jueves, 21 de mayo de 2015

Propaganda política a la puerta de la iglesia

  • La campaña electoral llega hasta la salida de misa
  • Vox, Ciudadanos y PP entregan propaganda electoral a niños y mayores tras la celebración religiosa en la zona oeste de Madrid

Carlos Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
A por el voto de los católicos, más que a por el voto católico, buscado este último en unas elecciones generales con medidas relacionadas con el aborto o la asignatura de religión que escapan a las competencias municipales y autonómicas.
Los resultados de las elecciones del próximo domingo en la Comunidad de Madrid son los más inciertos de los últimos 20 años. Todo suma. Las tertulias de televisión y las redes sociales que triunfan en esta campaña como nunca en el pasado no bastan.
Al menos en Majadahonda, periferia residencial de Madrid, 70.000 habitantes y con repercusión nacional mediática durante años por ser el epicentro de la trama Gürtel, con réplicas de similar intensidad en los vecinos Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte.
Los estrategas de campaña no han pasado por alto el Barómetro del CIS del pasado mes de febrero, que preguntaba por el ejercicio físico y también por la religión: el 69,4% de los españoles se declara católico. Sin contar bodas, comuniones o funerales, el 12,1% de los ciudadanos va a misa casi todos los domingos y festivos; otro 8,9% alguna vez al mes y el 13,9% varias veces al año.
Esos porcentajes sin duda se quedan cortos en algunas zonas de la Comunidad de Madrid. A las puertas de la parroquia Santo Tomás Moro de Majadahonda se han instalado los últimos domingos representantes de Vox, Ciudadanos y PP repartiendo propaganda electoral. El cliente potencial es nada menos que medio millar de vecinos que asisten a las ceremonias más concurridas.
Este 17 de mayo a la salida de misa de 12 el Partido Popular ha dado un paso más: con la guardia bajada tras la celebración religiosa, los fieles tenían en la puerta a una militante del PP, bolso de Loewe en bandolera, repartiendo pulseras del partido. Niños y mayores podían elegir entre azul, rosa y otra con la bandera de España (imagen), pulseras de algodón que recuerdan al mismo tiempo a un rosario religioso (cruz incluida) y las que puso de moda Sara Carbonero en el Mundial de Sudáfrica.
No se ha visto por las inmediaciones a representantes de Podemos, Izquierda Unida, PSOE, UPyD ni a los Centristas locales, que han elegido otros lugares donde pescar votantes potenciales y probablemente sigan estancados en los tradicionales abanicos de cartón, globos, pins y merchandising al uso.
Toda estrategia de márketing debe adaptarse al consumidor. El mismo Partido Popular ha repartido en Getafe preservativos con la foto del alcalde, candidato a la reelección, y la leyenda "Sensibilidad y eficacia". La idea no ha gustado al obispado, que ha difundido un comunicado en el que "lamenta profundamente el daño en la conciencia de los jóvenes que esta acción ha producido. La experiencia demuestra -añaden- que este tipo de gestos, lejos de prevenir los embarazos y las enfermedades de transmisión sexual, fomentan la promiscuidad de forma irresponsable en adolescentes que aún no tienen control de ellos mismos, las conductas de riesgo, los embarazos no deseados, las heridas afectivas, la perversión de la belleza de la sexualidad y la reducción de las relaciones humanas a simple mercancía de un placer que pronto se pasa pero que deja una marca dolorosa en el corazón".
Podemos entregó también preservativos en las últimas elecciones europeas, con la advertencia de "usar sólo en la jornada de reflexión".
Promiscuos y castos, católicos y ateos, jóvenes y mayores deciden con su voto el próximo domingo.

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