- El jueves se reúnen en Bruselas los jefes de Estado de los 28 para avanzar en Defensa
- España quiere tiempo para blindar la industria de armamento
Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
“Tenemos que ser responsables de nuestra seguridad; el
riesgo y la amenaza existen”. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, abogó
anoche en Madrid por la apuesta de la Unión Europea por “una defensa creíble”
como respuesta a un escenario estratégico en el que proliferan las amenazas. En
su opinión la ribera sur del Mediterráneo, en referencia a las denominadas
primaveras árabes, presenta “enormes problemas de estabilidad interna”; la
crisis de Siria, que en septiembre derivó en un acuerdo para la desactivación
de su arsenal químico, para el ministro supuso la incapacidad de Occidente para
resolver el conflicto, y en cambio “Rusia, China e Irán salieron reforzados”.
Morenés mencionó también como amenazante el incremento del gasto en defensa de
países emergentes, circunstancia que considera que tendrá consecuencias
preocupantes a medio plazo.
Imagen del acto público de presentación del número dedicado a Defensa de la revista Política Exterior (Foto: Carlos PND). |
Ante este panorama, “Europa tiene que entender que ya no
sirve el poder débil de 2003”, en alusión a la supuesta forma diferente de
afrontar las crisis internacionales desde EE.UU y Europa, el primero con la
fuerza militar –poder duro- y la segunda a través de la diplomacia o la
cooperación –poder blando-, según la terminología puesta en marcha hace década
y media por el politólogo norteamericano Joseph Nye.
Para el ministro de Defensa la situación internacional es
mucho más amenazante hoy que en aquel año en el que la UE aprobó su Estrategia
Europea de Seguridad con el impulso del español Javier Solana como responsable
de esa política. “En 2003 la Estrategia empezaba así: ‘Europa no ha sido nunca
tan próspera, tan segura ni tan libre’; sólo han tenido que pasar diez años
para que no sea tan próspera, no sea tan segura y aunque siga siendo libre las
dificultades económicas y la inseguridad hacen que esos maravillosos sueños de
libertad estén ya amenazados de manera importante”.
Ante ese documento aún en vigor y desfasado por los
acontecimientos, Morenés considera que “es fundamental que Europa defina una (nueva)
estrategia de defensa teniendo en cuenta la realidad del mundo que estamos
viviendo, no vale teorizar”. Una vez definido el nivel de ambición de la UE en
defensa, vendría el tema de las capacidades militares y en tercer lugar las
decisiones que afectaran a la industria, desde su punto de vista.
Las declaraciones del ministro, en un acto compartido con
algunos de los principales representantes del sector empresarial de la defensa,
se producen ante una cita sin precedentes en el último lustro el próximo jueves
en Bruselas, un Consejo Europeo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno
de los 28 para avanzar en la política común de seguridad y defensa. La cita del
día 19, que despertó grandes expectativas que se han ido desinflando durante
las últimas semanas, y donde la seguridad compartirá agenda con otros temas de
peso –política económica, energía, inmigración-, pretende impulsar la política
europea de defensa en tres frentes, según los documentos elaborados por la
Comisión y Catherine Ashton, la actual responsable de política exterior y de
seguridad:
- Eficacia operativa. Se trata de ser capaz de responder mejor a las crisis y desplegar las capacidades adecuadas de manera rápida y eficaz.
- Capacidades de defensa. Consiste en ajustar las capacidades militares y civiles a las necesidades del futuro. Una cooperación de defensa europea más sistemática y a largo plazo, mediante el estudio de la "puesta en común e intercambio" de los medios desde el principio de la planificación nacional.
- Una industria de defensa europea más sólida. Se trata de desarrollar una base industrial más integrada y competitiva para la industria de defensa europea, por ejemplo a través de un mercado de defensa operativo y actividades de investigación y desarrollo.
En vista de que la cita del próximo jueves podría cerrase sin
avances espectaculares, ante la falta de ambición o incluso a causa del bloqueo
por parte de euroescépticos o países que consideran en riesgo sus intereses,
España contaría en ese caso con “tiempo sobrevenido”, en palabras de Morenés,
para reforzar el sector empresarial español de seguridad y defensa.
Durante los últimos meses, las principales empresas del
sector, la patronal Tedae y la Secretaría de Estado de Defensa han mantenido
reuniones y contactos de cara al Consejo Europeo de esta semana, “una acción
coordinada”, según definición del Ministerio.
Imagen de la jornada clandestina celebrada el 3 de diciembre dedicada a la industria de Defensa (Foto: Ministerio de Defensa). |
Varios de los participantes en el acto de anoche recordaron
el proceso de reestructuración y concentración de la industria de Defensa que
realizó Estados Unidos hace 20 años, una nueva alusión a que algo se puede
estar preparando en España, donde el Estado es hoy primer accionista de Indra,
propietario único de Navantia y en posición de control regulatorio y también de
actuación de otras empresas de satélites, ingeniería o comunicaciones.
En este contexto, a comienzos de mes se celebró, a puerta
cerrada, una jornada de debate con representantes de los ministerios de Defensa
e Industria y la patronal Tedae, y se elaboró un documento –La industria
española de defensa. Estrategia de futuro- que aparentemente recoge las
conclusiones de dicho encuentro. El texto está lleno de referencias a
“reconducir el sector”, “avanzar en procesos de consolidación industrial”,
“esquemas de integración o alianzas”, “excesivo fraccionamiento”.
En ese mismo documento aparecen también lo que se podría
interpretar como líneas rojas: “Es necesario modular el ritmo de implantación
de las medidas de creación del mercado interior de la Defensa para permitir la
adaptación de las empresas que en este momento se encuentran menos preparadas”.
Tanto el presidente de Tedae, Julián García Vargas, como el
propio ministro Morenés han reiterado durante las últimas semanas que España no
puede prescindir de su industria naval, en referencia a los astilleros públicos
de Navantia.
Sin embargo, García Vargas apuntó ayer que “España debe
saber dónde somos fuertes y qué consideramos esencial y vamos a conservar, y no
lo hemos definido”.
El acto del lunes, celebrado en la Fundación Mapfre, tuvo lugar con motivo de la publicación de un monográfico dedicado a la Defensa de la revista Política Exterior, y contó también con la participación del presidente de Indra, Javier Monzón; y del presidente de EADS-CASA, Domingo Ureña.
Sugerencias
- Documento La industria española de Defensa. Estrategia de futuro (Ministerio de Defensa, 3-12-2013).
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