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Qátar, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen.
Al margen de estas dos subregiones quedan Yibuti, Somalia y las Islas Comoras.
Las dos únicas ciudades árabes con Metro son El Cairo y Dubai, que reflejan la primera la mayor ciudad y centro en muchos aspectos de este entorno cultural (Egipto es el mayor productor de culebrones para TV y películas de cine), y la segunda refleja la pujanza económica y también política del Golfo en estos tiempos.
Además de en su propio país, los árabes están... en otros países árabes. La región vive fortísimos movimientos migratorios, causados en muchas ocasiones por motivos laborales. El país árabe más poblado, Egipto, tiene al menos tres millones de ciudadanos emigrados, un millón en Arabia Saudí y otro millón residía en Libia, aunque muchos regresaron a casa durante el conflicto de 2012.
Otro aspecto poco destacado por los medios de comunicación es que cada conflicto político o situación de violencia en un país árabe tiene como consecuencia directa grandes desplazamientos de población, movimientos sur-sur; ocurrió con la invasión de Irak en 2003, de donde se vieron obligados a abandonar el país un millón de egipcios que en esas fechas vivían allí, además, por ejemplo, de dos millones de iraquíes que escaparon de la violencia y recalaron en Siria, donde ahora les ha encontrado la actual guerra civil. Éste último conflicto ha provocado medio millón de refugiados, en su mayoría acogidos en Líbano, Jordania y Turquía.
Los árabes han emigrado también por todo el mundo. Muchos de ellos a América, sobre todo entre el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX, una buena parte procedentes de lo que hoy es Líbano, Siria o Palestina, que por pertenecer hasta la primera Guerra Mundial al imperio otomano aparecen en muchas novelas hispanoamericanas referidos como "turcos". Haciendo un recorrido de norte a sur, puede haber más de 3 millones de ciudadanos de origen árabe en EEUU y hasta 10 millones en el resto de América; son hijos/descendientes de esta emigración árabe Yubrán Jalil Yubrán, poeta y escritor de gran éxito en nuestras ferias del libro antiguo y de ocasión; Carlos Slim, empresario mexicano; Salma Hayek; Shakira; y hasta tres presidentes con origen árabe han gobernado, Carlos Ménem en Argentina, y Yamil Mahuad y Abdalá Bucáram en Ecuador.
En Europa se estima una población inmigrante árabe de aproximadamente 5 millones de personas, donde destaca Francia como destino y el Norte de África como origen.
En España la cifra se acerca al millón, con Marruecos como segundo origen de nuestros inmigrantes, tras la europea y comunitaria Rumanía, y una colonia de 800.000 personas en nuestro país, de los cuales 130.000 tienen la nacionalidad española.

¿Por qué merecen nuestro interés?

  • Vecinos a 15 kilómetros, la distancia entre Algeciras y Tánger. Hay que interesarse por los vecinos.
  • Primavera árabe, revoluciones árabes, despertar árabe o como lo etiquetemos, este mundo está viviendo un proceso político del mayor interés, ampliando espacios de libertad y de participación política inimaginables hace poco más de dos años, cuando arranca en Túnez y fuerza el cambio de los regímenes autoritarios en ese país y en Egipto, Yemen y Libia, hasta hoy.
  • No es posible entender nuestra historia sin los árabes. Europa y España han conformado su identidad luchando y en contacto con el imperio otomano, en el primer caso, y con los árabes en la Península durante ocho siglos (711-1492). La expulsión de 300.000 moriscos se produce en 1609, por lo que la presencia árabe se prolonga un siglo más de las fechas más repetidas. En cualquier caso, por reacción exagerada, nuestra afición a comer cerdo está muy relacionada con esta prolongada relación con lo árabe y musulmán; Cervantes nos cuenta que Dulcinea era una experta en salar cerdos, como prueba de que era cristiana sin sombra de duda.
  • Los árabes fueron elegidos como enemigo de sustitución a la URSS cuando ésta se derrumbó a comienzos de los 90 y la guerra fría se quedó sin contrincante. El chicle no da ya más de sí, pero seguiremos viviendo las inercias durante bastante tiempo. Mucho politólogo, sin entender gran cosa, se ha tenido que estudiar el temario y se ha especializado en este asunto y no lo va a soltar mientras viva.
  • Los árabes son monoteístas como muchos de vosotros.
  • Sienten una sincera simpatía hacia los españoles.
  • Oportunidades de negocio: muchas empresas españolas están buscando y encontrando contratos en los cercanos Marruecos y Argelia, están presentes en el sector turístico en Túnez, abren mercados en el Golfo en infraestructuras y energía.

¿Qué hablan?

Los árabes se sienten muy unidos a su lengua, a la poesía, a la caligrafía y al uso artístico del alifato (su alfabeto).
Y hay una circunstancia clave: Dios habló en árabe al profeta Mahoma y el Corán está escrito en árabe, por lo que el idioma está en la mano también de 1.500 millones de musulmanes.
El alfabeto árabe, que no el idioma, está también presente en otros países e idiomas como Irán (farsi) o Pakistán (urdu); y fue utilizado en Turquía hasta principios del siglo XX.
El árabe es lengua oficial de Naciones Unidas junto con inglés, español, francés, ruso y chino.
Hace unos años estaba muy vigente en el campo del arabismo el debate sobre la diglosia, el peligro más o menos real de que los dialectos hablados en la calle árabe acabaran formando lenguas propias e independientes del árabe clásico o normalizado, fenómeno similar al latín y el nacimiento de las lenguas romances. La creciente alfabetización de los árabes (en torno al 80% de media) y el canal de TV Al Jazeera (léase Al Yasira) reman en sentido contrario, es decir, que no parece haber peligro futuro de pérdida de pujanza o unidad de la lengua árabe, sino todo lo contrario.
Por último, el árabe se escribe de derecha a izquierda y sólo consonantes que van enlazadas una con otra, sus únicas tres vocales van encima o debajo de las consonantes o directamente no se escriben.

¿Y qué más?

Casa Árabe
Casa Árabe-Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán es un consorcio institucional creado en julio de 2006 en el que participan el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Junta de Andalucía, la Comunidad Autónoma de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y el Ayuntamiento de Córdoba.
Los principales objetivos de Casa Árabe, con sedes en Madrid y Córdoba, son reforzar las relaciones políticas bilaterales y multilaterales, fomentar y acompañar las relaciones económicas, culturales y educativas, así como la formación y el conocimiento sobre el mundo árabe y musulmán. En definitiva, Casa Árabe quiere ser un espacio de conocimiento mutuo y de reflexión compartida: un punto de encuentro (dicen ellos de sí mismos).
En Madrid está situado en las Escuelas Aguirre, un edificio neomudéjar de finales del siglo XIX a las puertas del parque del Retiro.
Casa Árabe es el mejor lugar donde ver una película árabe, asistir a una conferencia, tiene la mejor librería de Madrid sobre estos temas, se puede estudiar árabe y dialectal marroquí y ha debido de cambiar recientemente la contrata del restaurante, hay que ir a conocerlo, pero creo que aún se puede comer hummus y cuscús a precios asequibles.

Fuente de los datos (2011)
Naciones Unidas - Arab Human Development Reports
http://www.arab-hdr.org/
Banco Mundial - Middle East & North Africa
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/COUNTRIES/MENAEXT/0,,menuPK:247603~pagePK:158889~piPK:146815~theSitePK:256299,00.html