Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.

Cerca de 200 militares de 16 países –la cuarta parte españoles- trabajan en este nuevo Centro que es consecuencia de la reorganización de la OTAN decidida en la cumbre de la OTAN de Lisboa en 2010, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza acordaron el nuevo concepto estratégico de la OTAN para una década, que se materializó en junio de 2011, con Carme Chacón como ministra de Defensa, en una nueva estructura de mandos y distribución geográfica de cuarteles generales de la Alianza. En esas cumbres la OTAN decidió adelgazar su estructura, cerrar algunas instalaciones, como el cuartel de Retamares en las cercanías de Madrid, y en compensación se consiguió negociar nuevas responsabilidades para España.
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El comandante supremo de la OTAN en Europa, general Breedlove, pasa revista acompañado del JEMAD, almirante García Sánchez (de blanco). Foto: Carlos Penedo. |
Desde Torrejón, con una capacidad inicial desde enero de 2013, ahora completada, se atienden dos misiones principales: el mando y control aéreo en todo lo relativo a la defensa aérea en el sur de Europa y la capacidad de poder desplegar a su personal en la gestión de una crisis como parte del componente aéreo de una operación.
Con la nueva estructura, el CAOC de Torrejón junto con el ubicado en la localidad alemana de Ueden, ambos dependientes del cuartel general aéreo de Ramstein (Alemania), cubren todo el continente y hasta parte de Oriente Próximo. En este sentido, el general García Servet confirma que con sus sistemas se tuvo constancia de operaciones en el mes de marzo desde Turquía que abatieron un avión militar sirio, que se trató –afirma- de una operación nacional sin intervención alguna de la Alianza.
El Centro de Torrejón integra información facilitada por 90 radares de seguimiento y 30 centros de control aéreo repartidos por toda Europa, y tiene responsabilidad sobre 37 unidades de caza, formadas por una o más parejas de aeronaves, localizados en 26 bases aéreas listas para identificar una traza aérea sospechosa.
El nuevo CAOC de Torrejón se ha desarrollado en su ubicación física a partir del antiguo centro que controlaba la seguridad aérea de España y Portugal, como parte de la antigua estructura de diez centros de control hoy reducidos a dos que se reparten el continente en una línea imaginaria que atraviesa Francia y se prolonga hacia el este hasta el Mar Negro, abarcando todo el Mediterráneo hasta su orilla sur.
Los responsables de Torrejón informan de que están en marcha los trabajos de instalación del paquete de capacidades del sistema de mando y control de la OTAN en una localización también cercana de la base aérea a la que se mudarán en 2016: un gigantesco búnker subterráneo que aparenta visualmente ser una colina con su tierra y vegetación por encima. La financiación de las actuales y próximas instalaciones corre a cargo del presupuesto común de la OTAN.
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Pista de la base aérea de Torrejón, con un F-18 y un avión de guerra electrónica, y al fondo la colina artificial que esconde el búnker que albergará la futura sede del CAOC (Foto: Carlos Penedo). |
Aunque de naturaleza diferente y en este caso de dependencia exclusivamente nacional, no OTAN, el CAOC de Torrejón tiene una contraparte en Cartagena, el denominado Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima –COVAM-, que entró en funcionamiento en 2006, con capacidad para controlar la ubicación y movimiento de hasta 50.000 buques navegando las 24 horas al día por todo el mundo.
El COVAM es el centro neurálgico de la Fuerza de Acción Marítima donde se recibe y analiza toda la información relativa a los espacios marítimos de interés para conocer en tiempo real lo que está ocurriendo en esos espacios. Dicha información es aportada a la Fuerza de la Armada en la mar y a las agencias civiles que lo requieran.
El COVAM de Cartagena mantiene un foco especial sobre dos áreas de interés específico, el Golfo de Guinea y el Océano Índico, donde España cuenta con intereses y medios militares y donde operan además buques pesqueros y mercantes de bandera española o de vinculación nacional sobre los que la Armada se emplea para mejorar su seguridad.
Con ambas instalaciones, para el tráfico aéreo en Torrejón y para el tráfico marítimo en Cartagena, las Fuerzas Armadas y el propio Estado cuentan con una capacidad desconocida hace sólo un lustro para el control y la seguridad de buques y aviones, con un alcance mucho más allá de los tradicionales espacio aéreo nacional y aguas territoriales.
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