lunes, 14 de julio de 2014

Defensa quiere a la OTAN en el Sahel

  • 400 militares españoles en centroáfrica apoyan intervenciones francesas y de la UE
  • Morenés defiende la estabilidad africana como condición para mejorar relaciones comerciales e inversiones

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La crisis de Ucrania ha fijado el foco de la OTAN en el Este y España pretende que no pierda de vista el Sur, implicar a la Alianza hasta el centro de África. Sin resultados hasta ahora, el ministro de Defensa trata de que la OTAN aterrice en el Sahel –frontera sur del Sáhara- y cinturón africano adyacente, área que el Gobierno ha certificado como origen de todos los males para nuestra seguridad y donde ya trabajan 400 militares españoles, en parte en labores de apoyo a intervenciones de Francia, en parte encuadrados en misiones de la Unión Europea.
Primera toma del T-10 'Hércules' español en Libreville
(Gabón) en marzo de 2014 (Fuente: EMAD).
En apenas dos semanas, en Bruselas, en el Senado, ante el comandante supremo aliado en Europa –SACEUR- de visita en Madrid y en el Congreso, el ministro de Defensa ha insistido en su propuesta a la Alianza Atlántica de que Ucrania no oculte África, y lo reiterará en la próxima cumbre en Cardiff (Gales, Reino Unido) en septiembre.
El Gobierno español ha reaccionado con diligencia a la hora de ofrecer medios militares a la Alianza por la crisis de Ucrania-Crimea-Rusia: ha adelantado a la segunda mitad de este año el despliegue de cuatro cazas españoles Eurofighter para la vigilancia aérea de los países bálticos más una fragata que patrullaría sus aguas, compromiso inicialmente previsto para 2016; acaba de certificar y ofrecer las capacidades del cuartel general terrestre de Bétera por si fuera necesario, más la oferta también de un batallón mecanizado.
Compromiso en Europa oriental a cambio de algo. Porque lo que realmente quiere Pedro Morenés es que la OTAN se implique en el centro de África, donde se está trasladando el peso de la presencia militar exterior tras el repliegue ya casi total de Afganistán.
A principios de julio, en el encuentro con SACEUR en Madrid, Morenés recordó que, además de prestar atención a crisis como la de Ucrania, la OTAN también debe estar atenta a los focos de conflicto que se desarrollan en África. El general Breedlove le  respondió con una educada cambiada: recordó que la OTAN ya está presente en África con la operación marítima “Ocean Shield” de lucha contra la piratería en el océano Índico y reafirmó su compromiso con ella, y dejó claro que no ve por el momento "ningún papel para una operación terrestre" aliada en ese continente.
A finales de junio, el ministro compareció en el Senado para informar de una reciente cumbre de la OTAN en Bruselas, y allí dijo que “no es justamente en el Este donde se concretan y conjuran los mayores peligros para la seguridad de todos los ciudadanos de la Alianza. El Sahel, el sur del Mediterráneo, el golfo de Guinea o los omnipresentes, en cuanto a crisis nos referimos, de Oriente Próximo y Oriente Medio continúan siendo los reservorios de referencia de la violencia e inestabilidad internacional, y así deben ser entendidos y atendidos (…). Más Este en ningún caso puede significar menos Sur (…)”. Más claro: “España considera necesario desarrollar una estrategia integral de la OTAN para toda esta zona”.
Define el Diccionario de la Real Academia el término “reservorio” utilizado por Morenés como “población de seres vivos que aloja de forma crónica el germen de una enfermedad, la cual puede propagarse como epidemia”.
Como última referencia, el ministro compareció el pasado miércoles en el Congreso para informar de la creciente presencia militar de España en centroáfrica, donde dibujó un panorama desolador de la zona para la que pide el compromiso de la OTAN.
Razones estratégicas: “España es el único país europeo con una parte de su territorio ubicada en el continente africano, siendo su seguridad un interés vital. Esta posición geográfica de España le otorga un papel imprescindible en el mantenimiento de la seguridad en la zona”, señaló. “Tampoco se nos oculta que tenemos muchos intereses económicos en África”. Morenés mencionaba la dependencia energética, más del 60% de nuestras importaciones de gas proceden del continente africano (51% de Argelia, 10% de Nigeria), más la compra de petróleo del Golfo de Guinea. Y también otros intereses, “mantenemos copiosas inversiones en infraestructuras de ciertos países, así como intereses agrícolas, industriales o pesqueros de gran entidad”.
Militares de la misión de la UE en la República Centroafricana
(Fuente: Ministerio de Defensa de España).
Problemas de la región: aquí el ministro cargó las tintas, habló de una descolonización deficiente y apresurada, del Sahel como zona de fractura entre las dos principales religiones monoteístas y el animismo africano, de “comportamientos corruptos en los que el abuso de poder y la ilegalidad son norma”, de pobreza extrema, de alto crecimiento demográfico…
Principales riesgos y amenazas: conflictos armados, tráfico de personas, drogas (heroína y cocaína centroamericana), armas, piratería, habló Morenés de una nueva “joint venture” del terrorismo yihadista en Malí, Níger y Libia; habló de inmigración ilegal y lo enlazó directamente con que en España reside más de un millón de africanos (en éste y otros casos incluye a los marroquíes) y 40.000 esperando en Marruecos la oportunidad de cruzar la frontera.

Participación española en operaciones en la zona
Para responder a semejante panorama, España ha puesto sobre el terreno 400 militares, 100 de los cuales -más dos aviones de transporte- realizan trabajos de apoyo desde Dakar (Senegal) y desde Libreville (Gabón) a operaciones francesas en Malí y la República Centroafricana. En ambos países España participa también en misiones de la Unión Europea con dos centenares de militares, la mayor parte en trabajos de adiestramiento, también con unidades de operaciones especiales. Otro centenar está desplegado en Somalia, sin contar el personal embarcado en el cuerno de África.
El portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido, preguntó al ministro cuál es el proceso político en estos países a medio plazo que la presencia militar española quiere apoyar, pregunta que quedó sin respuesta. Fue más explicito el ministro al comentar que la intervención española en esos países aporta estabilidad, seguridad necesaria también para la expansión industrial y comercial de España en la zona.
Morenés reconoce con naturalidad la condición subalterna de España respecto a Francia en el centro de África, “colaboramos estrechamente con Francia, que ha asumido el liderazgo occidental respecto de África occidental y central”, por ello constituye “el aliado de referencia para la actuación bilateral”.
Se lamentaba Pedro Morenés el pasado miércoles en la Comisión de Defensa del Congreso que “desgraciadamente, ni el liderazgo francés ni nuestro énfasis en la región han conseguido convencer del todo a algunos de nuestros socios y aliados, tanto de la UE como en la OTAN, de que el sur del Mediterráneo, el Sahel y el Golfo de Guinea, por este orden, forman parte plenamente de nuestro entorno de seguridad inmediata y, como tal, deben ser priorizados y tratados”. Reconocimiento de fracaso.
Próximo intento, en septiembre, en Gales. Entretanto seguimos en África, apoyando a Francia y por nuestra cuenta. ¿Marco político en esos escenarios a medio plazo, situación final o de salida? Desconocido.


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