martes, 21 de mayo de 2013

Neoalgo, Neomudéjar, Neoviejo

Biblioteca Nacional de Sarajevo.
Algo comparten el Parlamento británico y su Big Ben, la catedral de Colonia y la plaza de toros de Las Ventas: los tres son neo-algo desde el punto de vista arquitectónico o artístico, neogótico en los dos primeros casos, neomudéjar en el nuestro.
El mismo grado de pastiche, de reinterpretación del pasado, de anacronismo, de indudable logro artístico cabría aplicarle a cada uno de los tres.
Somos hijos del nacionalismo del siglo XIX, sistema al que aún no hemos encontrado recambio y de donde procede gran parte de nuestro paisaje ideológico e institucional, también cultural.
Y en la época se produjo un fuerte movimiento arquitectónico marcado por el eclecticismo, que mezclaba elementos de diversos estilos y épocas; marcado por el historicismo, que miraba al pasado para resucitar soluciones arquitectónicas; marcado por el orientalismo, una fuerte querencia hacia lo exótico y el arte islámico.
En parte por influencias foráneas y también con claras raíces autóctonas, entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del XX tuvo en España un éxito indudable el estilo neomudéjar.
Siendo rigurosos habría que englobarlo en el estilo neoárabe o neomusulmán practicado también en otros lugares: con este ropaje encontramos el Pabellón Real de Brighton -probablemente el pionero-, la sinagoga de Jerusalén en Praga, la Biblioteca Nacional de Sarajevo, la plaza de toros de Campo Pequeño en Lisboa, el Teatro Fox en Atlanta...
Por nuestra parte, interesa destacar dos aspectos de este estilo neomudéjar hispano-español, que sirvió para construir plazas de toros, pero también iglesias, fábricas, palacios, hoteles y estaciones de tren.
Plaza de toros de la Fuente del Berro (1874-1934), 
también conocida por la de Goya o Felipe II , 
situada en donde hoy está el Palacio de los
Deportes de la Comunidad de Madrid 
(Fuente: http://historias-matritenses.blogspot.com.es/).
Lo primero es que se produce al hilo de una mayor valoración por los propios españoles del arte hispano-musulmán y de Al Ándalus, en parte como reacción a la admiración que los viajeros románticos profesaban por este estilo y su entusiasmo al encontrar Oriente al sur de Europa, bastante más cerca que el Oriente Próximo y Lejano.
Lo segundo es que este revival mudéjar, como el gótico, está muy relacionado con la voluntad de encontrar el espíritu nacional, la búsqueda de un estilo arquitectónico que fuera expresión y símbolo de la Patria. Resulta paradójico que se tomara como esencia nacional un estilo artístico con origen en el modelo sobre cuya negación nació nuestro espíritu nacional.
La prueba del éxito y de la representatividad del neomudéjar -combinado con reinterpretaciones del arte hispanoárabe- es que fue el estilo arquitectónico escogido para construir el pabellón de España en la Exposición Universal de Viena en 1873; París en 1878 y 1889; y Bruselas en 1910, al menos.
Plaza de Toros de Las Ventas, obra de los arquitectos
José Espeliú y Muñoz Monasterio, inaugurada en 1931,
foto de Luis García tomada en agosto de 2012 (Creative Commons).

Sin salir de casa

Una gran ventaja de este territorio donde hemos nacido es que podemos encontrar al Otro, lo exótico y la playa sin hacer muchos kilómetros.
El Otro es aquél contra quien nos posicionamos y ayuda bastante a autodefinirnos, a reforzar nuestra identidad. Para muchos es el musulmán y/o árabe, y aquí los hemos tenido, somos nosotros mismos hace 400 ó 500 años. El Otro está dentro de nosotros mismos, un fenómeno que en manos de Hitchcock hubiera dado para una docena de películas.
El exotismo que buscaban los románticos en el siglo XIX en Oriente también está aquí, como lo prueba el sabor del pepino.
Y la playa y las horas de sol  permiten que no tengamos necesidad de tomar pastillas de vitamina D salvo que residamos más de dos años en Luxemburgo.
Por tanto, y como conclusión, la solución y los problemas están dentro de nosotros mismos. Y la salida a la crisis es una mezcla de viejo y nuevo a partes iguales.

Estación de tren de Toledo, obra de Narciso Clavería, 1919.

Sugerencias


3 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo. Me informo mucho sobre el arte islámico. Utilizo la página de AnnuTv para tal fin, que me enriquece mucho. Se la recomiendo

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  2. Muchas gracias por el comentario y por la sugerencia, que visitaré con detenimiento (la primera impresión es muy buena). Saludos.

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  3. Amigo, en cuanto al tema historico y arquitectonico esta muy bien el articulo. Pero con respecto al final ya esta bien la fanasia esa de algunos de decir que los arabes son nuestros antepasados y demas.
    No me refiero solo a que tecnicamente el 70 % aproximadamente de los españoles tengamos los mismos genes que franceses e ingleses (el haplogrupo r1b) o a lo que digan los historiadores. Sobre todo y lo mas importante es el hecho de que cuando la reconquista de España empieza en el 722 y acaba en el año 1492 se expulsa a los musulmanes porque los Españoles(nuestros antepasados verdaderos evidentemente) de entonces, siempre los vieron como invasores y no pertenecientes a estas tierras a los musulmanes y eso es en lo que ellos creian.
    Al margen de todo esto es evidente que no tengo que ser yo el que diga que la contribucion de los musulmanes a nuestro patrimonio sobretodo arquitectonico y artistico es enorme. Aunque nuestra esencia cultural siempre fue romana y de los musulmanes en ese aspecto solo quedan platos de comida, y dos o tres adoptadas.

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