Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
La Comisión Europea se ha propuesto en el plazo de seis años –en 2020- incrementar la participación del sector industrial desde el actual 15% de la economía comunitaria hasta el 20%. Europa quiere reindustrializarse y uno de los sectores considerados prioritarios es el de la seguridad y defensa, según ha declarado este miércoles en Madrid el director general de Empresa e Industria de la Comisión Europea, Daniel Calleja. El marco de sus mensajes ha sido una jornada organizada por el Club Diálogos para la Democracia que ha reunido a responsables políticos del sector industrial y representantes de cuatro de las principales empresas del sector de la defensa, Airbus, Indra, Navantia y SENER.
“La defensa es un elemento esencial de la nueva política industrial de la Comisión”, ha señalado Calleja, que ha detallado las distintas acciones sobre las que la UE está trabajando, entre ellas incrementar la competencia en un mercado como defensa donde el 75% de las compras públicas son todavía nacionales, apoyar a las Pymes y un cambio de enfoque de los fondos estructurales y regionales, hasta ahora destinados principalmente a financiar infraestructuras, hacia la innovación y el apoyo financiero de tecnologías de uso dual, civil y militar. En concreto, el director general de la Comisión mencionó el programa Horizonte 2020, que financia proyectos de investigación e innovación, contando con 80.000 millones de euros para el periodo 2014-2020.
Con esos fondos la UE pretende impulsar además proyectos dentro de las cuatro objetivos estratégicos apuntados por la reunión de jefes de Estado del pasado diciembre que trató temas de defensa: ciberseguridad, aviones no tripulados, seguridad naval y sector espacial.
Calleja informó de que la Comisión tiene previsto abordar este mismo mes de abril el tema de la integración de los drones en el espacio aéreo civil, vacío normativo que tapona en este momento el desarrollo de los aparatos no tripulados.
Otro ámbito de actuación y desarrollo actual ha sido el de los satélites, con el programa Galileo, sistema de navegación por satélite con un presupuesto de 7.000 millones de euros, que ya cuenta con cuatro aparatos en el espacio y tiene previsto lanzar otros cuatro a lo largo de 2014; y el programa Copérnico de observación de la Tierra, cuyo primer satélite de una serie de siete será lanzado este mismo viernes desde las instalaciones de la Agencia Europea del Espacio en la Guayana francesa.
El sector industrial tuvo también ocasión de escuchar al secretario de Estado de Defensa. Pedro Argüelles ha anunciado que el Gobierno aprobará próximamente un real decreto de reforma de la Dirección General de Armamento y Material para convertirla en el único organismo de adquisiciones con el que poder centralizar la compra y control de los programas de armamento, que actualmente realizan los Ejércitos de Tierra y del Aire y de la Armada, al estilo de agencias de armamento existentes en otros países vecinos como Francia.

Por su parte, el director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, Manuel Valle, ha destacado la importancia de la industria –“los países con más industria soportan mejor las crisis, y este sector en España está detrás del 80% de las exportaciones y del 80% de la inversión en I+D”- y, por tanto, también la de la industria de la Defensa en el conjunto de la economía española, por su aportación al PIB industrial, por sus repercusiones en la defensa y seguridad y por los efectos que tiene sobre el conjunto de la industria civil española. “El sector industrial de la defensa presenta características especiales derivadas de su alto nivel tecnológico, empleo cualificado y estable, así como su carácter exportador, por lo que el Ministerio lo califica como un sector estratégico”, ha afirmado.
El director general de Industria recordó que defensa es uno de los seis sectores estratégicos que su Ministerio apoya, y mencionó el trabajo conjunto que su departamento desarrolla con Defensa y los 14.000 millones de euros que el Ministerio de Industria ha aportado en créditos para desarrollos tecnológicos en el sector de la defensa desde 1996, 350 millones en este año 2014.
La intervención más crítica por parte de las empresas ha correspondido al vicepresidente y director de Relaciones Institucionales en España de Airbus, Jacinto García Palacios, quien ha censurado que las tremendas expectativas ante el consejo europeo de diciembre no se correspondieron con los resultados. El representante de Airbus se mostró muy crítico con la lentitud de la UE en sus actuaciones y que parece no darse cuenta de la importancia del conocimiento y de las consecuencias del actual parón en la financiación de la I+D, en contraste con el incremento de la inversión en este campo de los países emergentes.
Abogó también por una mayor definición de la política europea de defensa, pues sin ella no se pueden concretar necesidades y programas a desarrollar por la industria. García Palacios apuntó que Francia, Reino Unido y Alemania concentran el 70% del gasto europeo en defensa y tienen capacidad para marcar la pauta al resto de la Unión. Con todo defendió participar e intentar influir en la UE, y a nivel nacional animó a planificar a medio y largo plazo, invertir en I+D y corregir mediante consorcios la excesiva fragmentación del mercado y pequeño tamaño del tejido empresarial nacional. “Europa nos obligará a hacer lo que no hagamos nosotros”, señaló, “tenemos que definir las capacidades estratégicas e invertir en I+D”.
Este último aspecto fue también destacado por el director general de Indra, Carlos Suárez, quien afirmó que “estamos compitiendo con productos desarrollados en los últimos veinte años, y hoy no estamos invirtiendo en I+D para los próximos veinte”. Sobre el carácter dual de las tecnologías, Suárez recordó que Indra comenzó derivando tecnologías de origen militar hacia el mundo civil, y en la actualidad ya se está emprendiendo el camino inverso, el trasvase de tecnologías civiles al campo militar.
José Manuel Revuelta, presidente de Navantia, destacó que en España “tenemos fortalezas que exhibir en el campo de la construcción naval”, defendió la alianza estratégica que une a Navantia con el Ministerio de Defensa y con la Armada; y en alusión indirecta al hipotético proceso de concentración empresarial en el sector, señaló que la agrupación de empresas o algún tipo de asociación es planteable con un programa concreto encima de la mesa, como pudiera ser la futura fragata F-110, no sobre el vacío.

También ha señalado que la pérdida de capacidad tecnológica en España no es un riesgo futuro, sino que es una realidad, pues “muchos técnicos e ingenieros españoles tienen que trabajar en otros países o en otros sectores”. El vicepresidente de SENER ha apuntado que en los últimos 24 meses el 96% de la contratación global de la empresa se ha producido fuera de España y “el reto de ejecutar estos proyectos sin perder capacidad tecnológica es formidable. Para lograrlo, hace falta invertir en desarrollo tecnológico”. Andrés Sendagorta ha añadido que la crisis no afecta sólo a la industria de defensa sino también a otros sectores, como el de la construcción, que están sabiendo defenderse con éxito.
El vicepresidente de SENER ironizaba en la jornada sobre que habitualmente en estos encuentros las empresas se dedican a decirle a la Administración lo que debe de hacer, y ésta a las compañías cuál debe de ser su actuación. En su opinión, si existe demanda las empresas se organizan convenientemente.
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