domingo, 7 de noviembre de 2021

En ocasiones recibo mensajes sobre fondos europeos

¿Qué fue del niño del Sexto Sentido?; podría ser una pregunta típica pseudoperiodística en esos faldones extraños y omnipresentes que buscan captar nuestra atención y nuestro clic. 

Podemos imaginar que, veinte años después de la película, el personaje ya es treintañero, ha salido de debajo de la camilla, ha soltado la toquilla y ya sentado en la banca, dice: "En ocasiones leo, veo y escucho mensajes contradictorios sobre la Unión Europea y sus fondos de recuperación".

Nos llegan mensajes, parcialmente ciertos, parcialmente falsos; casi todos interesados, algunos más espontáneos y otros más dirigidos. Ayuda algo identificar la fuente, su trayectoria, su enfoque. Aquí algunos ejemplos.

  • Abundan las alusiones a aquel Plan Marshall puesto en marcha por Estados Unidos tras la segunda de las guerras mundiales, Programa de Reconstrucción Europea, se llamaba además en realidad: resulta acertado el símil con los nuevos fondos europeos en cuanto a movilización de recursos públicos sin precedentes para reactivar la economía después de un desastre; resulta sin embargo engañosa la asociación porque aquél no fue un plan europeo, vino de fuera, y nunca llegó además a España (más allá de servir de argumento para una buena película).
  • Se utiliza el mensaje de una lluvia de fondos: acertado por su volumen y distribución esperamos que repartida, no en cuanto a que la lluvia no se provoca (más allá de algunos cohetes que intercepta la Guardia Civil de dudosa efectividad). Estos fondos europeos no son un fenómeno natural, sino político, que se han propuesto (protagonismo de España en esa fase primera), se han negociado, se han aprobado y tienen prioridades políticas, verde, digital, igualdad territorial o sexual.
  • Nos alertan sobre el peligro de despilfarro: el más interesado de los mensajes que circulan, en boca además de quienes están siendo juzgados por casos de corrupción. Siendo positivos, detrás puede haber una sensata petición de transparencia, y el reconocimiento de que los fondos traen consigo un importante reto de gestión que implica el refuerzo de equipos. Además, estos recursos se liberarán para financiar proyectos concretos, con sus requisitos; y quien se haya acercado a un euro público conoce el riguroso proceso de fiscalización en la ejecución de fondos europeos que complica y mucho la posibilidad de reparto sectario. 
  • Recibimos el mensaje de la lentitud de la UE en su funcionamiento, a veces por la falta de actuación en asuntos en los que la UE no tiene competencias: estos fondos de recuperación son ejemplo de lo contrario. La UE es un conjunto de mecanismos e instituciones diseñados para acordar lentamente, entre niveles técnicos y políticos, entre fuerzas parlamentarias diversas, entre países, entre Gobiernos nacionales y estructuras federales, sistema que la covid ha dinamitado, en esta ocasión se ha reaccionado a tiempo.
  • Nos llega el mensaje de las ayudas europeas concretas: cierto que somos receptores de fondos, falso que solo seamos receptores de fondos. España y cada una de las comunidades autónomas somos la UE, agentes activos.
  • Son mayoría los mensajes en circulación sobre el destino, el empleo de fondos públicos, el gasto, y es real; pero oculta en parte el debate internacional, tan relevante como el anterior, sobre financiación del Estado del bienestar, la necesidad de nuevas fuentes financieras, la urgencia por modernizar impuestos, probablemente en la dirección verde y digital que se ha marcado en casi todo; junto con la revisión de los impuestos que hoy han quedado obsoletos por ineficaces. En cualquier caso, no parece que apunten los tiempos hacia reducciones radicales de impuestos, sino todo lo contrario, lo público ha sido quien ha acudido al rescate ciudadano y empresarial en esta última crisis y así ha sido reclamado con fuerza por los partidarios más firmes del libre mercado.

Sobre estos asuntos, también sobre la Conferencia sobre el Futuro de Europa y la manera de implicar a jóvenes y universitarios con la UE, se ha celebrado este comienzo de noviembre una jornada de información y debate organizada por el Movimiento Europeo y el Colegio de Economistas en la Universidad de Castilla-La Mancha (campus de Ciudad Real).

Cómo se financia la Unión Europea, cómo organizar un sistema justo y equitativo de reparto de cargas fiscales, fueron elementos señalados por Juan José Rubio Guerrero, catedrático de Hacienda Pública de la UCLM, especialista en financiación autonómica y local, y en federalismo fiscal, muy de actualidad. Rubio señaló la armonización fiscal entre los 27 como necesidad, y la lucha imprescindible contra la competencia fiscal dañina, el fraude y el blanqueo.

Por su parte, Miguel Ángel Collado, catedrático de Derecho Financiero de la UCLM, anterior rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, apuntó hacia dos problemas: que la unanimidad en las decisiones fiscales es ya hoy inviable; y que el Parlamento Europeo debiera ser reforzado con capacidades más allá de las consultivas en materia fiscal. Collado denunció también la existencia de paraísos fiscales en la propia Europa.

Sobre Europa muchas de las referencias que llegan al ciudadano son excesivamente abstractas (valores europeos, por ejemplo, sin especificar) o excesivamente concretas (ayudas al olivar tradicional, pongamos por caso).

En este tema de Europa y sus fondos se aconseja más allá de la reflexión facilitar al interesado recursos prácticos. Entre ellos, conectarse con redes de información y actuación, como el Movimiento Europeo hace desde la sociedad civil. Las propias administraciones se esfuerzan por centralizar el acceso a la información europea y sus convocatorias (aquí web de la Administración central; aquí web de la Junta de Castilla-La Mancha sobre fondos; aquí web Europe Direct, con un enfoque más amplio).

Participante también en la jornada de Ciudad Real, José María Aznar Martín, presidente del Observatorio sobre Unión Europea del Colegio de Economistas de Madrid, es autor de publicación reciente y gratuita: Guía sobre los fondos europeos (descargar aquí).

La UE está más viva que nunca, y resulta que somos parte de ella, de sus decisiones, sus recursos. Aparte de más Europa, tratemos de influir en su orientación. Desconfiemos de quienes nos quieran asustar con la escasez de ginebra en Navidad o con un gran apagón eléctrico. A lo que podríamos temer es a un apagón informativo o la ausencia de debate sobre cómo se responde a escala europea o respondemos desde lo público (y lo privado) a los retos que la actualidad pone encima de la mesa.