La grave fractura política producida tanto en la comunidad internacional como en el interior de cada país a partir de aquella llamada guerra preventiva comenzada en 2003, cuyos efectos desestabilizadores continúan en la actualidad, se intentó contrarrestar con una mayor legalidad y legitimidad de las intervenciones militares, tendencia hoy interrumpida.
Las causas del retroceso hay que buscarlas en las modificaciones sufridas durante la última década en cinco grandes ámbitos, que se traducen en un menor control social y político sobre las intervenciones militares.
En el marco de la geopolítica se observa la fragmentación de la gobernanza mundial, la crisis de las organizaciones internacionales sustituidas por alianzas entre amigos, la crisis del multilateralismo, la vuelta de la soberanía y el proteccionismo nacional, donde la presidencia de Donald Trump es un efecto y un agente.

Otros dos factores estrictamente militares han cambiado la forma de intervenir en escenarios ajenos al territorio nacional. Por una parte, la reducción del tamaño de los contingentes en el exterior, con uso intensivo de unidades de operaciones especiales e inteligencia, y en algunos casos con la tarea de formar a ejércitos locales. Un segundo condicionante militar es la tecnificación de la guerra, la utilización masiva del arma aérea y el recurso creciente a drones y sistemas no tripulados que alejan, en distancia y responsabilidad, atacante y objetivo.
Finalmente un quinto factor a tener en cuenta sería la militarización de fenómenos hasta no hace mucho ajenos al mundo uniformado, desde la seguridad interior a la inmigración, desde la información a las redes sociales. El traspaso del ámbito civil al militar suele ir ligado a situaciones de emergencia -reales o inducidas- y una restricción de derechos fruto de la excepcionalidad que justifica a su vez los instrumentos utilizados.
La opinión pública y sus parlamentos se pueden estar alejando de la actuación de los ejércitos, tanto en conflictos armados como en las antes llamadas operaciones de paz, y esa lejanía no ampara la vulneración de derechos fundamentales -desde el derecho a la vida al de información-, pero garantiza la inmunidad de sus responsables si se produce.

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Extracto de la ponencia presentada en el Seminario Internacional sobre Seguridad Global y Derechos Fundamentales, celebrado en la Universidad de Valencia -Facultad de Derecho- los días 19 y 20 de septiembre de 2018 (publicación en imprenta).
El autor forma parte del equipo de trabajo del proyecto de investigación Seguridad Global y Derechos Fundamentales.
Sugerencias
- El incierto futuro de las operaciones de paz de la ONU, por Jesús Núñez (Blog Elcano, 1.7.2019).
- Where does the world stand on killer robots? The view from recent UN meetings on autonomous weapons (Project Ploughshares, 2.4.2019).
- Ciberdefensa - Guerras sin fronteras, por Carlos Penedo (Blog Contextos / ED, 6.4.2014).
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